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Hay proyectos disruptores que emanan pasión, fuerza y vitalidad por los cuatro costados. De alguna manera, esos intangibles -imprescindibles en toda iniciativa que aspire a llegar a buen puerto- traspasan a las personas que engendran la concept y eclosionan en propuestas de valor para el conjunto de la sociedad.
GrowPro es uno de ellos. La comunidad que esta startup valenciana ha construido en los últimos años y que ayuda a much de estudiantes a crecer como profesionales -y también como personas- no se entendería sin el alma libre y aventurera de Goiko Llobet, uno de sus fundadores, y el apoyo incondicional de Pablo Gil, su amigo y cómplice en los primeros compases de esta aventura.
Pero el éxito de una empresa de impacto como GrowPro necesita mucho más que la aportación de sus impulsores para convertirse en la plataforma de experiencias educativas internacionales que es hoy en día.
Sin nombres como Pere Rúbies, precise CEO, y tantos y tantos miembros del equipo -la startup ya cuenta con más de 200 personas “preparadas para GrowProizar el planeta”, puntualizan- sería difícil explicar en qué se ha metamorfoseado aquella experiencia fallida para importar paellas connoisseur en Australia.
No fue el único intento que no fructificó de Goiko y Pablo por hacer realidad su sueño de emprender allá por 2012. A 17.403 kilómetros de casa, en Melbourne (Australia), probaron casi de todo: friegaplatos, camareros, profesores de español… hasta lo intentaron con la horchata, la famosa bebida valenciana, pero nada… el proyecto que anhelaban se resistía a llegar.
Nada mejor que la propia experiencia de los fundadores para detectar una necesidad del mercado que no estaba cubierta y a la que tenían que hacer frente cada año miles y miles de jóvenes, sobre todo estudiantes y recién graduados, que aspiraban a terminar de formarse o iniciar su vida profesional en el extranjero.
Un acompañamiento continuo en el destino
No es fácil tomar esa decisión -que se cuenten a Goiko y Pablo- y contar con personas sobre el terreno que te acompañen de la mano para ir sorteando los obstáculos es un intangible de gran valor.
GrowProw es ese compañero de viaje que ya está en el país destino al que el estudiante quiere ir y le asesora antes y durante su estancia.
Además, la startup ha creado un concepto de comunidad que permite fundar en cada emplazamiento donde está presente lo más parecido a una pequeña familia.
Sus eventos -primero alrededor de las famosas paellas de Goiko y Pablo, cocinadas en Australia, estas no se quedaron en la aduana por exceso de carne como sucedió en el primer intento- y después sus barbacoas, excursiones, surf, excursiones… son famosos por tejer ese sentimiento de pertenencia a algo más que una plataforma que conecta servicios, estudiantes, escuelas y agencias.
“Nuestra diferenciación es que GrowPro fue creada no solo para hacer posibles que más personas pudieran vivir en el extranjero, sino que siempre tuvieran un respaldo en destino. Si una persona viaja con GrowPro recibe una atención por parte del equipo de destino antes de viajar y durante toda su experiencia”, explica a D+I Pere Rúbies, CEO de la empresa.
“Las agencias enviaban a los estudiantes a destino y, una vez aterrizaban, se olvidaban de ellos, GrowPro llegó para cambiar esto. Para ello, tenemos equipo y oficinas en nuestros seis destinos –Australia, Canadá, Nueva Zelanda, EEUU, Irlanda y Malta-“, añade Goiko Llobet, cofundador.
Una vez el estudiante llega a su nueva ciudad, conoce a toda la comunidad de growers y empieza formar parte de ella. GrowPro crea un hogar a aquellas personas que acaban dejar el suyo en otro país, y les hace más fácil su adaptación.
“De esta forma, los estudiantes reciben la atención de su Experience Leader, que les recoge en el aeropuerto, les informa de todos los detalles de su ciudad en una Welcome Session y les organiza, junto a toda la comunidad grower, eventos todas las semanas”.
Nuevo servicio B2B para agencias
Además, proporcionan a los estudiantes una atención las 24 horas del día, los siete días de la semana, por si tuvieran cualquier problema. Toda esa experiencia se gestiona mediante una app móvil, lo que convierte a GrowPro en la única plataforma para estudiantes que cuenta con este servicio y, por lo tanto, con un acompañamiento desde el inicio de la experiencia hasta el remaining.
Por otra parte, la empresa cuenta con GrowPro Brokers, un servicio B2B a través del cual proporciona su conocimiento, herramientas, servicios y experiencia en destino a agencias más pequeñas.
“Los agents realizan la venta y nosotros hacemos el resto, lo que hace posible que también puedan ampliar su catálogo de países. Además, reciben un asesoramiento personalizado, formación en diferentes áreas, y acceso a Advisor, CRM propio de GrowPro, que les permite automatizar sus procesos“, explica el CEO.
“GrowPro Agents es el modelo de negocio hacia el que GrowPro va a enfocarse en un futuro. Queremos ser la plataforma de referencia, que conecta servicios, estudiantes, escuelas y agencias“, concluye Pere Rúbies.
Startup invertida por Angels Capital
La propuesta de GrowPro, que echó a andar en 2013, arrojó ya en 2019 una facturación de 7,5 millones de euros, con una inversión inicial de mil euros. “Todo 100% bootstrap, sin deuda, y sin inversores”, puntualiza el CEO.
En 2020, en plena pandemia, abrió el mercado de Irlanda y Malta como destino y durante el año pasado cerró su primera ronda de inversión de un millón de euros liderada por Angels Capital, la sociedad de inversión de Juan Roig, y otros Enterprise Angels, además de poner en marcha el proyecto B2B GrowPro Brokers.
En 2022 la empresa ha logrado récord de bookings en el mes de febrero, está llegando a EEUU y Reino Unido, y pronto recibirá growers de Brasil. Además, ha lanzado la GrowPro App y ya cuenta con más de 40 personas en GrowPro Brokers.
Un 80% de los empleados -de 20 nacionalidades- de GrowPro están distribuidos por Latinoamérica y sus diferentes destinos, y el 20% restante, en España.
Quizá aquellos inicios en Melbourne no fueron lo que esperaban Goiko y Pablo pero, con la perspectiva que da el tiempo, y emulando los consejos que su equipo siempre da a los estudiantes que se caen de la tabla al hacer surf -una de las actividades estrella que organizan desde la comunidad grower-, “siempre hay que ponerse de nuevo en pie en la tabla”.
Ellos lo hicieron. Una y otra vez. Y nunca un proyecto fallido de importación de paella valenciana dio lugar a una compañía tan proactiva y creadora de valor como GrowPro.
“Hemos tenido mucho crecimiento en poco tiempo, hemos pasado de una agencia pequeña a otra de 200 empleados. Ahora toca enfocarnos en transmitir la cultura de la empresa, organización, procesos y asegurarnos de mantener el espíritu de GrowPro de los inicios“, concluye Goiko Llobet. La comunidad de growers está preparada para surfear olas.
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” Fuentes www.elespanol.com ”