Vehículos parados desde el mes de marzo pasado, gastos fijos que mantener y el miedo a pasar otro año prácticamente en blanco. Este es el panorama que se encuentran las empresas de Castellón dedicadas al transporte discrecional. El secretario de la asociación Direbús en la provincia, Juan Castillo, comenta que su sector «depende mucho del turismo» y la ausencia de visitantes les afecta directamente.
La única actividad que tienen en estos momentos «son las rutas escolares y los viajes en los que llevamos a grupos de deportistas profesionales». Un porcentaje muy escaso respecto a todo lo que desplazaban antes de la llegada de la pandemia.
Para estas empresas, «el 2021 lo podemos dar casi todo por perdido, puesto que nuestro momento de mayor facturación es entre marzo y julio», detalla Castillo. Son los meses en los que se juntan los viajes del Imserso o excursiones de centros educativos. «Todo esto está parado, y tampoco hay eventos ni mucho menos recorridos organizados por las agencias de viajes, que también están en una situación límite», añade.
En el caso de que el ritmo de vacunaciones se acelere y empiece a verse la luz al closing del túnel en el segundo semestre, ya no les dará tiempo a notar su efecto hasta las últimas semanas del año o la primavera del 2022. Relata que por ahora «no se ha dado ningún cierre, y se da la suerte de que todas las empresas tenían una economía saneada, pero prácticamente toda la plantilla con la que contábamos sigue en ERTE», y son los integrantes de las familias propietarias los que se dedican a cubrir los pocos viajes que realizan ahora.
Castillo enumera los resultados de facturación de la docena de empresas castellonenses que forman parte de este colectivo. «De marzo hasta el pasado verano la caída fue del 100%, al estar completamente parados; el periodo de junio a agosto la caída fue del 84% respecto a un verano regular; y de septiembre a diciembre fue algo mejor, pero se obtuvo un 66% menos», especifica. En complete, una caída media del 75% desde el closing del confinamiento, y que ahora se agrava con la tercera ola.
La provincia cuenta con unos 120 vehículos dedicados al transporte discrecional, que son contratados para servicios como llevar a los invitados de una boda, una excursión de una asociación de pensionistas, congresos o el típico viaje de closing de curso de escolares. Su ámbito es diferente al de las empresas que explotan líneas regulares de transporte, que se han ido recuperando en los últimos meses, aunque también se ha resentido el número de pasajeros.
Costes
Tal y como ocurre con otros sectores de la economía, el mecanismo de las regulaciones temporales de empleo alivia parte de las dificultades del transporte discrecional. Pero hay una vertiente muy importante, que son los gastos fijos. Especialmente los que comporta el leasing de una flota que está paralizada.
Juan Castillo enumera que en agosto «conseguimos un decreto que aplaza el pago de este arrendamiento financiero por seis meses, y que recientemente se prorrogó por tres meses más, con la puerta abierta a ampliar el plazo».
No tienen ayudas directas, ni tampoco han accedido a las concedidas a las líneas regulares. La determinación de mantener la presencialidad en los colegios mantiene un hilo de esperanza.
” Fuentes www.elperiodicomediterraneo.com ”