Después de días de críticas, acusaciones cruzadas y amenazas de ruptura –para muchos, puro teatro a nueve meses de las elecciones- el Consell de Mallorca, que preside la socialista Catalina Cladera, ha dado marcha atrás en el acuerdo inicial de patrocinio del Mallorca, dotado con 1,8 millones de euros. Una ingente cantidad de dinero público justificado por la necesaria labor de promoción turística en temporada baja que requiere esta isla.
Más allá de la cuestión del nombre para el estadio (“Visit Mallorca”, que podrá gustar más o menos ya que en gustos no hay nada escrito), el acuerdo preveía acciones técnicas de captación de visitantes de un perfil atractivo para Mallorca en los meses bajos del calendario, lo que comúnmente se conoce como desestacionalización.
Se trata de uno de los grandes retos asumidos –o eso es lo que nos vendían- por parte de Govern, Consell y ayuntamientos, además de patronales y sindicatos, que encontraban (¿encuentran?) inteligente atraer más visitantes de noviembre a abril para adelgazar las llegadas en los meses fuertes. Equilibrio.
Sin embargo, la inagotable fobia de Més y Podem a todo lo que signifique turismo y el interés partidista de la presidenta Catalina Cladera de mantener un Pacte zombi cueste lo que cueste hasta mayo del año que viene, han sido motivos suficientes para tumbar el acuerdo alcanzado con el Actual Mallorca y anunciar “un nuevo mecanismo jurídico” que permita inyectar los 1,8 millones al membership para “mantener su apoyo” pero desligándolo de la promoción turística.
Dicho en otras palabras: el Consell no pagará al Mallorca, una empresa privada, para que promocione el turismo pero le regalará 1,8 millones públicos para no se sabe qué finalidad. Dinero sí, objetivos vaya usted a saber.
Teniendo en cuenta que la comunidad –al igual que el resto del país y Europa- se enfrenta a un invierno muy duro en lo económico, con una más que possible recesión y una inflación disparadas, y que urge mimar como nunca hasta el último céntimo de los ciudadanos, convendría que los dirigentes del Consell entendiesen que los contribuyentes no están para bromas y que “mantener el apoyo” al membership sin un objetivo definido es timarles en su propia cara y a costa de su cartera.
Si quieren “mantener el apoyo” al Mallorca podrían tomar nota de sus compañeros del Ajuntament de Palma que, en vez de dinero, les “han apoyado” con acciones reales como la retirada de las pistas de atletismo.
Lamentable desde un punto de vista de gestión pública y bochornoso desde el de la dignidad política. El PSIB, por volver a arrodillarse ante sus socios con tal de mantener las sillas, y Més y Podem por seguir renegando de la industria que les da de comer.
” Fuentes www.mallorcadiario.com ”