Un vagón restaurante con mesitas de luces tenues y suelos de moqueta. Al pisar por primera vez el Costa Verde Express a uno el embarga una cierta sensación de extrañeza, como si acabase de entrar en alguno de los escenarios novelados por Agatha Christie. El desconcierto inicial da paso al recogimiento de un convoy diseñado, única y exclusivamente, pensando en el confort de sus pasajeros. Dispone de 24 suites con aseo incorporado, televisión y una cocina con productos de kilómetro cero. «Esto no es un AVE ni un cercanías, va dirigido a un público muy concreto», señalaba ayer el director de Desarrollo y Nuevos Productos de Renfe, Félix Martín, al inaugurar la temporada de viajes de este tren de ensueño.
El primer convoy de la temporada partió ayer desde Oviedo y recorrerá varios puntos de interés turístico hasta recalar, cuatro días después, en Santiago de Compostela. Hasta octubre, el Costa Verde Express realizará también otros trayectos más largos que permiten conocer la cornisa cantábrica, desde Bilbao hasta Santiago, en un lapso de seis días y cinco noches.
En este tiempo, los visitantes podrán disfrutar de un amplio abanico de actividades entre las que se cuentan excursiones a las cuevas de Altamira, los lagos de Covadonga, baños termales y restaurantes con Estrella Michelin. Una oferta confeccionada al detalle, de modo que el pasajero «pueda descubrir lo mejor de nuestro patrimonio, cultura y gastronomía», agregó Martín.
El Costa Verde Express es uno de los tres trenes de lujo de Renfe. Este y el Transcantábrico circulan por la cornisa cantábrica, mientras que el Al Ándalus lo hace por el sur de España. El éxito del Costa Verde Express reside principalmente en que el pasajero, más que un viaje ferroviario, compra «una experiencia vital». A ello ayuda también el buen trato recibido por parte de la tripulación que se encarga de que los pasajeros se sientan como en casa. La plantilla está formada por más de diez personas -entre camareros, chefs, mantenimiento y guías- que dominan a la perfección el inglés.
Turistas extranjeros
Viajar en este tren tiene un coste aproximado de 4.000 euros por persona. Dada la exclusividad del trayecto, el perfil del viajero es bastante marcado. «Más del 80% son extranjeros. En su mayoría, procedentes de Estados Unidos o Asia», constata Félix Martín.
No obstante, Renfe tiene la intención de abrir esta modalidad al turista nacional. Para ello, como novedad, han introducido un descuento del 20% que el pasajero puede recibir si reserva su viaje para los meses de mayo y junio.
Aunque los cupos son limitados, Félix Martín espera que esta sea una «temporada fuerte» para el turismo sobre raíles, especialmente, tras el parón de hace unos años obligado por la covid.
” Fuentes www.elcomercio.es ”