Uruguay ingresa mañana contra Irán en Austria en la recta last que lleva a Qatar. Un rival poco ordinary, en un terreno todavía más extraño, pero que representan la única solución posible frente a un calendario apretado y una Copa del Mundo que empezará en una fecha inédita.
La etapa previa a los mundiales significó siempre un período donde se mezclaron las esperanzas con las incógnitas, los ensayos con las dudas, los equipos titulares con los suplentes, bajo la mirada expectante de los aficionados, la prensa e incluso de los futuros rivales.
Antes de los dos títulos mundiales conquistados, en 1930 y 1950, hubo largas preparaciones del equipo, pero en un sentido diferente al precise: se buscaba seleccionar a los 22 integrantes del plantel entre numerosos aspirantes convocados por los dirigentes y buena parte de esa tarea se realizaba con simples “picados” entre ellos. Antes de Maracaná, en explicit, se superaron innumerables contratiempos, relatados en varios libros y un documental.
Para Suiza 1954, la única vez que los celestes fueron a un Mundial como defensores del título (en 1934 no se participó), se hicieron dos amistosos contra Paraguay (uno encendió las alarmas, pues se perdió 4-1 en Montevideo) y tres en Europa: un accidentado empate con los suizos 3-3, tras ser perjudicados por el árbitro holandés Leo Horn; una amplia goleada por 7-0 sobre Sarre (un estado de corta existencia separado de Alemania y luego reincorporado) y una derrota ante Actual Madrid.
LAS GIRAS. En 1954 dio inicio una costumbre que duró mucho tiempo: realizar giras previas a la fase last de los mundiales por países cercanos al organizador del torneo, o con condiciones de altitud similares (fue el caso de México 1970 y 1986). Durante esos viajes, los entrenadores trataban de definir el equipo, lograr su mejor funcionamiento y resolver la lista de futbolistas a presentar. También hubo un interés de la AUF por obtener divisas para cubrir los gastos. Muchas veces ocurrió en cambio que las valijas también se llenaron de cansancio, dudas e incluso hastío de los jugadores.
Previo al Mundial de Chile 1962, por ejemplo, se organizó una ambiciosa excursión por Europa. Se empezó perdiendo con Alemania 3-0 en Hamburgo, se empató con Hungría en Budapest, se cayó nuevamente aunque por más estrecho margen ante Checoslovaquia (3-1), hasta que llegó la debacle contra la Unión Soviética en Moscú: 5-0. Y lo peor period que serían rivales en la serie mundialista.
El mismo día del regreso a Montevideo fue cesado el entrenador Juan Carlos Corazo y en su lugar se designó un singular terceto técnico: Hugo Bagnulo, Roberto Scarone y Juan López. Faltaban apenas 23 días para el debut en Chile… No se había inventado entonces la frase “procesos largos de selección”.
Antes de Inglaterra 1966 el viaje abarcó Israel, Rumania, España y Portugal, con resultados dispares. El gran problema había estallado poco antes de la partida: un serio enfrentamiento del técnico Ondino Viera con su plantel debido a que los jugadores querían mantener en el grupo a Mario Méndez y el entrenador consideró eso un ataque a su autoridad. Al last todo se arregló, de apuro como casi siempre en el fútbol uruguayo.
La campaña para Alemania 1974 representó la cumbre de los desaciertos. Durante los meses de marzo y abril se hizo una larguísima gira por Haití, el sudeste asiático y Australia, ante rivales menores y con futbolistas que luego serían suplentes durante el Mundial ante la prevista llegada a último momento de los hombres que estaban en clubes extranjeros.
La recorrida terminó mal, porque los partidos contra los australianos fueron muy violentos: a Walter Olivera le quebraron una pierna y la figura de los locales, Ray Baartz, sufrió un golpe en el cuello que le obligó a retirarse del fútbol.
Después de algunos amistosos ante clubes brasileños y argentinos en Montevideo, vino la gira por Europa, donde los jugadores decidieron asumir el management de los entrenamientos ante la poca exigencia del técnico Roberto Porta, de quien se afirmaba estaba desactualizado. Además, los dirigentes invitaron a subir al ómnibus de la delegación a un supuesto periodista, que resultó el “espía” de Holanda, primer rival celeste. La consecuencia de todo ello fue la peor actuación celeste en una Copa del Mundo.
POR LA ALTURA. Una recorrida por los países del Pacífico, subiendo de a poco en altura, había permitido en 1970 una buena adaptación a las condiciones de México. Y la Celeste llegó a las semifinales del Mundial. Por eso se repitió la experiencia antes del segundo Mundial mexicano en 1986. Más allá de eso, durante esa gira el técnico Omar Borrás comenzó a ensayar, sin mucho tiempo, un cambio de sistema que varias selecciones pensaban implementar, jugando con tres zagueros y un mediocampo de cinco. Llegada la hora de la verdad, no funcionó.
