A lo largo del día tocamos numerosos objetos que acumulan miles de bacterias sin que apenas nos percatemos, como nuestro propio móvil, el ratón del ordenador o los billetes de 5 euros (de 50, menos). Sin embargo, cuando hablamos de aquellos artículos que utilizamos para limpiar la historia es más seria y los expertos apuntan a los dos grandes recipientes de gérmenes de cualquier hogar: el estropajo y la escobilla del baño.
En un mundo cada vez más obsesionado con la higiene, especialmente tras el impacto de la pandemia, aún hay muchas personas que se preguntan cómo en una sociedad tan avanzada a nivel tecnológico todavía seguimos usando un elemento tan rudimentario y sucio como la escobilla del WC. El debate está servido y mientras muchas personas apuestan por nuevas alternativas, otras insisten en el correcto uso de la escobilla para evitar acumular bacterias. Elige tu bando.
¿Es sano o no utilizar escobillas de baño?
La bañera, el lavabo o, especialmente, el WC. El cuarto de baño es uno de los espacios del hogar donde mayor número de bacterias se acumulan, motivo por el que conviene mantener el orden y la limpieza a raya de forma periódica. Hasta ahí, bien. El problema llega cuando no realizamos el correcto mantenimiento de los propios aliados que utilizamos para limpiar el área, y sí, la escobilla se lleva la peor parte.
Las escobillas se utilizan para mantener limpia la taza del WC, pero lo que muchas veces hacemos realmente es transferir los microorganismos del propio inodoro al cepillo –además de otras cositas– e ir acumulando poco a poco un silencioso imperio de bacterias. “La escobilla del baño no es higiénica porque las bacterias se albergarán y crecerán y causarán enfermedades, como infección del tracto urinario, diarrea y problemas respiratorios”, afirmaba David Cusick, editor ejecutivo de Home Technique, en una reciente entrevista.
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