La fuerte campaña de vacunación emprendida en España desde marzo (el número de personas con doble pauta ya se sitúa por encima del 72% de la población), el despliegue del pasaporte covid y la generalización de pruebas para detectar personas contagiadas no han sido suficientes motivos para recuperar la normalidad en el turismo en España y acercarse a los niveles de ocupación obtenidos en 2019, antes de la disaster del coronavirus.
Fue la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, la que avanzó en la última edición de Fitur, celebrada de forma excepcional en mayo, que las previsiones que manejaba el Ejecutivo era lograr entre un 40% y un 50% de los flujos de turistas extranjeros en comparación con los de 2019, en los que llegaron 38 millones de viajeros.
Meliá anticipa ocupaciones en agosto del 70% en Andalucía y del 55% en Benidorm
El objetivo parece abordable, pese al pinchazo del Reino Unido en junio y julio, compensado por el alza de Francia y Alemania, los otros dos grandes emisores de viajeros a España, y sobre todo por el repunte del turismo nacional. Patronales y grandes cadenas coinciden en las dificultades para emitir pronósticos a corto plazo, por lo cambiante de las restricciones a los viajes y por la preferencia imperante de cerrar las reservas días antes del viaje.
Reservas en libros
Un buen ejemplo de esas tendencias es Meliá, la mayor hotelera española. Fuentes de la compañía recalcan que los destinos en los que el turismo internacional tenía un gran peso, como Calviá, Benidorm o Tenerife (muy dependientes del turista británico), están muy por debajo de las cifras de 2019. En el otro lado destacan “un ritmo muy positivo y un buen nivel de ocupación” en destinos con alto peso del cliente nacional, con un volumen de reservas en libros para agosto del 70% en Andalucía y del 55% en Benidorm. Incluso los destinos insulares, pese a tener que desplazarse en avión, también están registrando buenos datos, con Ibiza y Menorca a la cabeza, con un 60% de reservas en agosto, Canarias por encima del 57% y Mallorca por encima del 45%.
En esa misma línea, Barceló destaca al turista nacional como el motor que está moviendo las reservas, aunque siempre realizadas con poca antelación. “En julio, el 52% de las reservas se realizó para el mismo mes. Y en agosto, aunque hemos registrado una mayor antelación, la tónica es la misma”, recalcan desde la hotelera balear. Las previsiones que maneja para el verano es incrementar un 17% la ocupación y un 10% el precio respecto a 2020 y alargar la temporada alta al menos hasta octubre. Por mercados, además del nacional, los que mejor han funcionado han sido países con menor peso hasta ahora en la llegada de viajeros como Francia, Bélgica, Holanda, Suiza y naciones de Europa del Este como Polonia y República Checa.
Las ganas de viajar tras muchos meses de encierro y el lanzamiento de bonos para estimular los viajes interiores han sido dos de los elementos que han movilizado a los viajeros nacionales a pasar sus vacaciones en España, a lo que se han unido las fuertes restricciones para viajar al extranjero. En Benidorm, un destino tradicionalmente acotado para turismo extranjero, el 81,4% de las pernoctaciones en la primera semana de agosto period de españoles.
Bonos turísticos
Canarias, pese a que su temporada alta es en invierno, tiene abierta en la actualidad un 70% de la planta hotelera y el Ejecutivo regional prevé cerrar el verano con unos niveles de ocupación del 50% respecto a 2019. “El turismo interior ha funcionado muy bien. Se han distribuido 50.000 bonos turísticos de 200 euros, con un coste de 10 millones de euros y eso ha permitido que junio y julio hayan sido los mejores meses de toda la pandemia”, recalcan fuentes de la Consejería de Turismo. En cuanto a los mercados extranjeros, Alemania ha sido el que más visitas ha aportado, seguido de Francia y Reino Unido. Respecto a este último mercado se prevé un acelerón de reservas en agosto, toda vez que Canarias está de nuevo en zona ámbar, lo que permite viajar sin cuarentena a los vacunados.
Barceló prevé un alza de precios del 10% respecto a los registrados en el verano de 2020
“Estamos teniendo una temporada de supervivencia, mejor que en 2020, pero muy por debajo de 2019, con ciertos factores positivos que nos dan esperanza”, apunta Juan Molas, presidente de la Mesa de Turismo, organización que reúne a 80 empresas del sector turístico. Entre ellos destaca que de una caída de los asientos de avión reservados del 54% en junio, en comparación con 2019, se ha pasado a otra del 15% en agosto. “En septiembre, el volumen de reservas es mucho mayor que en mayo y junio por el crecimiento de las vacunas y hay muchas esperanzas puestas en la temporada de invierno”. Molas precisa que la gran beneficiada puede ser Canarias. “Norwegian y los turoperadores nórdicos están cerrando cupos en Gran Canaria y Fuerteventura y eso es una buena noticia de la normalización”.
Las agencias de viajes piden ERTE hasta marzo de 2022
Tesorería. La mejoría que ha experimentado la facturación de hoteles, transporte u hostelería no ha llegado a las agencias de viajes. Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), apunta que un 75% de la facturación en temporada alta depende de los españoles que viajen al extranjero. “Ha habido poco movimiento, así que estamos con unos ingresos que no llegan al 50% de los 2019. Además del turismo emisor ha fallado el turismo de negocio y de convenciones, por lo que nuestra salida de la crisis será más lenta y gradual”.
Sin ayudas directas. Garrido recalca que las ayudas directas ofrecidas por el Gobierno aún no se han materializado y que tienen muchas limitaciones. “Necesitamos un poco de soporte tras dos años de crisis. Nos preocupan las agencias de viajes que viven con gran tensión de tesorería. Nuestra recuperación va a ser lenta que la de los hoteles y el transporte”.
Laboral. En este contexto, el presidente de CEAV exige la prolongación de los ERTE, tal y como están definidos en la actualidad, hasta la primavera de 2022. “Somos la actividad del turismo que más personal tiene con el empleo suspendido. Queremos evitar a toda costa que se nos meta en el mismo saco que los hoteles o el transporte. Es importante que se sepa que saldremos más tarde”.
” Fuentes cincodias.elpais.com ”