Las principales cepas producidas en la zona son Moscatel, País y Cinsault, que han logrado adaptarse al suelo y al clima del valle.
El Sernatur de la región del Biobío entregó un informe con la Ruta del Vino a lo largo de las distintas zonas vitivinícolas de la región, describiendo tanto las características de la zona como de los productos que salen de la cosechas de las viñas, destacando así el atractivo del enoturismo que puede ofrecerse a los visitantes de la zona.
El Servicio Nacional de Turismo de Chile indica en la “Guía de Turismo Ruta del Vino”, que “el Valle del Itata es reconocido por enólogos que han descubierto las notables propiedades de las uvas y cepas que se producen aquí, por lo que se pensaría que hablamos de un “descubrimiento””. Sin embargo, “viejas viñas (…) siguen produciendo y (…) entregan sabrosos relatos e historias, pero también por bodegas modernas, que han sumado tecnología y experimentación”, se aprecia en el informe. La guía de turismo explica que “los viñedos son principalmente de tres variedades icónicas pero bastante rústicas, como Moscatel, País y Cinsault, que se han adaptado perfectamente al suelo y al clima del valle”. “Una de las principales características del Itata es la fuerte diferencia de temperatura entre el día y la noche en la época en que madura la uva. “Calor extremo y seco en el día (más de 30º C a la sombra), mientras que en las noches son muy frescas (menos de 10ºC)”, agregaron desde el Sernatur.
LA HISTORIA DEL DESARROLLO DE LAS CEPAS PRODUCIDAS EN BIOBÍO
La guía turística destaca que “el Valle del Itata es la zona productora de vinos más antigua de Chile, con parras que datan de 1550 y fueron traídas por los jesuitas. Un siglo después, el desarrollo de la zona era tan importante que incluso los viñateros españoles presionaron al Rey Felipe II para que prohibiera las plantaciones en el valle”. “En el siglo XVIII, la industria vitivinícola en Chile se orientó a la exportación de vinos a las colonias españolas de Latinoamérica y grandes volúmenes de vinos provenientes de esta zona eran embarcados desde el puerto de Tomé”, relata el informe turístico native. “Una de las primeras cepas llegadas a nuestro país, traídas por los jesuitas es el Moscatel de Alejandría. Algunas viñas la etiquetan como “muscat”, para referirse a la misma cepa que, también, sirve para elaborar espumantes, destilados o para comerla como uva de mesa y hasta de pasas”, detalla la Guía de Turismo Ruta del Vino.
El informe relata que hacia “la mitad del siglo XVI (…) los misioneros jesuitas necesitaban un vino con el cual celebrar las misas en la región. Eso sí, debía conservarse durante un buen tiempo sin echarse a perder. Así es como llega la cepa País”. Esta última, según se indica desde el Servicio Nacional de Turismo, es “considerada la variedad más antigua y que se expandió por los campos de Biobío. Pero a fines del siglo XIX, las cepas francesas más famosas, como Cabernet Sauvignon y Merlot, le quitaron protagonismo”. “En los últimos años ha vivido una revaloración, de la mano de enólogos y viñas que han trabajado para producir vinos de calidad más que de cantidad. Y su trabajo ha logrado efectos, siendo hoy valorada por ser una cepa frutosa, de baja acidez y que brinda tintos jugosos y sabrosos”, explicaron desde Sernatur.
TURISMO VITIVINÍCOLA OFRECE TAMBIÉN RECORRIDO HISTÓRICO
“En la Viña Lomas de Llahuén, ubicada a 7,5 km del poblado de Portezuelo, además de degustar sus vinos, podrás tener una vista panorámica al valle y sus viñedos a 35 m de altura”, indica la “Guía de Turismo Ruta del Vino”. Además, otro de los atractivos turísticos es “el puente de madera más largo de Chile, con 521 metros de largo sobre el río Ñuble. No se sabe su fecha exacta de construcción, pero se estima que fue durante la década de 1910 y luego fue restaurado en 1939”, dijeron desde el servicio dependiente del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo. En la Ruta del Vino de Biobío también se puede acceder a “variados licores hechos de manera artesanal, muchos de ellos bastante exóticos, son producidos por algunas de las viñas del Valle del Itata desde hace años, especialmente en el sector del camino a Cerro Negro, en las cercanías de Quillón. Por otra parte la Ruta de los vinos Puerta de los Vientos consiste en “cinco viñas (…) que conforman esta ruta en el sector de Portezuelo (que) cuenta con dos circuitos turísticos de día completo”.
” Fuentes www.latribuna.cl ”