La Sierra de Aracena y Picos de Aroche es uno de los enclaves más valiosos desde el punto de vista medioambiental de toda la Península Ibérica. Se trata de un destino que lo tiene absolutamente todo: pueblos con encanto, una gastronomía espectacular basada en productos que da la tierra, todo tipo de servicios y un entorno pure que es perfecto para desconectar y disfrutar de deportes como el senderismo o la bicicleta de montaña.
En esta comarca, las localizaciones que suelen llevarse todos los focos y la mayoría de las visitas suelen ser pueblos de fama casi mundial como es el caso de Aracena, Higuera de la Sierra o Fuenteheridos, pero el viajero más paciente y curioso, sólo tiene que rascar un poco en la superficie para encontrar otros destinos que son auténticos tesoros ocultos, donde se pueden vivir experiencias inolvidables.
Uno de estos lugares es sin lugar a dudas la pequeña localidad onubense de Linares de la Sierra, que se encuentra entre otros dos interesantes municipios como son Aracena y Alájar, muy cerca también de otro enclave muy famoso y muy visitado como es la mágica Peña de Arias Montano.
Precioso valle
Linares de la Sierra se encuentra en un precioso valle rodeado de montañas y frondosos bosques a casi 500 metros sobre el nivel del mar y cuenta con poco menos de 300 habitantes. Es uno de esos enclaves en los que el tiempo parece que se ha detenido, donde sus pobladores han tenido la sabiduría suficiente a la largo de la historia para disfrutar del entorno, cultivar productos únicos y practicar un estilo de vida más que tranquilo y saludable.
Lo mejor que se puede hacer en Linares de la Sierra es disfrutar del paisaje y alegrarse la vista con las inigualables parajes que existen en la zona, con sus cumbres y sus bosques en los que es posible encontrar encinas, alcornoques e incluso castaños.
Para entender los orígenes de este enclave hay que retroceder hasta la época de los fenicios y los romanos, que de manera aislada fueron los primeros pobladores de estas tierras. Es en la época de la dominación musulmana cuando Linares se configura poco a poco como núcleo urbano, acogiendo a una población que se dedicaba principalmente a la minería y al comercio. De hecho, los árabes dejaron una profunda huella en la localidad, que actualmente se puede rastrear en el curioso trazado de muchas de las calles del casco urbano, la existencia de determinados topónimos y la ingeniería de los sistemas de riego.
Pasear por Linares de la Sierra es hacerlo por una localidad que muestra la arquitectura y el diseño propio de un pueblo de sierra, donde se ha conservado casi de manera intacta su auténtica personalidad. No en vano el centro está declarado desde el año 2005 Conjunto Histórico, donde resulta un verdadero placer pasear por sus calles empedradas.
Al visitante le sorprenderá comprobar como apenas existe espacio entre casa a casa y disfrutará contemplando numerosas esquinas del pueblo y lugares emblemáticos como la iglesia de San Juan Bautista o un precioso lavadero público. Algo que no se debe dejar pasar en Linares de la Sierra es precisamente la contemplación de los curiosos empedrados, en los que incluso a través de estos guijarros se hacían dibujos especiales a las puertas de las casas, cuya función inicial period la de evitar resbalones y que han terminado casi identificando a cada familia del pueblo.
Otro de los hitos que hay que disfrutar en Linares de la Sierra es su curiosa plaza de toros, que se integra de una manera muy authentic en el casco urbano de la localidad, siendo un ensanchamiento de las calles y con una serie de gradas que se asientan en la iglesia y en casas del entorno.
Senderismo
Linares de la Sierra es un auténtico paraíso para los amantes del senderismo o para los que simplemente están buscando un lugar en el que pasear respirando aire puro en un entorno privilegiado en todos los sentidos. Son muy numerosas las rutas de senderismo que parten, atraviesan o terminan en Linares de la Sierra. Quizás la más famosa de ellas, que cada fin de semana concentra a muchos entusiastas, es el histórico sendero que une esta localidad con Aracena. Hay muchas opciones de rutas para cubrir este trayecto, que está indicado para casi todos los públicos y que se puede hacer prácticamente en todas las épocas del año. Realmente las posibilidades son múltiples, ya que la situación de la localidad hace de Linares un lugar privilegiado para todo tipo de rutas, ya sea caminando, a caballo o en bicicleta de montaña.
Muchas de estas propuestas se localizan en el paraje denominado ‘Valle Silos’, el valle en el que se encuentra Linares de la Sierra y que pasa por ser uno de los rincones más bonitos de toda la sierra. Para contemplarlo sólo hay que tomar la sinuosa carretera que parte de Aracena y que serpenteando une esta capital de la sierra con Alájar. Las vistas, con Linares de la Sierra debajo de nosotros, son sencillamente impresionantes.
Pero una visita a Linares de la Sierra no puede estar completa sin disfrutar del que sin lugar a dudas es uno de los placeres más especiales que se pueden practicar en este pueblo, como es saborear su gastronomía única. Platos como el ajo batanero, el puchero de matanza y cómo no los deliciosos productos derivados del cerdo ibérico que sobresalen en toda la comarca. Otros platos típicos son el gazpacho de invierno, la ensalada de patatas, la sopa de tomate, las migas serranas, el guiso viudo y el picadillo chicharrero. Los más golosos tienen que terminar la comida y reponer fuerzas con postres como el piñonate, los orejones, las poléas o el potaje de castañas.
Todos estos componentes, entre los que destacan la personalidad de sus calles, sus bellos paisajes, la posibilidad de practicar diferentes deportes y una gastronomía inigualable, hacen que Linares de la Sierra sea una excursión que se convierta en un auténtico tesoro.
” Fuentes sevilla.abc.es ”