Existen diversos tipos de turismo como el cultural, el gastronómico o el rural. Viajes con diferentes motivaciones para aquellas personas con inquietudes, que quieren descubrir aventuras nuevas. El turismo cuenta cada vez con ofertas más variadas, a cada persona le mueve una circunstancia para emprender un desplazamiento. Entre los diferentes tipos de turismo se encuentra el genealógico, que aunque todavía es minoritario está cogiendo impulso y cada vez es conocido y practicado por más personas. Un viaje diferente, que requiere de investigación y con un objetivo claro: encontrar vínculos, lazos que unan a ese lugar, a esas personas. Pero, ¿cuáles son los medios y fuentes que usan los turistas genealógicos? Esta es la pregunta a la que han dado respuesta tres investigadores de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UMA: Ricardo Urrestarazu, José Correa y Francisco Sánchez.
El turismo genealógico se basa en viajar a un destino con una relación acquainted, que puede ser de pocas generaciones atrás o con una mayor antigüedad de antepasados. Puede tener un componente afectivo-familiar o de identidad. Además está en auge debido a varios motivos. El primero de ellos está relacionado con las sociedades plurales, los movimientos migratorios han generado poblaciones diversas, de personas procedentes de distintos lugares. La siguiente razón tiene que ver un mayor nivel socioeconómico. «Cuando tienes tus necesidades básicas cubiertas, entonces te puedes preocupar de esto», asegura Urrestarazu. El último motivo es el que más ligado está con la investigación llevada a cabo por estos profesores: el desarrollo de tecnologías que permiten a la gente, a distancia, conocer su pasado. En los últimos años han empezado a aparecer asociaciones y grupos especializados en genealogía que permiten un primer contacto con la búsqueda de raíces.
Motivaciones
La mayoría de investigaciones que se han realizado hasta el momento sobre el turismo genealógico han versado sobre las motivaciones de los turistas para emprender este viaje. Sin embargo, este nuevo trabajo va más allá del porqué y se centra en el cómo y el qué. ¿Cómo son capaces estas personas de llegar a su destino?, ¿qué medios emplean para conformarse una thought de adónde van? o ¿qué van a hacer una vez lleguen a ese lugar? Buscan visitar esos sitios por afinidad y encontrarse con gente con la que comparten antepasados. Aunque antes de ir, investigan a través de redes sociales y de las asociaciones y grupos especializados en genealogía que encuentran en web.
«El ‘increase’ de las asociaciones genealógicas está indiscutiblemente asociado a web, permite que gente con la misma afinidad se reúna en un mismo espacio digital», subraya el investigador. Además, los miembros actúan de manera altruista, quieren compartir sus conocimientos y relacionarse con personas con sus mismos intereses, incluso pueden tener la ilusión de encontrar a alguien con un antepasado común. Por ejemplo, en Málaga existen varios grupos –no tienen personalidad jurídica– como Genealogía de Málaga o Linajes Malagueños, desde donde se hace divulgación. Además en este turismo pierden fuerza las agencias de viajes y los medios tradicionales.
Los turistas genealógicos llegan a estas asociaciones tras haber hecho una investigación previa, ya que no suelen contar con bases de datos. Funcionan más como puntos de información, es decir, conocen dónde se pueden encontrar ciertos datos, en qué situación está cada sitio, pero no saben quiénes son los antepasados de las personas. «Lo mejor para iniciarse es pedir en el registro civil la partida de nacimiento de tus abuelos, con eso también podrás saber la procedencia de tus bisabuelos y tatarabuelos», puntualiza el profesor.
Esta investigación surge de la afición de los investigadores por la genealogía. «Yo tengo un apellido vasco y desde pequeño ha llamado la atención, principalmente a mí», asegura Urrestarazu, quien tenía curiosidad de saber cómo, por qué y quién llegó del norte de España a Málaga. Una inquietud que no había podido desarrollar hasta ahora. A este interés private también se sumó el académico, pues la línea principal de investigación del docente es sobre turismo. Una combinación de motivos que acabaron derivando en este proyecto.
