Con la mirada puesta en cada decisión semanal que toma Reino Unido sobre las medidas que aplica a sus ciudadanos que quieran venir a España en verano. Así se encuentra la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto (Medina del Campo, Valladolid, 1973) estos días en los que el principal sector de la economía se la juega a la carta británica. Maroto quiere olvidar los estragos del verano pasado en el que algunas comunidades vacacionales se vieron rezagadas frente al resto.
–El Gobierno acaba de permitir ir sin mascarillas en exteriores. ¿Es una llamada de atención para que vengan más turistas?
–El hecho de que nos la quitemos supone que vamos dando pasos hacia la normalidad. El de la mascarilla es un hito más en la desescalada. Y, de cara al exterior, todo lo que sea avanzar en la contención de la pandemia y dejar atrás estos meses tan duros es bueno. Pero también tenemos que trasladar que España es un destino seguro y que cuando esos turistas vengan, tendrán que cumplir el resto de medidas sanitarias. Hay que tener prudencia.
–Grecia, Italia…frente a España. ¿Hay una carrera de países por atraer visitantes?
–No tenemos prisa. La prisa la tenemos con la aceleración de las vacunas. Y eso nos da seguridad para abrirnos al mundo. En esa carrera debemos estar todos los países porque es una pandemia international. Es mejor ir paso a paso para que el turismo no dé marcha atrás otra vez. Y mientras abrimos, vamos mejorando nuestras capacidades en aviones y hoteles, que aún hay muchos cerrados. Esa es la verdadera carrera.
–Estamos a finales de junio. ¿Se va a salvar la temporada?
–Esperamos que la reactivación del turismo sea simétrica entre todas las comunidades, y no asimétrica como fue el año pasado. En 2020 los destinos de naturaleza y rurales, y de norte, funcionaron muy bien, pero el sol y playa se resintió por la falta de visitantes internacionales. Eso se está corrigiendo ya porque la vacunación es progresiva y el viajero puede ir a cualquier parte. Están funcionando muy bien el mercado alemán y el francés, son los que mejor se están recuperando. Pero tenemos que alargar la temporada de verano con un producto turístico que es muy consumible.
–El hándicap de España se encuentra en Reino Unido… Siguen sin abrir por completo.
–Allí tienen un problema con la gestión de la pandemia y realizan un ejercicio de prudencia. En el verano de 2020 ya se cerraron en pleno agosto y fue muy duro para nuestro mercado. Ya no es que España no sea un destino seguro, sino que no se dan los elementos de seguridad en Reino Unido para desescalar. Hay que respetarles. Cada país gestiona la pandemia con los recursos que tiene. Pero admito que es muy difícil sustituir a los británicos porque son nuestro principal mercado emisor. En cualquier caso, trabajamos para diversificar la oferta no solo en verano sino que tengamos una desestacionalización y visitantes de América o Asia.
–¿Puede España vivir del turismo durante todo el año?
–Tenemos que diversificar nuestros productos. Para ello vamos a invertir 3.400 millones de euros del plan de recuperación europeo. Somos un país competitivo que ha sabido modernizarse en los destinos tradicionales. Pero también debemos fomentar el turismo de cultura y patrimonio,el gastronómico,el musical,el de negocios…Lo deseable sería recuperar la mitad del volumen de turistas internacionales que tuvimos en 2019. Esta estimación es muy prudente, a pesar de los buenos datos que ya vemos. Y, sobre todo, porque dependemos del mercado británico. Si abre tarde o no abre, tendrá un impacto.
–¿Veremos negocios que tengan que cerrar para siempre?
