La plataforma especializada en expatriados ‘Worldwide Dwelling’ ha elaborado un listado con cinco destinos perfectos para retirarse
Mientras estamos trabajando no nos importa mudarnos a otra ciudad o incluso cruzar las fronteras y establecer nuestra residencia lejos de nuestro hogar y seres queridos. Sin embargo, una vez que llega el momento de la
jubilación, son muchas personas las que se replantean si el destino en el que se encuentran es realmente en el que quieren estar una vez finalizadas las relaciones laborales. Puede que el nivel de vida sea demasiado caro, el clima no nos resulte adecuado o las necesidades cambien y ahora la thought de un lugar más tranquilo lejos de las grandes urbes no parece una mala opción.
Siempre existen sitios con paisajes asombrosos donde algunos sueñan con desplazarse cuando la situación lo permita, y esta, es una de ellas. Una especie de volver a empezar, de descubrir una nueva etapa en la vida sin estar atados a un lugar concreto. Así que es lógico que muchos jubilados decidan trasladarse a ese sitio donde pasan el verano, a la ciudad que tanto les encantó o donde se encuentra su familia y donde hasta ahora solo podían viajar de vez en cuando.
Para reunir todos esos deseos, la plataforma de expatriados y jubilación en el extranjero ‘Worldwide Dwelling’ ha decidido elaborar una lista con las cinco
mejores ciudades del mundo para jubilarse una vez finalizada la etapa profesional, entre las que aparecen dos españolas.
Según indican, estos puntos son los favoritos por cuestiones de clima, cultura o incluso el coste de vida. Además, «son, en muchos sentidos, lugares completamente atractivos para cualquier persona de cualquier edad», explican los expertos. Este es el rating:
Se trata de una ciudad mexicana a tres horas de Ciudad de México y es la que lidera la lista. «Es una joya impresionante, una ciudad montañosa con una arquitectura y plazas encantadoras», asegura la plataforma. Uno de los aspectos claves y también importante a la hora de decidir es que el
nivel de vida es muy económico; por 1.200 euros al mes puedes vivir y además no está tan masificada por el turismo como otras zonas del país.
En las montañas andinas de Ecuador, en plena frontera con Perú se encuentra Villacamba. Esta ciudad es uno de los lugares con
habitantes más longevos donde algunos han superado los 120 años de vida: «Es una prueba más de que una dieta saludable y ejercicio common pueden hacer maravillas no solo por la calidad de vida, sino también por la cantidad de la misma», asegura Adam Syler, redactor del artículo.
Su nivel de vida no es demasiado elevado y ofrece grandes oportunidades económicas que puedes encontrar: «una casa de un dormitorio y un baño en un terreno de medio acre, a unos 15 minutos del centro de la ciudad, y con hermosas vistas del campo circundante se puede tener por 8.1612,96 euros», asegura Syler.
Al oeste de la capital de Quito se ubica Mindo, un lugar lleno de
naturaleza y alejada del ruido de la ciudad, dos cualidades que muchos aprecian a la hora de trasladarse tras años viviendo entre atascos y multitudes. «Los caminos de tierra siguen a lo largo del río y hacia las exuberantes colinas hasta cualquier tipo de recreación que desee, incluyendo tumbarse en una hamaca con un buen libro y echarse una siesta», afirman desde ‘Worldwide Dwelling’.
En cuarto lugar, aparece la primera ciudad española del rating. Según Worldwide Dwelling, en Burgos moverse sin coche es muy sencillo, y está a medio camino de grandes ciudades como Bilbao o Madrid pero sin el elevado coste de vida. Syler apunta a que se puede vivir con menos de 2.000 euros al mes, ya que el
precio de las viviendas oscila entre los 450 y los 700 euros.
La última ciudad dentro de este ‘prime’ 5 es Logroño, donde alquilar un apartamento de cuatro habitaciones y dos baños en
pleno centro por 663,47 euros al mes, Algo impensable en otras muchas localidades españolas.
Eso sí, si decides salir a la hora de la siesta, puede que te lleves una imagen equivocada de la ciudad, tal y como experimentó uno de los autores de este rating: «Cuando mi esposa y yo llegamos a Logroño pensamos que habíamos entrado en una ciudad fantasma. Todo, y me refiero a todo, estaba cerrado… Más tarde, descubrimos, y deberíamos haber sabido, que period hora de la siesta», comenta Sylver.
” Fuentes www.elcomercio.es ”