El secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales se ha reunido estos días con los obispos y las autoridades civiles y políticas del país. El presidente del episcopado native, monseñor Angelo Massafra: “Para nuestra Iglesia es un signo de estima y estímulo. De esta visita tomamos valor y fuerza para poder vivir en paz entre las religiones, teniendo en cuenta que todos somos hijos del único Dios Creador”.
Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano
Una Iglesia “viva”, “empobrecida” por las migraciones de los últimos años, pero sin embargo “vital” y “fiel” en el testimonio de Cristo y en la convivencia en ‘fraternidad’. Esta es la Iglesia de Albania con la que se ha reunido el Secretario vaticano para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, el arzobispo Paul Richard Gallagher, durante su visita de cuatro días a Tirana y otras ciudades. La visita ha concluido hoy y en ella el arzobispo ha conocido las distintas realidades políticas y eclesiales del país.
Invitado por la ministra albanesa de Europa y Asuntos Exteriores, Olta Xhaçka, y por la Conferencia Episcopal Albanesa, monseñor Gallagher llegó el 18 de marzo a esta tierra en la que sigue vivo el recuerdo de la visita del Papa Francisco, el 21 de septiembre de 2014, y del viaje – “histórico”, como les gusta llamarlo a los albaneses- de Juan Pablo II, el 25 de abril de 1993. Ambos viajes estuvieron marcados por el recuerdo de los mártires del comunismo: Gallagher también recordó su testimonio en la misa celebrada en la catedral de Shkodra.
“La presencia de monseñor Gallagher para la Iglesia católica es un signo de estima y de aliento”, declaró el presidente de los obispos, monseñor Angelo Massafra, a la redacción albanesa de Vatican Information. “En Shkodra, celebró la Misa en la Catedral y reconoció la importancia que el testimonio de nuestros mártires tiene todavía hoy, recordando que la misma Catedral fue profanada y transformada en un pabellón deportivo. Fue entonces, con la visita de San Juan Pablo II en 1993, cuando fue restaurada y recuperó su condición de catedral”.
Una Iglesia viva
En aquella Eucaristía, “celebrada en presencia de sacerdotes y fieles”, Gallagher -dice Massafra- “vio una Iglesia vital aunque empobrecida en los últimos años por las migraciones que continúan hasta hoy. Una Iglesia no obstante viva, fiel, que quiere dar testimonio de Cristo en los tiempos actuales y valorar la convivencia, la relación fraterna entre todos los albaneses, independientemente de la fe profesada”.
El encuentro con el Presidente Nikolla
La fraternidad fue el tema clave del viaje del Secretario para las Relaciones con los Estados, que surgió también en el encuentro con la Presidenta de la Asamblea de Albania, Lindita Nikolla, durante el cual -informa la prensa local- se valoró la colaboración entre Albania y la Santa Sede en los ámbitos de la educación, el patrimonio cultural, la sanidad, los servicios sociales, la “cooperación” por la paz en la región, en el continente, y para poner fin a la guerra en Ucrania, y por tanto la contribución a la convivencia interreligiosa y a la fraternidad.
La fraternidad
Fraternidad que es mucho más que “tolerancia”, un concepto que también puede tener significados negativos, como dijo el propio Gallagher en la reunión de hoy con el Consejo Interreligioso de Tirana. “Fuimos a la sede de la comunidad musulmana de Albania, que este año celebra su centenario, y nos recibió el Muftí en persona”, relata Massafra. “Fue una hermosa experiencia de fraternidad, todos nos alegramos. Monseñor Gallagher escuchó los discursos de los cinco líderes de las comunidades tradicionales presentes en el país e insistió en que “no debemos hablar sólo de tolerancia, que también es un término negativo, sino de fraternidad, como siempre repite el Papa”. La invitación fue, por tanto, a “tomar coraje y fuerza para poder vivir en paz entre los credos, teniendo en cuenta que todos somos hijos del único Dios Creador”, explicó el prelado.
Desafíos y esperanzas
Entre los momentos importantes – “destacados para la Iglesia católica”- cita la reunión del domingo 19 de marzo en Rrëzhen con todos los obispos. “Fue una reunión de tres horas, invocamos la protección de San José para tener un diálogo franco, sincero, cordial. Cada obispo presentó su vida, su diócesis, las alegrías y las dificultades, repasaron una historia de treinta años de positivismo y desafíos. Los obispos expresaron su deseo de seguir evangelizando al pueblo, dando confianza y esperanza en que Albania cumplirá ese papel que la Providencia y la historia requieren, después de tantos años de oscuridad del comunismo. Nosotros -dijo Massafra-, obispos, sacerdotes y religiosos, estamos llamados a ser sal de la tierra para poder estimular y empujar a los fieles a no perder la esperanza, a seguir adelante con confianza y valentía siguiendo el ejemplo de nuestros mártires y de Santa Madre Teresa de Calcuta”.
” Fuentes www.vaticannews.va ”