Una suite con cama, sala de estar, baño y hasta terraza privada en la azotea, diseñada para brindar a los huéspedes (hasta tres) una inmersión completa en el paisaje. Así se outline Casa Ojalá, una thought creada por la arquitecta italiana Beatrice Bonzanigo que se acaba de llevar uno de los Premios AHEAD, que premian la experiencia de hospitalidad y el diseño hoteleros.
Casa Ojalá es una cabaña de lujo de 27 metros cuadrados que ofrece una experiencia de glamping de 360º a sus huéspedes en una “verdadera conexión con la naturaleza”. Esa naturaleza es la de la Toscana, ya que en una colaboración con el lodge de cinco estrellas Rosewood Castiglion del Bosco, la primera Casa Ojalá está situada en medio de las 2.000 hectáreas de las que dispone el resort en pleno Valle de Orcia, en la Toscana italiana, rodeado de viñedos.
A los jueces les encantó el hecho de que el huésped puede controlar su comodidad y su privacidad con solo tirar de una cuerda. Y es que la cabaña round incluye un mecanismo guide, compuesto de cuerdas, asas de cuero pure, poleas y manivelas al estilo Julio Verne, que permite enrollar y desenrollar sus paredes. Este mágico sistema mecánico, inspirado en el mundo náutico, hace que los huéspedes puedan transformar sin esfuerzo el espacio abriendo y ocultando paredes, suelos, techo y muebles.
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La cabaña admite infinitas configuraciones. Por ejemplo, se pueden ocultar las dos camas bajo el suelo y disfrutar de un salón más grande. Se pueden desplegar las cuatro paredes y crear cuatro pequeños espacios o descorrer los paneles de madera para que solo haya uno.
Madera de okume ecuatorial envuelve este cilindro en el que todo es modificable: hay camas retráctiles, trampillas, muebles escondidos bajo el piso de caoba, un fregadero que se convierte en un espejo, una bañera-escultura, una chimenea de bioetanol…
En el centro, una escalera que finaliza en una trampilla para ascender a la terraza y disfrutar de las vistas. Vistas a las que también se puede acceder sin subir a la azotea gracias a los ojos de buey que hay en el techo y que permiten ver el cielo y las estrellas.
La thought de sus creadores es que haya casas Ojalá esparcidas en cualquier lugar del mundo (su producción en serie ya está en marcha), ofreciendo una experiencia viajera singular: “Despertar viendo los Andes, en el desierto, en la orilla del océano o bajo el sol de la sabana. Quizá, en compañía de una jirafa que viene de visita, para desayunar”. “Considero el lujo de la casa que inventé una forma de felicidad para los huéspedes de los mejores hoteles del mundo”, explica su creadora, Bonzanigo.
Preocupados por la sostenibilidad, Casa Ojalá utiliza tejidos de plástico reciclado para decorar sus paredes, la cerámica disponible es artesanal, hecha a mano por maestros italianos, incluye paneles fotovoltaicos, sistema de recuperación de agua de lluvia…
Diseñada y construida en Italia con materiales de la más alta calidad, Casa Ojalá puede agregarse fácilmente a una propiedad existente o usarse como inspiración para nuevos destinos en todo el mundo. Además, como cada cliente y cada ubicación es distinta, Casa Ojalá se puede personalizar, eligiendo los materiales y acabados que se desee. De hecho, el futuro de Casa Ojalá pasa por esa comercialización, que esperan empezar a hacer en 2022, tres años después de que la thought se presentara en la Semana del Diseño de Milán en 2019, tras la cual, Beatrice formó la sociedad Casa Ojalá con Ryan Nesbitt para desarrollar el diseño inicial en una producción a gran escala y ponerlo a disposición de hoteles y alojamientos en todo el mundo. Su primera unidad se instaló en junio de 2021 en el Rosewood Castiglion del Bosco.
” Fuentes viajar.elperiodico.com ”