De la previa de 1986 quedó otra mala experiencia. El 13 de abril se disputó un amistoso contra México en Los Angeles. El partido terminó con graves incidentes entre jugadores de ambos equipos, un antecedente que los hinchas mexicanos recordaron en el momento del Mundial, alentando siempre al rival de turno de los uruguayos. Y no faltó un breve periplo europeo (Gales e Irlanda), lleno de inconvenientes, organizado por un contratista casi adolescente.
La gira anterior a Italia 1990 dejó un gran triunfo (sobre Inglaterra en Wembley) pero también las inevitables complicaciones, de las que el técnico Óscar Tabárez tomó nota. Y cuando le tocó ir a su segundo Mundial, en Sudáfrica, optó por completar el trabajo, sin problemas de viajes y valijas, en el Complejo Celeste, y trasladarse directamente a la sede del torneo. Como la concept dio resultados, la repitió antes de Brasil 2014 y Rusia 2018.
Antes de eso estuvo Corea-Japón 2002. Y hubo una intensa actividad previa, con seis amistosos. El primero, el 13 de febrero de ese año, marcó un triunfo sobre Corea del Sur en Montevideo con dos goles de Sebastián Abreu. Esa gran actuación del Loco le valió jugar el Mundial, pues casi no había estado en las eliminatorias anteriores. Luego se perdió 3-2 contra Arabia Saudita como visitantes. Aquel día debutó con la camiseta celeste Diego Forlán e incluso hizo un gol, pero luego fue poco utilizado por el DT Víctor Púa… hasta el segundo tiempo del partido con Senegal, ya en Corea.
Entre los jugadores que salieron de Montevideo estaba Daniel Fonseca, quien quería estar en el Mundial pese a llegar con poco fútbol debido a una rebelde lesión. Pasó rápido por River argentino, luego vino a Nacional y con escasos partidos se embarcó rumbo a Asia. Al last, una rebelde ampolla en un pie lo dejó afuera de la lista de 22.
Fabián O’Neill figuró en la nómina, pero no pudo jugar ni un minuto en aquel MundIal debido a una lesión en el tendón sufrida ante China, en el penúltimo partido previo. Y se hizo extrañar…
TIEMPOS RECIENTES. En 2010 y ya sin giras, descontando el tradicional partido de despedida contra un rival “accesible” (aquella vez fue Israel, derrotado por 4-1), Uruguay hizo un solo amistoso entre su clasificación y el debut ante Francia.
Fue contra Suiza, también clasificado, el 3 de marzo de visitantes en Saint Gall. Se ganó 3-1 y los nombres de los goleadores de aquella noche anticiparon uno de los puntos fuertes de la Celeste para Sudáfrica: Diego Forlán, Luis Suárez y Edinson Cavani, aunque no llegaron a jugar juntos esa vez. El buen rendimiento brindó una base de confianza para el Mundial.
Sin embargo, Tabárez hizo retoques para el debut ante Francia. En vez de la línea de cuatro usada en Suiza, una línea de tres. En vez de Nicolás Lodeiro como enganche, optó por Ignacio González en el primer encuentro mundialista.
Para Brasil 2014 se disputó un solo encuentro en el exterior: el 5 de marzo ante Austria (1-1) Palito Pereira marcó el gol de la Celeste, que no tuvo buen rendimiento. Ya en Montevideo, hubo dos presentaciones finales: el 30 de mayo se le ganó 1-0 a Irlanda del Norte con tanto de Christian Stuani y el 4 de junio 2-0 a Eslovenia (goles de Cavani y Stuani) en la despedida. En estos dos encuentros faltó Suárez, recién operado de su rodilla.
La preparación para Rusia 2018 se cumplió en la China Cup. El 23 de marzo se venció 2-0 a la República Checa, con conquistas de Suárez y Cavani, y el día 26 1-0 a Gales en la last. El gol fue de Cavani, elegido mejor futbolista del torneo. Y sirvió además para la estreno celeste de Lucas Torreira y la prueba (favorable) de Guillermo Varela en el lateral derecho.
Aquellos resultados y el trofeo que levantó Diego Godín dieron alas de esperanza al equipo para la Copa del Mundo. Además, se recaudaron buenos dólares y se aseguró una nueva invitación para la edición 2019, que significaría un nuevo título.
” Fuentes www.elpais.com.uy ”