Artista. Urbano, callejero, escultor, retratista, pintor de murales o grafitis, lo que hace Victoriano es arte y así se expande desde Palencia (con P), donde se crio, al resto del mundo. Victoriano Magdaleno Chapartegui espera que la pandemia esté superada para volver a trabajar en Hong Kong, Berlin, Roma, Tokio o Cádiz, entre otras muchas capitales del planeta donde sus obras forman parte del paisaje. Alcanzar la excelencia en el ‘avenue artwork’ le ha llevado a recibir otro tipo de encargos. “A través de Kia, al que conozco por trabajo y ahora me une una gran amistad [el agente de futbolistas Kia Joorabchian], me pidieron hacer varios cuadros para el restaurante que David Luiz y Willian montaron en Londres”. Tuvieron que quedar muy satisfechos porque pronto le llegaron más peticiones de los futbolistas que hicieron aflorar la faceta de retratista de Victoriano.
El brillo de sus cuadros en el restaurante Babbo gustó a sus dueños, que fueron los primeros en encargarle un trabajo muy especial. “Después de las obras en el restaurante, David [Luiz] me pidió un retrato para su casa. Desde que lo conocí entablé una amistad con él, somos muy amigos a día de hoy, así que accedí con mucho cariño”, explica el artista urbano. “Me dijo que quería un retrato suyo pero que no se pareciera mucho, ésa fue su petición y encajaba mucho con mi estilo, que considero una mezcla entre realista y abstracto, una parte cuidada y otra sin pensar mucho”, comenta medio en broma, medio en serio.
De pequeño period del Barça y no sé cuántos dibujos de Romario he pintado; period mi ídolo… me encantaría hacerle un retrato algún día
Mientras viajaba de un lado a otro dando vida a las calles con un estilo que mezcla el grafiti y el fotorrealismo a la perfección, le llegaron más peticiones del mundo del fútbol. “Willian también quiso un retrato y, bueno, estas peticiones son muy especiales porque he compartido mucho tiempo con ellos desde que los conocí por el trabajo en su restaurante y durante mi vida en Londres, donde he pasado más tiempo desde que me dedico a esto”. Después de Willian, y esta vez sin conocerlo de manera directa, “si estaba en la fiesta de inauguración del Babbo, no me acuerdo de él”, le llegó una petición de otro futbolista, Lucas Moura. El trabajo consistió en inmortalizar en un lienzo el momento del ‘sí quiero’: “No es que me dedique a ello, pero estos trabajos que llegan a través de recomendaciones y amigos los hago con cariño”.
Entre las peticiones más curiosas de los futbolistas gana, sin duda, la del internacional alemán del Bayer Leverkusen Jonathan Tah. “Me pidió un retrato de dos metros y medio. No me cabía en el estudio. Le avisé de que era demasiado grande y no le iba a entrar en casa, pero él estaba confiado. Al final tuvo que desmontar el lienzo en cuatro partes y volverlo a unir dentro para que entrara por su puerta. Montó un lío tremendo para poder meterlo en casa”.
Sus conexiones con el mundo del fútbol no le han devuelto la pasión que tenía por este deporte cuando period un niño y se partía las zapatillas jugando en el barrio o en el patio del Blas Sierra, su colegio. Entonces, “tengo que confesarte que era del Barça a muerte“.
“El Barça de Johan Cruyff, el Dream Team, Stoichkov, Laudrup, Koeman… pero Romario, Romario era mi ídolo. Yo era Romario cuando jugaba al fútbol, me pedía Romario, no sé cuántos dibujos de Romario hice en el colegio, de camino al instituto, en casa, en cuadernos, en carpetas, habré dibujado a Romario miles de veces”, recuerda con cariño el autor palentino, que lamenta haber perdido aquellos primeros trazos de su arte: “Tengo pendiente recuperar alguna carpeta, creo que sé dónde está”, asegura antes de que le invada la melancolía. “Cuando me fui a Londres en busca de un trabajo mejor, en 2009, dejé todo atrás. Habían fallecido mis padres, me fui con muy poquito“. Victoriano vuelve a su infancia en Castilla y la mezcla con su “sueño” de dibujarle algo a Romario, como si por un momento olvidara que sus cotizadas obras están expuestas en galerías de arte privadas, son encargadas por potentes multinacionales o decoran los mejores hoteles de Asia y Europa. “Sería muy bonito. Yo, de un barrio de Palencia, del barrio de Corea, de San Pablo, dibujar a Romario, dibujar al que fue mi ídolo y estrella de Brasil”, insiste al respecto.
Jonathan Tah me pidió un retrato que no me cabía en el estudio, luego tuvo que desmontarlo y montar un lío para meterlo en casa
Nació en San Sebastián, pero a los cuatro años se trasladó y hasta los 19 creció en Palencia. Luego tomó rumbo a Londres para poner en valor su arte, disfrutó en Marbella y ahora vive en una granja de Copenhague, desde donde vuela hacia todos los rincones del planeta. “Me quedo con Hong Kong, creo que es el centro creativo del mundo“, cube Victoriano a sus 40 años. Le quedan muchos lienzos y calles a los que dar vida, pero un deseo por cumplir: “Pintarle un retrato a Romario”. Y en ello anda.
” Fuentes www.marca.com ”