A sus 25 años, Óscar Martínez trabaja en Vigo, pero cuando regresa a su Oviedo natal lo hace habitualmente compartiendo coche, llevando pasajeros para tratar de que el viaje le resulte lo más barato posible y así combatir el encarecimiento de la vida de los últimos meses, en los que ha aumentado el precio del flamable, de la luz, del fuel, de los alimentos… “En un viaje puedo gastarme unos 50 euros, pero si llevo el coche lleno, con tres pasajeros, puedo sacar 40 y casi cubro todo”, explica.
Su caso ilustra el auge del coche compartido en Galicia, que el pasado agosto registró un incremento en el número de viajes del 16% respecto a 2019, el último verano antes de la pandemia de COVID-19, según los datos de Blablacar, la aplicación líder para poner en contacto usuarios que quieren pagar a medias sus viajes en automóvil.
Sus usuarios en Galicia crecieron un 60% el año pasado hasta sumar los 332.000, un complete de 120.000 más que dos años antes. Más de 60.000 de los usuarios pertenecen a la provincia de Pontevedra. A Coruña lidera la estadística, con 143.937, por 66.313 de Lugo y 61.813 de Ourense.
Martínez comenzó a utilizar esta modalidad el pasado mes de marzo y lo hizo por un motivo claro: “Para ahorrar”. Esta es la gran motivación para condicionar un viaje a acompañantes desconocidos. “El aumento de la actividad está vinculado, en parte, al incremento del precio de la gasolina, con un 78% de usuarios gallegos asegurando que están viajando más en coche compartido este verano debido al incremento del precio de los combustibles”, explican desde la compañía Blablacar.
El itinerario de Óscar se basa precisamente en esa cuestión en un trayecto sin alternativa viable en el transporte público, aunque para viajar en el Eje Atlántico o entre A Coruña y Ourense la gratuidad de los trenes durante cuatro meses y los descuentos en billetes de autobús amenazan el transporte compartido en coche. Para rutas como Vigo-Oviedo, esta última parece la mejor opción, aunque donde existan opciones que ahora han bajado de precio o directamente se han vuelto gratuitas se prevé un impacto negativo sobre los viajes compartidos durante lo que resta de año.
“No utilizo la autopista ni de broma. En lugar de ir hasta A Coruña y luego a Vigo, voy por Lugo y Ourense y luego a Vigo. Así tardo media hora más y hago el trayecto en tres horas y media más o menos, pero suele haber más gente interesada en compartir. Puedo recoger gente que va de Lugo a Ourense y luego a los que van de Ourense a Vigo”, explica este joven, que trabaja para la universidad olívica y que se desplaza de su lugar de residencia a Oviedo un fin de semana al mes.
El sistema es sencillo. Cada usuario le paga un dinero a Óscar, que los recoge en un punto convenido, y una cantidad a Blablacar. “Entre Vigo y Ourense, por ejemplo, suele costar unos 6 euros y entre 7 y 8 si viajas de Lugo a Ourense, más la comisión a Blablacar, que es de unos tres”, comenta Óscar, que defiende este sistema.
“En el mejor de los casos puedo llegar a cubrir todo el coste. Ahorrar dinero es más importante ahora que la comodidad de ir por la autovía y luego la autopista”, explica el usuario. “Además, ya me acostumbré a llevar gente y se hace el viaje mucho más ameno”, añade.
¿Alguna mala experiencia? “No, lo peor siempre es la gente que llega tarde, porque te descuadra los horarios. Luego puede haber gente más tímida sin ganas de hablar”, relata antes de reconocer que el fútil siempre es un terreno complicado a la hora de compartir viaje con desconocidos. “Siempre hay algún pique”, asume.
” Fuentes www.farodevigo.es ”