Cuando comenzó la pandemia parecía que los viajes corporativos habían llegado a su fin. Las reuniones se volvieron virtuales y daba la sensación de que no importaba si el resto de interlocutores estaban en la habitación de al lado o a kilómetros de distancia. Entonces, ¿para qué desplazarse? Con el tiempo se va recobrando la normalidad, también en el caso de los desplazamientos de negocios, y aunque aún no se han alcanzado los niveles previos al Covid-19, la industria empieza a ver la luz al closing del túnel.
En cualquier caso, recuerda el director de BCD Journey, Juan Carlos, González, son estos viajes los que mejor han soportado el tirón dentro del sector del turismo. No obstante, el volumen complete de la industria está en torno al 55% de las cifras de 2019. Si bien, la situación varía mucho en función de la tipología del viaje. Lo sabe bien Carlos Martínez, director ejecutivo de Consultia Journey: “Cuando pensamos en viajes de negocios se nos viene a la cabeza una gran terminal internacional con un alto ejecutivo, pero ese es solo un perfil”. De hecho, gran parte de los viajes no los realizan los directivos, sino puestos más técnicos que lo hacen para el desempeño de sus funciones diarias, como es el caso de mantenimiento, ingeniería…, prosigue el portavoz de la compañía, quien apunta hacia Arabia Saudí como uno de los ejemplos más frecuentes.
Madrid y Barcelona han sido, por tanto, las localizaciones que más han notado la falta de movilidad, mientras que la zona norte de España, que cuenta con un mayor tejido industrial, se ha mantenido más estable porque esos viajes no se puede cancelar, asegura González. También Carlucci observa este movimiento: “Hay sectores muy relacionados con lo físico, como es el retail y las infraestructuras. Si la fábrica está en Kuala Lumpur (Malasia) habrá que ir a Kuala Lumpur, pero es más infrecuente que ahora mismo se coja un AVE solo para una reunión en Madrid o Barcelona”.
En esta línea, también las pymes han tenido una menor variación en sus costumbres que las grandes corporaciones. “Era complicado que bajara de esos tres o cuatro viajes que suelen hacer. Además, mantenimiento ha tenido una menor caída que servicios”, añade el portavoz de BCD Journey.
Aunque sí que observan algunos cambios de tendencia. Por ejemplo, la flexibilidad es clave. “Ahora siempre demandan la tarifa flexible por si, de pronto, hay un brote y tienen que cancelar todo”, expone el director ejecutivo de la agencia de gestión de viajes corporativos BizAway, Luca Carlucci. Una elección que, en consecuencia, hace que aumente el ticket medio de estos viajes. En esta línea, los seguros de cancelación son cada vez más solicitados.
Digitalización y sostenibilidad
Muchas compañías han aprovechado la coyuntura para digitalizar su sistema de gestión de desplazamientos corporativos, pero, a pesar de ello, el trato humano se ha vuelto más importante que nunca. “A raíz de la pandemia, lo que los clientes quieren es la cara de una persona detrás, con nombres y apellidos, a la que puedas llamar si surge cualquier problema”, insiste Martínez.
La sostenibilidad también es una preocupación creciente a la hora de planificar itinerarios. “Eso se ha traducido en un trasvase del avión hacia el tren, pero también en empresas que tratan de borrar la huella de carbono de estos desplazamientos”, apunta González. Así, en la compañía organizan programas especiales para compensar el impacto de los viajes a closing de año.
En cuanto a la duración de estos desplazamientos, en la mitad de ellos esta se ha mantenido inalterable, el 25% de ellos se han acortado, apostando por la ida y vuelta en el día para evitar pernoctar, y el 25% restante se ha alargado, con la premisa de poder concentrar varios encuentros en una misma visita, detalla el responsable de BCD Journey.
Los nuevos hábitos desarrollados durante la pandemia han cambiado muchos aspectos, pero González no está preocupado por el teletrabajo. Al contrario. “Las videollamadas traerán, en el medio-largo plazo, más viajes corporativos. Gracias a ellas estamos contactando con proveedores de cualquier parte del mundo. Es un canal de apertura de negocio”, insiste. Más allá de estos primeros contactos virtuales, los grandes negocios se acabarán cerrando presencialmente. “Si tú no vas a visitar a tu cliente, otro lo hará por ti”, insiste.
” Fuentes cincodias.elpais.com ”