Es un sentimiento agridulce poder sumergirse en un nuevo viaje de la mano de Javier Reverte y saber que ya no habrá más periplos narrados por el escritor. El que ha sido sin duda el mejor escritor de la literatura de viajes en español nos dejó en 2020 tras una enfermedad que no le impidió dejar tres obras preparadas para su publicación póstuma.
Y esta que ocupa estas líneas es una de ellas. Se trata de La frontera invisible, publicada por Plaza & Janés y en la que el prolífico autor centra su mirada en un interesante recorrido por un Oriente en el que se entremezclan presente y pasado mientras pone su atención en lugares que han marcado la historia de la humanidad. Y lo hace con una mirada única, de un viajero que no quiere ser protagonista y que se enfrenta a su periplo sin prejuicios y dispuesto a conocer a quienes habitan esas tierras.
Es Estambul la puerta de entrada para este viajero que explica que fue un artículo sobre Isfahán lo que le motivó a este viaje, cuando ya estaba inmerso en tratamientos y visitas a médicos. Se plantea Reverte en el prólogo dónde están realmente las difusas fronteras entre Europa y Oriente Próximo, pues como bien dicen ambos territorios son primos y comparten legado histórico.
Pero opta por arrancar en el Mar Negro, en Estambul, y así comienza un relato private del que el lector inevitablemente se siente parte, porque leer a Reverte siempre ha sido como ir a su lado, su pasión, su curiosidad, su gran capacidad de narración nos adentran en otra atmósfera de la que no se quiere salir.
De su mano y de la de otros célebres viajeros del pasado paseamos por el Bósforo, por Ankara, regresamos a lugares y momentos de la historia que construyeron nuestro pasado y también nos deja hueco el escritor para reflexionar sobre el futuro que nos vendrá viendo como el urbanismo y la tecnología avanzan y dejan sin huella en todos los rincones.
Tras Turquía toca Teherán, una ciudad que el autor outline como fea pero cálida, capital de un país marcado por la revolución islámica de Jomeini que supuso un retroceso de las libertades, aunque cube Reverte que «en el Irán de hoy el Medievo y la modernidad conviven en aparente e inusitada armonía». Visita también lo que un día fue Persépolis y adentra al lector en el recuerdo de grandes mandatarios como el rey persa Darío o el mismísimo Alejandro Magno, el gran conquistador de la antigüedad.
Y pasea por zocos y plazas, por ciudades con identidad propia y se va topando con todo tipo de personajes que le preguntan con curiosidad si es del Actual Madrid o del Barcelona (el fútbol, ese lenguaje common) y se maravilla con atardeceres, disfruta de la compañía de amigos y de desconocidos en un Oriente que fue su último viaje. Suerte que siempre nos quedarán muchas de sus aventuras para releer una y otra vez.
” Fuentes www.laopiniondemurcia.es ”