Perfil del turista genealógico
Entre los turistas genealógicos se pueden diferenciar dos grupos. En el primero se encuentran personas con un grado muy cercano, cuyos padres o abuelos provienen de un sitio. «Es muy común en España porque en los últimos 50 o 60 años ha habido mucha migración de zonas rurales a zonas urbanas», resalta Urrestarazu. En estos casos sí hay una vinculación private, incluso muchos conocen los lugares. Por otro lado están las personas que no tienen una relación acquainted directa, simplemente tienen antepasados que se fueron a cualquier sitio por diversos motivos. «Este tipo de turista genealógico es el que investiga, es el que tira más detrás porque no tiene una vinculación private ni acquainted».
El caso de Málaga sirve para tener un ejemplo del primer grupo de turistas genealógicos. La ciudad cuenta con población que ha venido desde otros sitios, muchos de pueblos de la provincia, por la industrialización en el siglo XIX y por el turismo en los años 60. «Este es el primer foco: gente que desciende de personas que venían de zonas rurales». Sin embargo, España no es uno de los países más interesados en el turismo genealógico aunque el ámbito hispano abarca bastante dimensiones.
Para hablar de los países más importantes dentro del mercado del turismo genealógico hay que distinguir entre los emisores y los receptores. «Los emisores son mercados de sociedades multiculturales, plurales, donde hay un cierto nivel adquisitivo y cultural», afirma el profesor. Fuera del ámbito hispano, de donde salen más turistas genealógicos es de Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda e Israel. Aunque también hay gente que hace viajes dentro de su mismo país debido a los procesos migratorios que han vivido, por ejemplo esto sucede en el sudeste asiático.
También hay países que saben cómo aprovechar el creciente interés por este tipo de turismo. Irlanda, Escocia o la costa occidental africana preparan campañas e incentivan estos viajes como receptores porque conocen el nivel adquisitivo de las personas que suelen estar atraídas por la genealogía.
Conclusiones
Tras realizar la investigación, estos profesores llegaron a unas conclusiones principales que son que el turismo genealógico todavía es minoritario pero que empieza a tener trascendencia desde hace 20 años en todo el mundo y desde hace 10 años, en España. Asimismo, la actividad genealógica que deriva en este turismo se ve facilitada por las redes sociales y las asociaciones y grupos genealógicos que se encuentran en web.
Aparte de estas concepts, también sacaron en claro algunas en una esfera más cercana. «En el ámbito hispano hay muchas posibilidades de que se pueda desarrollar por los lazos culturales», cuenta el docente, quien también ve en este turismo una posibilidad para desarrollar las zonas rurales que se están quedando despobladas. «Con este turismo conseguimos revitalizar esos lugares y tener una gran satisfacción private».
A pesar de que esta thought no se cita expresamente en el trabajo, estos investigadores reivindican la necesidad de cuidar el patrimonio histórico documental. Reconocen que hoy en día se cuida y se valora, pero que siguen haciendo falta recursos económicos para que los archivos y las parroquias puedan rehabilitar algunos de esos papeles o para que puedan copiarlos a web y así facilitar a los turistas genealógicos sus investigaciones. «Los índices de lo que hay en cada lugar deberían estar en web para que la gente pueda programar su viaje sabiendo que va a encontrar a su antepasado allí», reclama el investigador. El investigador también aclara que no consideran las adopciones dentro del estudio por «considerarlo un fenómeno relativamente reciente».
En definitiva, el turismo genealógico es una nueva forma de viajar. De conectar con lugares y personas que ya formaban parte de ti de alguna manera. De dar una segunda oportunidad a zonas que habían perdido hasta a sus habitantes. De investigar, conocer y leer sobre sitios que no sabías ni que existían hasta que descubriste que tenías un antepasado allí. Una nueva forma de conectar a personas con los mismos intereses, gustos y aficiones. Un camino más para emprender una aventura.
” Fuentes www.diariosur.es ”