La actividad logística aumenta casi un 80% en lo que va de año, lo que lo convierte en la instalación que más crece de España
El Puerto de Málaga suena habitualmente por proyectos, espacios y actividades que resultan más vistosas para el ciudadano, caso de los muelles 1 y 2 o iniciativas como la Torre, la marina de megayates y la nueva Casa de Botes. Lejos de los focos, la zona netamente logística de la rada malagueña se asoma en forma de grandes portacontenedores que acuden cada vez con más frecuencia para cargar y descargar mercancías. Y es en esta faceta industrial donde la Autoridad Portuaria realmente saca pecho: en el primer semestre del año, el de Málaga ha sido el puerto español con un mayor crecimiento relativo, de casi un 80%; y además lo hace por segundo año cosecutivo.
De entrada, los muelles de la capital son utilizado por más buques y de mayor tamaño, gracias tanto a la recuperación de los cruceros como a la llegada de portacontenedores de gran eslora, según señala el presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Rubio, que lo califica como un «año excepcional». En el cómputo whole de cargas, se han movido casi tres millones de toneladas, lo que supone un récord absoluto, que duplica al volumen de 2019 (último año previo a la pandemia). Destacan los graneles sólidos, que suben casi un 30%, hasta las 825.658 toneladas, y especialmente los cereales y harinas para alimentación animal, frente a una estabilización de los minerales (cemento, clínker y dolomita).
En cuanto a los contenedores, aumenta un 83% en cuanto al número de unidades (teus); pero sobre todo se dispara un 185% si se tienen en cuenta las toneladas estibadas (1,8 millones). Rubio lo explica porque los contenedores vienen ahora con carga, gracias a las cuatro líneas regulares para importación y exportación que conectan con Estados Unidos y Caribe, Norte de Europa, India y Australia. Años atrás, lo ordinary period que Málaga se utilizara para el tránsito de contenedores vacíos.
Pasajeros
Sobre los viajeros, en las dos líneas regulares con Melilla se ha producido una subida de casi el 102%, aunque todavía está por debajo de 2019. En este punto, la Operación Paso del Estrecho (OPE) está siendo histórica, con un 40% de aumento respecto a la última antes del coronavirus. Por el momento, ya han cruzado a la otra orilla en lo que va de verano más de 40.000 personas.
La demanda está siendo tal que puntualmente ha habido que habilitar superficies adicionales, y la previsión es que siga así, a tenor de las reservas de billetes. Todavía persiste la incógnita acerca de cómo será la vuelta, ya que hay importantes colas para cruzar las fronteras entre Melilla y Marruecos.
En cuanto a los cruceristas, ya han pasado casi 100.000 turistas a lo largo de este 2022, que todavía son la mitad que en 2019, en 112 escalas (20 menos que en 2019. Ello se debe al hecho de que todavía hay algunas restricciones por el Covid en los cruceros, por lo que la ocupación de los barcos ronda el 55%. La previsión de escalas apunta a una recuperación whole en 2023.
Restauración de la Farola
El plan de inversiones para los próximos cinco años contempla, entre otros proyectos, poner en valor la Farola, que se someterá a una restauración completa y se creará un museo sobre la historia del Puerto y la navegación en la parte baja, correspondiente a la antigua vivienda del farero.
José Moyano, director del Puerto, comenta que la evolución de los muelles y el tamaño de los barcos obliga a instalar un nuevo faro, que estará ubicado en el extremo del Morro de Levante, aunque está todavía en planificación y sin plazos. «La Farola ahora tiene radares, cables, antenas, y todo eso se va a trasladar para limpiarla y restaurarla», aunque todavía no hay un plazo claro.
Desde ahora hasta 2027 esta institución prevé movilizar una inversión directa de 100 millones de euros, de los que el grueso se lo llevará la ampliación del muelle 9 (contenedores) y el aterramiento de la dársena pesqueña para crear el nuevo muelle 8 (destinado sobre todo a graneles). Ello permitirá atender en simultáneo a dos buques de la máxima eslora (de categoría E y triple E), con hasta 275 metros de eslora.
Ello supondrá el traslado de las instalaciones pesqueras, tanto la lonja como los atraques, a la zona de San Andrés y la margen derecha de la desembocadura del Guadalmedina; además de construir un nuevo puente para los camiones. Asimismo, dentro del proceso de recuperación de espacios en desuso, la transformación de muelle de Heredia en un centro para oficinas obligará al traslado de las dependencias de la Guardia Civil a San Andrés; y de Aduanas a la puerta de la alameda de Colón.
Por último, una nueva fase de la iniciativa Puerto Verde para la sostenibilidad ambiental será la construcción de una nueva subestación eléctrica de gran capacidad, de manera que los muelles tengan sus propias acometidas para que se enchufen los barcos y, de este modo, puedan apagar sus máquinas y dejar de contaminar mientras estén amarrados.
” Fuentes www.diariosur.es ”