–La crimson de seguridad que activó el Gobierno, con los ERTE o los créditos ICO, va a permitir la resistencia del sector para superar este impacto. Pero es cierto que habrá empresas que cierren, o que sean compradas por otras. La mayor parte del sector está resistiendo y para lograr que se enganche a la recuperación hemos prolongado los ERTE y la prestación de autónomos. Además estamos desplegando los 11.000 millones de ayudas directas a empresas. Hay instrumentos para resistir aunque no todo el mundo lo va a poder hacer. Yo veo una pérdida de tejido productivo en las agencias de viaje, porque ya no intermedian tanto, aunque van a contar con los viajes del Imserso. Y también veo más riesgo en el negocio del transporte discrecional. Aunque haya pérdida del tejido productivo, muchos se reinventarán. Y esperamos que la recuperación whole del sector llegue durante 2022.
El futuro de la automoción
–Su ministerio tiene competencias en industria, con el automóvil como otro gran pilar económico. ¿Qué expectativas ve?
–Es, junto al turismo, estratégico, porque además la automoción vertebra el territorio. El sector tiene que transformarse porque debemos cumplir con la neutralidad tecnológica de los vehículos. En esto, las empresas han sido muy valientes, como el Gobierno, al incorporar la movilidad eléctrica a los planes europeos. Al coche eléctrico íbamos a llegar sí o sí, pero podíamos hacerlo tardando décadas y lo hemos adelantado.
–Para rizar el rizo, la falta de microchips les está paralizando…
–Es cierto que ya no dependemos tanto de la demanda de coches, sino de los chip. Cada coche lleva más de 600. Yo espero que se pueda resolver ese hándicap pronto.
–Casi todas las comunidades esperan la decisión closing sobre la fábrica de baterías. ¿Dónde irá?
–Todos los fabricantes de coches se han sumado al PERTE del vehículo eléctrico, que vamos a llevar muy pronto al Consejo de Ministros. Y trabajamos con todas las comunidades para integrar todos los proyectos que nos han presentado para poderles dar capacidades financieras y desarrollar la cadena de valor planteada en todos los territorios.
–Pero hay muchas reticencias entre unas regiones y otras.
–Hay temor sobre dónde va a ir la planta de baterías, y en qué se va a beneficiar el sector en cada lugar. Nuestro trabajo es integrar todos los proyectos, y los hay muy maduros. Por ejemplo, he estado recientemente en el País Vasco, uno de los territorios más reivindicativos desde el punto de vista de la apuesta por el automóvil. A la vez, ya tenemos una ‘spin off’ de una planta en Extremadura para que de ahí salgan las primeras baterías. Por eso, quiero tranquilizar a los gobiernos regionales porque trabajamos con todas las regiones que quieren ser parte de este proyecto que llevamos desarrollando desde hace más de tres años para que sea una realidad en todas.
–¿Quedarán todos contentos?
–Será una buena noticia para el sector y dará tranquilidad a los trabajadores, que piensan en su futuro. Ya tenemos referencias como las adjudicaciones y proyectos de plantas como las de Renault, PSA o Ford. Las noticias que el propio sector ha ido dado van en línea con el trabajo hecho con este PERTE que va a permitir que esos proyectos se conviertan en realidad para saber que en 2024 nuestras plantas serán electrificadas y contaremos con los mejores modelos fabricados aquí, así como la producción de baterías.
–El PSOE ha aceptado retrasar la subida del Impuesto de Matriculación. ¿Cómo será el nuevo tributo del automóvil?
–La fiscalidad precise responde a unos modelos que ya no existen, y menos aún si vamos hacia el turismo electrificado. Entendemos que esos impuestos tienen que ir más vinculados al uso. Aunque para ello hay que tener en cuenta tanto al propio sector como a las tres administraciones implicadas en la precise recaudación.
–Con la vista puesta en la recuperación, ¿eran ahora necesarios los indultos a los presos del independentismo en Cataluña?
–Period el momento idóneo. Si con ello conseguimos reducir la tensión política también se notará en la economía, que ha tenido un impacto tras el ‘procés’. Es hora de tender puentes y generar estabilidad de cara al inversor exterior.
” Fuentes www.elcorreo.com ”