Cada vez que se acerca la temporada alta, la discusión pública en Balears gira en torno a un debate: el modelo económico y las tensiones entre la centralidad del sector turístico y la preocupación social por su impacto ambiental. En Menorca, la previsión para este verano es que se volverán a batir récords de visitantes, entre otros motivos, debido al incremento de cruceros de gran porte, por un lado, y de vuelos de aeronaves privadas, por el otro. Sobre la llegada de cruceros, las autoridades del Puerto de Maó confirman a elDiario.es que “en 2022 hicieron escala 72 cruceros y para 2023 hay una previsión de 97”.
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Varias plataformas ecologistas de Menorca han mostrado su preocupación tras confirmarse el aumento de afluencia de este tipo de embarcaciones, debido al elevado nivel de residuos plásticos y orgánicos que producen –la inmensa mayoría de los cuales suelen terminar en el mar– y al elevado nivel de gases de efecto invernadero que emiten. Según el último estudio de la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) publicado en 2021, “los buques emiten gases —entre los que se incluyen los óxidos de azufre (SOx), los óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas en suspensión (PM)— que pueden afectar a la salud”. “En 2018, el sector del transporte marítimo generó el 24% del total de las emisiones de NOx, el 24% del total de las emisiones de SOx y el 9% del total de emisiones de PM”, comenta.
Por otro lado, el organismo europeo reconoció que “el ruido subacuático provocado por los motores y las hélices de los buques puede producir pérdida de audición, así como modificar el comportamiento de los animales marinos”. Entre otras conclusiones, el informe de la EMSA reconoce que “con casi una quinta parte de la flota mundial, la UE se enfrenta a una década crucial en la que debe liderar la transición hacia un sector del transporte marítimo más sostenible desde el punto de vista económico, social y medioambiental”.
La organización Menorca Plastic Free señala a elDiario.es que “los cruceros que pasan por Menorca albergan entre 1.500 y 2.000 personas, una población similar a la de Es Migjorn Gran”. “Los residuos generados por esa población durante días de travesía se depositan en la isla y necesariamente deben tener un impacto en cuanto a volumen de residuos y a su gestión”, añaden. Aunque el volumen de turistas que llegan a la isla a través de cruceros representa poco más de un 1% del total, el impacto ambiental de este tipo de visitantes “puede ser mayor” ya que, según señalan desde MPF, “los residuos generados por los cruceros desembarcan de una vez en el puerto base y tras varios días de travesía; en cambio, los residuos generados por los turistas alojados en la isla entran en los circuitos domésticos y comerciales de Menorca”.
Los residuos generados por los cruceros desembarcan de una vez en el puerto base y tras varios días de travesía; en cambio, los residuos generados por los turistas alojados en la isla entran en los circuitos domésticos y comerciales de Menorca
En sintonía con MPF, fuentes del Observatorio Socioambiental de Menorca subrayan que “es la turistificación creciente que experimenta Menorca en los últimos años la que está degradando la imagen de la isla en aras del beneficio basado en una mirada de corto plazo”. “Estamos perdiendo las características que han diferenciado esta isla ante otros destinos similares. En un mercado tan competitivo, lo peor que se puede hacer es convertirse en algo homogéneo y perder diferenciación en valores tan destacados como la tranquilidad, la belleza, la conservación del medio natural, el paisaje o el compromiso ambiental”, añaden.
Para morigerar el impacto ambiental de las grandes embarcaciones, Unidas Podemos de Menorca ha pedido implantar un impuesto especial a los turistas de cruceros. Cristina Gomez, candidata al Parlament por la formación morada, señala que “el dinero que dejaría el turismo de cruceros podría destinarse a acciones o inversiones relacionadas con la gestión del agua”.
Por su parte, Miquel Camps, coordinador territorial del GOB, afirma que “es urgente una revisión de la estrategia turística de Menorca para frenar este declive y entender que, a partir de cierto nivel, más no es mejor”. Y añade: “Una cosa es no querer pasar hambre y otra apostar por la obesidad. Los grandes cruceros son un síntoma de la obesidad turística. El turismo de cruceros basado en miles de personas se traduce en alto consumo de agua, carga de energía eléctrica y descarga de residuos. Acostumbran a moverse en alta mar (no en los puertos, porque está prohibido) quemando combustibles altamente contaminantes, aunque la huella energética per cápita del turismo de avión puede ser más elevada”.
Es urgente una revisión de la estrategia turística para frenar este declive. Una cosa es no querer pasar hambre y otra apostar por la obesidad. Los grandes cruceros son un síntoma de la obesidad turística.
No sólo grandes cruceros, también jets privados
Otros transportes que han incrementado la afluencia hacia Menorca en los últimos años -y prometen seguir creciendo- son los vuelos de aviones y helicópteros privados. Trabajadores del Aeropuerto han confirmado a elDiario.es que “la llegada de avionetas y jets privados se ha disparado desde el COVID-19, incluso desde algunos años antes” y añaden que “este aumento genera una sobrecarga de trabajo para los técnicos de planificación operacional” que organizan y planifican el aterrizaje y despegue de todos los aviones que llegan a la Isla. Según datos a los que tuvo acceso elDiario.es, entre enero de 2019 y abril de 2023 llegaron a Menorca 1939 vuelos “executive”, es decir, privados.
L. trabajó durante más de una década en una de las principales aerolíneas españolas y desde hace algunos años pasó a ser parte del equipo que coordina las operaciones de United Airlines en Menorca, una de las más importantes aerolíneas “executive” del mundo. En diálogo con elDiario.es reconoce que “2022 fue el año que más vuelos privados llegaron a Menorca en la historia del Aeropuerto”. “Vienen fundamentalmente desde Francia, Bélgica y Suiza, aunque también directo desde Estados Unidos con apenas 18 o 20 pasajeros”, señala.
Asimismo, afirma que “los días de más llegadas de este tipo de vuelos coinciden con las jornadas de apertura de las grandes galerías de arte”. Finalmente, L. reconoce que “no todos estos vuelos que traen turistas, muchas veces la Isla recibe aeronaves que pasan la noche en Menorca pero tienen como destino final Mallorca o Eivissa, aunque recalan aquí porque el resto de aeropuertos insulares están saturados”.
Por su parte, Miquel Camps señala que “el turismo de millonarios es un fenómeno que está llegando a Menorca hace pocos años y lo hace mucho más tarde que Mallorca o que Eivissa”. Camps señala que, si comparamos en términos absolutos la emisión de contaminantes de los vuelos privados con los aviones estándar, los vuelos privados “no representan mucho”, pero que “desplazarse en un jet privado cuando se está haciendo un esfuerzo a nivel mundial es un ejemplo nefasto”.
“Hay países donde ya está mal visto hacer turismo en avión, por la contaminación per cápita que significa. Pues imaginemos lo que representa si se trata de un avión de muy pocas plazas. Deberíamos conseguir que desplazarse en jet sea sinónimo de insolidaridad con el planeta, igual que tener un jardín de hierba verde en el verano mediterráneo debe ser indicador de mal gusto”, concluye Camps.
” Fuentes www.eldiario.es ”