Su carácter explorador se combina a bordo con un nivel de lujo inspirado en un megayate. Así, sus escasos 200 pasajeros atendidos por 200 tripulantes se hospedan todos en suites con terraza, algunas de hasta más de 100 metros cuadrados, dotadas de jacuzzi y spa, con la posibilidad de combinar dos de ellas en una misma acomodación.
El Silver Endeavour, bautizado así por la exclusiva firma Silversea, con sede en Mónaco –en homenaje al célebre buque del capitán James Cook dinner– fue proyectado por Crystal Cruises con dos mini submarinos y dos helicópteros en sus instalaciones. La quiebra de esta compañía y su adquisición por los nuevos propietarios ha modificado algunas instalaciones, posponiendo la entrada en servicio hasta ahora, tras una remodelación preinaugural. Con 20.449 toneladas de registro, el Silver Endeavour posee un volumen contenido con 165 metros de eslora y ha sido construido en Alemania por Lloyd Werft, en Stralsund. A bordo ofrece una amplia carta gastronómica, con especialidades en cocina japonesa, italiana, europea y asiática.
Finalizada su temporada en la Antártida, con visitas a las Islas Elefante y Decepción y siguiendo la estela del histórico Endeavour, el buque pondrá proa rumbo a la Polinesia, antes de zarpar hacia Australia. De Alcúdia, el último puerto balear descubierto por los cruceros de lujo, y tras una corta visita por la mañana, partirá hoy sábado desde Palma con destino a Maó.