Álvaro Machín, periodista y autor de ‘El millón de pasos. Las vueltas por el mundo de un tipo corriente’
«Lo que no se va a encontrar el lector es una guía de viajes ni las proezas del último superviviente; es una recopilación de relatos»
Álvaro Machín (Santander, 1976) adquirió una maleta antigua para continuar con uno de sus grandes viajes: el que ha iniciado su libro ‘Un millón de pasos. Las vueltas por el mundo de un tipo corriente’ . Viajero empedernido y Periodista con gran vocación, lleva más de veinte años en ‘El Diario Montañés’ recala hoy en Oviedo para presentar esta primera recopilación de historias y anécdotas de un viajero que no deja de ser periodista ni en su tiempo libre. Arrancó esta travesía en Santander y después le llevó por Torrelavega, Bilbao y hasta la Feria del Libro de Madrid. A las siete de esta tarde, en ña librería Cervantes, acompañado por el periodista David Remartínez abrirá su maleta. Promete sorpresas.
-¿Cómo nace este libro? ¿Cuándo determine volcar sus historias como viajero sobre el papel?
-A mí siempre me gustó escribir. Contar historias. Desde crío. Por eso me fui a estudiar Periodismo hace ya muchos años a otra ciudad. A esa pasión se une la de viajar y en todos los viajes me llevaba un cuaderno de tapas duras, uno especial para cada viaje, en el que iba recogiendo datos, nombres, anécdotas… En casa, sin prisa y sin pretensiones, fui reabriendo esos cuadernos y rescatando historias concretas. Sin ningún objetivo más allá de disfrutar escribiendo y recordando. Con el tiempo pensé que podría darle forma. No conozco el mundo editorial y recuerdo esos primeros pasos como otro viaje. Como atravesar un desierto con mucha curiosidad. Un viaje que me trae hasta Oviedo para contar todo esto.
REGRESAR«A Estambul volvería unos días, a Londres las veces que haga falta y a Santander eternamente» RECOMENDACIÓN«Que prueben, que vayan con ganas de conocer, de aprender, con la mente abierta»
-¿Qué se va a encontrar el lector en las 300 páginas de ‘Un millón de pasos. Las vueltas por el mundo de un tipo corriente’?
-Lo que no se va a encontrar es una guía de viajes ni las proezas del último superviviente. Tampoco a un gurú de la aventura. Lo que hay es una recopilación de anécdotas, relatos, encuentros y curiosidades de un tipo la mar de corriente que sale a dar una vuelta por el mundo. Crónicas de historias muy distintas por Uzbekistán, Camboya, Sri Lanka, Benín, Transilvania, los vagones del Transmongoliano, Chile o los campamentos saharauis en Argelia.
– Hay multitud de libros dedicados a viajes o anécdotas personales. ¿Qué hace esta obra especial, diferente?
-No sé. Sentiría que soy algo pretencioso respondiendo a eso. Trato de huir de algunos tópicos en torno a los viajes. Eso de ‘yo no soy un turista, soy un viajero…’. Yo, seguramente, soy un turista. Muy insistente, con mucha pasión y con mucha curiosidad, eso sí. Y, sobre todo, tal vez por el ramalazo de periodista, con muchas ganas de contarlo. En todos los viajes me he encontrado grandes historias que contar. Y, al last, no he podido resistirme.
-¿Qué significa para usted el concepto de viajar?
-Salir de casa, salir a dar una vuelta.
-¿Cuáles son sus imprescindibles a la hora de viajar?
-La curiosidad, el sentido común y una emoción superlativa por conocer. Creo que soy un disfrutón y, con ponerme un mapa delante, está todo hecho.
-¿Qué recomendaría a quienes viajan por primera vez?
-Que prueben, que vayan con ganas de conocer, de aprender, con la mente abierta, que no se desanimen si algo sale mal, que no se obsesionen con las comparaciones (‘pues esto en España es…’), que vean y que se informen previamente del viaje y del lugar al que viajan… No todos los viajes son para todo el mundo.
-¿Cómo le gusta más conocer nuevos países: solo, en pareja o con amigos?
-En el libro hay historias de viajes de todo tipo. Yo nunca he vuelto de un viaje decepcionado. La compañía modela viajes distintos, eso es cierto. Igual que el estado de ánimo. Pero las tres fórmulas me encantan. Sí que le diré que el viaje es un buen examen para las compañías. Hasta para saber si uno es capaz de aguantarse a sí mismo.
-¿Solo se disfruta más el viaje?
-Se disfruta distinto. Para mí, con un nivel de inglés limitado, hubo algo de reto en esos viajes. Eso me gustó mucho. Además, aunque pueda parecer una contradicción, viajando en solitario es cuando más personas he conocido. Cuando más me he abierto. Y esa soledad (ya digo que relativa), me ha servido para tomar decisiones importantes y para conocerme mejor (incluyendo mis muchos defectos).
-¿Y cuál sería esa ciudad a la que volvería sin dudarlo?
-Todas. Pero voy a responder como es debido. A Estambul volvería unos días, a Londres las veces que haga falta y a Santander eternamente. Volver a casa formar parte del viaje.
-Para finalizar, ¿su próximo destino?
-Sicilia. En unas semanas. Estoy tachando los días del calendario.
” Fuentes www.elcomercio.es ”