Francia es conocida por ser el país de las catedrales góticas más impresionantes, como la famosa Notre Dame de París o la imponente Catedral de Chartres. Sin embargo, más allá de estos iconos arquitectónicos, Francia alberga otras joyas ocultas que merecen ser descubiertas por todo amante del turismo y la historia.
Una de estas catedrales menos conocidas pero igualmente bellas es la Catedral de Saint-Etienne en Toulouse. Construida en el siglo XIII, esta catedral combina elementos góticos y románicos en su arquitectura, creando un ambiente único y místico que cautiva a todos los visitantes. Sus impresionantes vidrieras y esculturas detalladas son solo algunas de las maravillas que se pueden admirar en su interior.
Otra joya escondida es la Catedral de Saint-Pierre en Poitiers. Esta catedral, de construcción románica, destaca por su imponente torre cuadrada y su impresionante decoración escultórica en la fachada principal. En su interior, se pueden apreciar frescos medievales y una atmósfera de serenidad que invita a la reflexión y la contemplación.
Por último, la Catedral de San Mauricio en Vienne es una verdadera joya del Renacimiento francés. Su fachada decorada con elementos renacentistas y sus impresionantes bóvedas de crucería la convierten en una visita obligada para todos aquellos que deseen sumergirse en la historia y la arquitectura de Francia.
Estas son solo algunas de las catedrales menos conocidas pero igualmente impresionantes que se pueden encontrar en Francia. Sin duda, un país lleno de sorpresas que espera ser descubierto por todos aquellos viajeros ávidos de belleza y cultura. ¡No pierdas la oportunidad de explorar estas maravillas arquitectónicas y sumergirte en la historia de Francia!
” Sources viajes.nationalgeographic.com.es ”
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