El conseller aseguró que no entiende la postura de la oposición, contraria radicalmente a la norma, y fue especialmente crítico con el PP, de quien dijo que cube ‘no’ a todo cuando precisamente este partido no negoció ninguna ley turística previa.
Oposición dura
Señaló que la ley mejora la industria turística con la introducción de la perspectiva laboral, de circularidad, de modernización y con el bloqueo de las plazas. Preguntó a la oposición por qué se opone a estas cuestiones y lamentó que vaya en contra de los acuerdos alcanzados con sindicatos y empresarios. «Hacer una oposición tan dura, no es buena concept», dijo.
La portavoz adjunta del PP en el Parlament, Núria Riera, mostró su preocupación por las formas del conseller en la negociación del decreto ley, al que bautizó como «decretazo». El PP, que votará en contra, se preguntó qué pasa «en los despachos del conseller», tras los cambios de opinión de los empresarios hoteleros. Consideró «inaceptable» que el Govern firme comunicados donde cube que no aceptará cambios en la tramitación parlamentaria.
La portavoz de Cs, Patricia Guasp, ha pedido la retirada del decreto «ante el atropello que supone por las formas y el contenido». Guasp aseguró que esta medida sería positiva para alcanzar un consenso con el sector. Adelantó que Cs votará mañana ‘no’ al decreto porque opta «por la imposición, las prohibiciones y la suspensión como forma de common». «La transformación del modelo turístico y económico debe hacerse vía fondos europeos Subsequent Era y, sobre todo, con el compromiso de toda la sociedad balear y por supuesto con todo el sector turístico», dijo.
El PI también votará en contra de la convalidación del decreto porque deja en el aire la legalidad de 90.000 plazas de alquiler vacacional y no regula el cambio de usos de los hoteles, una de las peticiones del partido.