Juan Ignacio Zaffalón tiene 22 años y trabaja como “niñero” en Estados Unidos. Es el primer universitario de su familia que pudo cumplir el cliché del “sueño americano”. Viajó con el fin de perfeccionar su inglés, ya que estudia Turismo, pero al llegar se encontró con una gran oportunidad que supo aprovechar.
TikTok fue la plataforma que lo lanzó a la fama en tan solo tres meses. Con movies cortos, mostrando su cotidianeidad o resolviendo consultas de otros jóvenes que ansían viajar, “Nacho de viaje” se convirtió en un gurú de viajes.
Hoy gracias a las redes sociales, gana entre 800 y 1.000 dólares al mes, como creador de contenido, que sumado a su sueldo como “niñero”, da un complete de 1.800 dólares mensuales. Nada mal para un joven de 22 años.
Sin embargo, Nacho no viene de una vida de lujos. A los 14 años tuvo que salir a trabajar para ayudar a su familia y desde ahí nunca dejó de hacerlo. “Yo soy de Sante Fe, estaba estudiando en Córdoba, me moví para allá solo. Dejé a toda mi familia en Santa Fe, pero era complicado”, cuenta.
“Nosotros a los 14 años tuvimos que salir a trabajar por cuestiones de la vida. Mi padre cuando deja embarazada a mi madre, se va, entonces mi madre queda sola al cargo de tres chicos. Yo soy el más chico de tres y bueno, a los 14, tuvimos que salir a trabajar todos porque sino no se llegaba a fin de mes”, reflexiona.
Juan Ignacio es el primer universitario de su familia y el único que pudo terminar en tiempo y forma el colegio. Sus hermanos finalizaron hace poco el secundario. Nacho tuvo la suerte de poder empezar a estudiar la Licenciatura en Turismo en la ciudad de Córdoba, en la Facultad Montes Pacheco.
Antes de la pandemia, Nacho hacía changas. Period DJ y barman de eventos sociales y boliches. Siempre le gustó tener su plata y ser independiente. A él, nunca le vino de arriba. Fue así como llegó a inscribirse al programa Cultural Care de ‘Aur Pair’, que fue su entrada a conocer un mundo nuevo.
El programa ‘Au Pair’ da la oportunidad a jóvenes entre 18 y 26 años de vivir en Estados Unidos con una visa para visitantes de Intercambio J-1 por un período de 12 o 24 meses. Los au pairs viven con una familia anfitriona, asisten a clases en una escuela native y ayudan con las tareas relacionadas con los niños en la casa. A cambio, conocen una nueva cultura y perfeccionan su inglés.
“En el 2019, cuando hice match con la familia, ahí tuve que pagar 39.000 pesos y 160 dólares por la visa, unos 13.000 pesos de ese momento. En total me salió 50.000 pesos. Hoy todo el proceso sale 110.000, con visa incluida. Es mucha plata, pero se recupera con el primer sueldo del primer mes”, detalla Zaffalón.
La familia anfitriona con la que convive en Midtown, Tulsa, está compuesta por una pareja y dos chicos de 12 y 7 años que Nacho cuida. Pertenecen a la clase media estadounidense y tienen dos autos. Uno de ellos, lo dispone Juan Ignacio para movilizarse libremente.
“Normalmente trabajo de 11 de la mañana a 6 de la tarde. Los horarios dependen de la familia. Los findes los tengo libres y mi trabajo consta en chequear que los chicos cumplan el itinerario del día”, le cuenta Juan Ignacio a Clarín.
“Ese itinerario te lo dan los padres. En Estados Unidos son muy organizados, de decir a tal hora hacen tal cosa, entonces yo me tengo que fijar que cumplan eso. Puede ser desde llevarlos a hacer una actividad deportiva o acompañarlos a la pileta, jugar con ellos, es variado, y a cambio ellos te dan todo”, detalla.
La familia brinda al aur pair hospedaje, alimento y movilidad. Pagan todos los servicios y un sueldo de 800 dólares mensuales. “Con 800 dólares no vivís en Estados Unidos, un alquiler ya sale eso”, aclara Nacho. Pero agrega que teniendo todo cubierto, le alcanza y hasta le permite ahorrar.
Su otro trabajo está en las redes, donde Twitch, Instagram, TikTok, Kwai y Youtube le pagan por crear contenido: 200 dólares aproximadamente por pink social. Un interest que se volvió en una actividad profesional.
Nacho llegó a Estados Unidos el 27 de marzo de 2021 y su vida cambió por completo. Ahora sueña en grande. “Me encantaría poder tener mi propia empresa en el rubro turístico, que es lo que estudio. Si por un tema de papeles no me puedo quedar, me iré a Europa a seguir trabajando hasta cumplir mi gran aspiración”.
“Muchos jóvenes me preguntan cómo hacés con la familia y obviamente que los extraño, daría todo por un asado con mis amigos, pero hay que salir de la zona de confort, es la única manera de progresar. Lo pienso al revés, si a mi me va bien, puedo ayudar a mi familia a salir adelante. Es cambiar la cabeza”, cierra.
” Fuentes www.clarin.com ”