El Sabor de los Cielos: ¿Por Qué la Comida Sabe Diferente en un Avión?
Viajar por el mundo es una experiencia inigualable que despierta todos nuestros sentidos, pero hay uno que a menudo se ve alterado en el aire: el gusto. Si alguna vez te has preguntado por qué esa lasaña que comes en el avión no sabe igual que la que pruebas en un restaurante, estás en la misma sintonía que miles de viajeros. La percepción del sabor cambia notablemente a grandes altitudes, y en este artículo exploraremos las razones detrás de esta peculiaridad culinaria.
Cuando estamos en un avión, el entorno es drásticamente diferente al de un comedor convencional. La presión de la cabina y la altitud juegan un papel fundamental en cómo nuestras papilas gustativas perciben los sabores. A más de 30,000 pies de altura, la presión del aire desciende, lo que afecta la forma en que nuestros sentidos funcionan. Investigaciones han demostrado que a esta altitud, la capacidad para detectar sabores dulces y salados se reduce considerablemente, mientras que la percepción de los sabores umami se mantiene relativamente intacta. Esto significa que los alimentos elaborados especialmente para el avión tienden a ser más salados y especiados para compensar la pérdida de sabor.
Además, los factores ambientales como la baja humedad en la cabina (que puede ser de solo un 20%) también influyen en nuestra experiencia gastronómica. La sequedad del aire afecta no solo a nuestra piel y mucosas, sino que también incide en nuestra percepción del gusto. De hecho, la falta de humedad puede disminuir nuestra capacidad para detectar ciertos sabores, haciendo que los platos preparados para volar parezcan insípidos en comparación con sus equivalentes terrestres.
Los chefs y aerolíneas han comenzado a tomar en cuenta estas limitaciones al diseñar menús. Desde combinaciones inusuales de ingredientes hasta platos que buscan resaltar el sabor umami, el objetivo es crear una experiencia culinaria que sea satisfactoria a pesar de las adversidades del entorno aéreo. Algunas aerolíneas incluso colaboran con chef reconocidos para producir menús innovadores que animen a los pasajeros a redescubrir el placer de comer en el aire.
Sin embargo, el gusto no es el único factor que se ve afectado. La experiencia sensorial completa, incluida nuestra capacidad de oler, también cambia drásticamente en un vuelo. Dado que el sentido del olfato está intrínsecamente ligado al del gusto, una disminución en la percepción de los aromas puede convertir cualquier platillo en una experiencia menos agradable. Por ello, muchos viajeros encuentran que los alimentos que suelen deleitar sus paladares en el suelo, se vuelven decepcionantes en la altitud.
Conocer estas peculiaridades puede transformar tu próxima experiencia de vuelo. Si bien puede que no puedas replicar la atmósfera de un restaurante gourmet al abordar un avión, sí puedes hacer elecciones más inteligentes al momento de seleccionar tus comidas en las alturas. Opta por alimentos que tienden a destacar sus sabores más profundos, como platos especiados o ricos en umami, y estarás mejor preparado para disfrutar de cada bocado.
Así que la próxima vez que reserves un vuelo y examines el menú de a bordo, recuerda que el entorno aéreo tiene mucho que ver con el porqué de esos sabores alterados. Viajar es un festín para los sentidos, pero es en el aire donde la historia se vuelve aún más fascinante. No olvides que cada bocado cuenta una historia, incluso cuando volamos por las nubes. ¡Buen viaje y buen provecho!
” Sources elcomercio.pe ”
” Fuentes elcomercio.pe ”