A las 9 horas de este miércoles ha entrado en el puerto de Maó el crucero Aidastella, de 253 metros de eslora. Ha llegado a la Isla gracias al consignatario Federico Cardona Trémol S.L., y a bordo había 1.884 turistas alemanes y 616 tripulantes. Venía de Barcelona y zarpó a las 19 horas destino a Palma, donde pone fin a su ruta.
El sector valora positivamente la presente temporada de cruceros, tras dos años prácticamente en blanco por la pandemia (sin escalas en 2020 y solo 12 en 2021). «Estamos volviendo a la normalidad», asegura Rosa Cardona, de la empresa consignataria Federico Cardona Trémol S.L, que pese a la incertidumbre inicial, con la anulación de algunas escalas entre marzo y mayo, la temporada de cruceros en Menorca se ha salvado.
Mejor se ven las cosas de cara al año que viene. Y es que de momento, según los datos de Autoridad Portuaria, hay reservadas hasta 96 escalas en el puerto de Maó para 2023. La primera llegada tendrá lugar el 23 de marzo y la última el 18 de diciembre de 2023.
Se trata de una lista que aún no está cerrada, por lo que de añadirse alguna más se podría superar el centenar. Si así fuera, como todo indica, se lograría el mejor stability de los últimos 13 años, concretamente desde 2009 cuando el puerto de Maó acogió 113 escalas. El récord de cruceros se registró en 2007, con la llegada de 119 buques turísticos.
Las empresas del sector atribuye el aumento esperado para el año que viene al auge que vive el negocio de los cruceros, una vez dejada atrás la pandemia. Según el sector este incremento previsto nada tiene que ver en que Menorca pueda acoger los cruceros que dejen de ir a Palma, donde se prevé una reducción de un centenar de escalas por el acuerdo de que no haya más de tres cruceros en el puerto de la capital balear durante el mismo día. «Los cruceros que van a Palma son más grandes, de más de 300 metros, y en cambio en el puerto de Maó la eslora máxima es de 275, por lo que en principio es difícil que se desvíen a Menorca», explica Cardona.