El gijonés Javier Fernández muestra un tarro con el foie gras vegetal que produce. /
La empresa Hi there Plant Meals, del gijonés Javier Fernández, produce el primer foie gras vegano, ‘Fuah!’, que «no se distingue del carnívoro»
Hace ya algunos años que el documental ‘Cowspiracy’, de Netflix, cambió unas cuantas vidas. Esta cinta sacó a la luz el lado oscuro de la industria ganadera y, en la cabeza de algunos espectadores como el gijonés Javier Fernández, se produjo entonces un cambio irreversible. «Yo period carnívoro, pero, cuando vi ese documental, algo me hizo clic y, a mis cuarenta y tantos, tomé conciencia de que el filete que me ponían en la mesa period el muslo de un animal», cuenta.
Aquello le hizo «dejar de comer carne de forma radical» y, sobre todo, empezar a investigar acerca de las proteínas alternativas. Con la información ya en la mano, se inició entonces una búsqueda de fabricantes, que culminó cuando su empresa, Hi there Plant Meals, elaboró el primer foie gras vegetal del mundo. «Es alucinante. No hemos encontrado a una sola persona que no le haya parecido que es igual que el foie gras authentic», explica Fernández.
Para llegar a este producto, la compañía desarrolló una receta a base de anacardo, aceite de coco, cúrcuma, lenteja amarilla y varias especias, además de un toque de un brandi francés. «Hicimos unas 800 modificaciones de la receta. Poníamos un foie gras animal y uno vegetal al lado y no paramos hasta que la línea entre texturas y sabores fue inexistente», señala.
Conseguirlo fue «toda una odisea» que tuvo rápidamente recompensa, porque, según salió a la venta, se produjo una rotura del inventory. «Fue instantáneo. Lanzamos 5.000 unidades y tuvimos que multiplicar la producción por seis, gracias a todos los pedidos que recibimos», celebra el gijonés. «No nos esperábamos esto. Fue un bombazo y ahora nos escriben de muchísimos sitios como Singapur, Taiwán, Estados Unidos, Australia y Francia», enumera. «Hasta se hizo eco ‘The Guardian’».
Y quienes más les compran son, precisamente, los carnívoros. «Esas fotos de los patos con los ojos ensangrentados, el pico roto y con una cánula de cincuenta centímetros metida por la boca hacen que muchísima gente se niegue a comerse este producto porque les da asco».
Y tiene fácil solución evitar la crueldad, porque, «si te sabe igual y no provocas dolor en los animales, ¿cómo no lo vas a comer?», se pregunta Javier, al tiempo que justifica por qué es tan importante copiar, de forma vegetal, la comida carnívora. «Es una cuestión muy sencilla: cuando las personas sienten que no renuncian a nada, se produce el cambio».
Ellos, además de este foie gras, fabrican la hamburguesa con menos ingredientes del mundo. «Lo que hicimos fue investigar todas las marcas a nivel mundial y mejorarlas». Y, para el futuro, tienen previsto seguir sacando productos. Javier ya anuncia que habrá «de todo»: entre otras cosas, alimentos vegetales que simulen productos «del mar y del cerdo». Está claro que l a crueldad tiene fecha de caducidad.
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