Rafael Lobeto, antiguo director normal de la Marina Mercante, diserta en el Aula de Cultura de LA VOZ sobre el estado del sector marítimo
Pocas actividades humanas puede equipararse en riesgo, longevidad y, todavía hoy, essential necesidad como aquellas que se desarrollan en la mar. Desde la producción pesquera hasta el transporte de mercancías, las aguas ofrecen un vasto potencial de rentabilidad, sometido, eso sí, a mil peligros. Sin embargo, en el caso de España, esa oportunidad está siendo profundamente desaprovechado. Al menos, así lo entiende el que fuera director normal de la Marina Mercante, Rafael Lobeto Lobo. Y ayer, en la penúltima sesión del Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS, disertó sobre esa thought en el Centro de Servicios Universitarios.
Como en ediciones previas, fue la batuta de Mercedes de Soignie, coordinadora del Aula, la que guió una cita a la que concurrieron un buen número de amigos y antiguos compañeros del invitado. Ese carácter acquainted animó a Lobeto a proponer un minuto de silencio por los difuntos Jesús Muñiz Guardado, Juana Mari de Esparta y Agustín Menéndez Prendes ‘Santarúa’, «tres de esas personas sin las que Avilés no habría sido lo que ahora es».
Finalizado el emotivo momento, Lobeto inició su disertación, sustentada en extractos de su libro ‘Salvamento Marítimo. Mar y vida en España’. El volumen, un repaso a sus años como fundador y primer presidente de Sasemar, dedica especial atención a la promulgación, en 1992, de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante. Tal como recordó ayer, «hasta entonces la situación period un caos. No se sabía si imperaba la ley de la República o la vigente, se confundían el ámbito militar con el civil… Nos llevó casi veinte años definirlo».
«No tiene sentido que los puertos de Avilés y Gijón compitan. Por cosas así, nuestra gasificadora aún no está en marcha» «Asturias necesita una estrategia de cruceros, y hay que buscar un punto medio entre cobrar a los cruceristas y no hacerlo»
El resultado fue una reglamentación para las labores de salvamento que, hasta la fecha, ha permitido salvar más de 700.000 vidas. No obstante, Lobero percibe «una vuelta a la irregularidad y al caos de entonces. Se están desmantelando los sistemas de vigilancia y las torres de vigilancia, como la de El Musel o la del Estrecho». Además, persiste cierta duplicidad de servicios en materia de protección, repartidas entre la Armada, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo. «Esa división de competencias provoca despilfarro y caos», sentenció el ponente, que abogó, al igual que en su libro, por la creación de un cuerpo nacional de guardacostas, a imagen y semejanza de los existentes en Italia o Estados Unidos, y regido por un Ministerio del Mar.
En opinión de Lobeto, buena parte de los problemas radican en la falta de conocimiento sobre el sector marítimo por parte de las administraciones, y que propicia la existencia de ‘lobbies’. Y, para ejemplo, la tendencia a disgregar los puertos, frente a la que abogó por unificar los de Avilés y Gijón, sentenciando que «por no hacerlo, nuestra gasificadora todavía no está en marcha». Y advirtió de que «Europa no va a dar dinero a aquellos países que no agrupen sus puertos».
Precisamente esa cuestión, la del establecimiento de nexos entre terminales portuarias, centró uno de los puntos clave del debate. Esa solución podría dar un impulso no solo al tráfico de mercancías, sino también a los cruceros. «Asturias necesita una estrategia de cruceros, porque prescindir de ellos sería de locos», aseveró». Y defendió un término medio entre que los cruceristas «paguen una tasa por bajar a tierra, y que no lo hagan».
En sus últimos minutos, Lobeto animó al auditorio a adherirse a una recogida de firmas para potenciar el entorno del Cabo Peñas.
” Fuentes www.elcomercio.es ”