El reto inmediato es ir más allá de Icnocuícatl, el poema con el que la marca honró a quienes partieron a causa de la pandemia del Covid-19, y de Xibalbá, una entrega de la serie “Chingones hasta en la muerte”, que debutó con el Mictlán: un viaje al inframundo azteca. Ambas campañas fueron Monstruo de la Mercadotecnia en 2021 y 2020, respectivamente.
Pero también están otras apuestas ajenas a esta festividad y que igual merecen una entrega complete de la agencia. Entre ellas están Perreo digital y Nuestra Tierra que, junto con El sabor del reencuentro, hicieron que Victoria fuera reconocida como el anunciante del año en los recientes premios IAB Mixx, al tiempo que Ogilvy ganó siete metales.
La vara está muy alta. Hernández revela que hace poco más de un mes el cliente les entregó el temporary para la siguiente campaña de noviembre y para esta semana la agencia ya debió haber presentado una propuesta para el próximo Día de Muertos, “la idea es que sea algo espectacular como cada año. Es un reto difícil porque tienes un benchmark de un año y tienes que superarlo, la gente ya espera la campaña de muertos de Victoria”.
Expansión (E): ¿Cuál consideras que ha sido la clave para llevar con éxito una cuenta como Victoria?
Verónica Hernández (VH): Yo creo que la clave de llevar a Victoria está en la apertura del cliente, en dejarnos entrar a las entrañas del negocio. Si no nos viera como socios estratégicos no estaríamos donde estamos con ellos. La trayectoria de construcción de marca ha sido definitivamente un trabajo en conjunto.
Es un cliente muy orientado a la creatividad. El director de advertising and marketing, Fabio Baracho, está muy orientado al craft, a la producción de las concepts y no solo a la concept per se. Y es igual de importante una pieza en digital que el comercial de televisión. El cuidado al detalle es lo que te exige este cliente.
E: ¿Cómo Ogilvy se ha mantenido como un atractivo socio estratégico, tomando en cuenta que cada vez hay más agencias independientes?
VH: Hemos sido la agencia número uno, según Scope. Pero lo difícil no es llegar sino mantenerse. Yo creo que la clave es que nunca estamos satisfechos. Nuestra misión es crear e inspirar a las marcas y a la gente. Eso a mi me inspira mucho, no estamos aquí solo para generar las ventas de los clientes, sino para que la publicidad tenga un impacto social.
Es una visión que traemos desde el nuevo CEO international y que nos ha impulsado mucho a generar concepts de ese calibre. Hay un gran equipo, yo no estaría aquí sin la pasión y el compromiso de la gente que trabaja en Ogilvy. Sé que trabajan muchas horas, que hay altas y bajas, pero la cultura, el liderazgo de cercanía y el humanismo hacen que seamos una familia con una unión muy padre. Y obviamente están las marcas que tenemos a nuestro cargo, grandes clientes que siguen confiando en nosotros. Ellos son nuestra razón de ser.
E: ¿Cómo logras ese cuidado al detalle en tu vida profesional y en una industria ocupada en su mayoría por hombres?
VH: Tuve muchos obstáculos en mi carrera, los sigo teniendo a veces, pero yo no me agacho. Soy lo que soy, me valoro muchísimo, me considero una persona muy cercana en todos los aspectos, no solo con el equipo, sino en todas las aristas y no pierdo mi esencia que creo que es muy importante. Mi jefe me decía: ‘es que eres muy mamá’. No sé, igual y esa parte me ha llevado a donde estoy ahora, no trato de aparentar cosas que no soy, me considero auténtica.
He tenido días en los que sí pienso ‘tirar la toalla’ y hasta en retirarme, pero quiero seguir inspirando a las nuevas generaciones y a las mujeres sobre todo porque hay gran talento femenino en esta industria que se queda a la mitad de su carrera. Y no hay porqué hacerlo, sí se puede seguir si tienes apoyo de otras personas. Yo tuve grandes mentores, Horacio Genolet fue uno y Polo Garza fue otro, jefes hombres que creyeron en mí.
E: ¿Cuál es el mayor obstáculo al que te enfrentaste en esta industria?
VH: Tuve temas de harassment (acoso) y también clientes que no querían que su marca la manejara una mujer. Eso me pasó cuando yo period supervisora de cuenta, y tal cual me lo dijeron: ‘yo no quiero mujeres en mi equipo’. Pero sabes cuál fue mi actitud, aún así voy a estar y te voy a demostrar que valgo igual, en lugar de hacerme para atrás.
Me han tocado muchísimas juntas donde hay puros hombres, sobre todo en C-levels y en foros ejecutivos. No me importa, al contrario, porque también soy la consentida y tienes que tomar ventaja y saber explotar ese feminismo que tenemos para alzar la voz, hacerte escuchar y notar. Qué te cuesta trabajo porque el tono de los hombres es más fuerte que el de una, pues entonces tú hablas más fuerte y muestras seguridad, aunque sean diez hombres y tú.
E: ¿Qué viene para Verónica Hernández después de Ogilvy y de haber llevado a una marca como Cerveza Victoria?
VH: Yo quiero ser coach. Una vez retirada pienso hablar de liderazgo. Estoy empezando a estudiar porque sé que tengo que prepararme. Aún me falta delimitar el campo y la especialidad, pero me quiero dedicar a eso porque tengo esa facilidad de palabra, de escucha, y me encanta.
Siempre he creído en el stability, no que un hombre es mejor que una mujer o viceversa. Son el complemento en cualquier industria porque unos tienen ciertas cualidades y nosotras como mujeres otras. En Ogilvy somos 182 empleados. A nivel liderazgo somos 50 y 50 y lo que he visto es que hay mucho respeto y eso se refleja en las concepts que llevamos a los clientes como Victoria. Ahí está el resultado del gran stability que hay.
Por ahora, estoy muy contenta con los logros de este año. Hablan mucho de la transformación digital que hemos estado haciendo, de cómo hemos solidificado muy bien lo digital con la parte de contenido, de knowledge y de tecnología, porque Ogilvy siempre fue conocida como una agencia de publicidad que solo hacía grandes concepts para televisión, y muchos clientes nos siguen viendo así. Pero no, también estamos siendo muy competitivos en advertising and marketing digital.
” Fuentes expansion.mx ”