El mercado de alimentos congelados constituye un segmento comercial que crece a pasos sostenidos a nivel internacional en los últimos años, impulsado por el estilo de vida prevaleciente entre los habitantes de las grandes urbes, quienes por sus múltiples o extensas actividades -agravadas muchas veces por el tiempo que les demanda desplazarse desde y hacia sus puestos laborales- disponen de cada vez menor tiempo para destinar a las tareas culinarias.
Así, los jóvenes y familias de la nueva generación, denominados coloquialmente “milennials”, caracterizadas por trabajar ambos integrantes de las parejas fuera del hogar -así como eventualmente estudiar y desarrollar numerosas actividades- difícilmente cuentan con horarios homogéneos para una comida acquainted, así como para emprender la preparación de la misma a partir de materias primas sin procesar.
A ello cabe asimismo agregar el significativo crecimiento en las ciudades de hogares unipersonales o constituidos por parejas sin hijos, estructura que contribuye a promover una demanda gastronómica que requiera menor tiempo y esfuerzo de preparación.
El sector de los alimentos congelados presenta, por ende, una solución para los casos descriptos, proliferando así el número de locales que se centran en la provisión de productos congelados, listos para transitar un circuito directo del congelador (“freezer”) al horno, y del mismo a la mesa.
De esta forma, en pocos minutos, un alimento congelado se transforma con gran practicidad en un almuerzo o cena listos para su consumo, resultado que seduce a quienes desarrollan agitadas jornadas laborales.
Al margen del aspecto estructural en materia poblacional antes descripto, puede señalarse que las comidas congeladas escalaron una mayor difusión con motivo de la pandemia, expandiéndose tanto sus ventas en supermercados como por parte de firmas especializadas -que muchas veces incluyen su entrega a domicilio- e incluso por parte de variados restaurantes que ajustaron su metodología culinaria para ofrecer el servicio de platos preparados -muchas veces de relativa sofisticación- ya congelados, listos para su despacho.
En cualquier caso la mayoría de los consumidores de productos alimenticios congelados prefieren adquirirlos en supermercados e hipermercados, así como grandes tiendas minoristas especializadas en el sector, dada su mayor confiabilidad en relación al mantenimiento de una óptima cadena de frío.
- El mercado bajo análisis ya se encuentra consolidado a nivel mundial, en specific en Europa y Estados Unidos, donde se concentra la mayor masa de consumidores de elevados ingresos.
No obstante, en años recientes también en los países en desarrollo se visualiza el cambio de estilo de vida antes descripto que acompaña a una rápida urbanización, y por ende la progresiva instalación del mercado de alimentos congelados.
En efecto, el incremento de los ingresos disponibles por las respectivas clases medias locales en muchos países en desarrollo comienza percibiéndose incipientemente por el incremento en la demanda de bolsas para el adecuado almacenamiento de este novedoso estilo de alimentos, evidencia de su creciente consumo.
Como ya se señalara la pandemia del Covid-19, indujo a algunas empresas a adaptarse a las necesidades de los consumidores en relación a aquellas nuevas formas de alimentación, que incorporan una mayor atención de la demanda a los ingredientes contenidos en los mismos, ya que se persigue una ingesta con productos saludables y sostenibles, la que convive con una importante demanda para los productos congelados industrializados, tales como pizzas, helados y vegetales.
- A modo de ejemplo, puede citarse que la tradicional y afamada Feria de ANUGA -uno de los encuentros más convocantes de la industria alimenticia mundial, concretada bianualmente en Colonia (Alemania)- incorporara un sector denominado “ANUGA Frozen Food”, integrando así a la industria de alimentos congelados a uno de los hitos del comercio internacional, donde se presentan las novedades más destacadas del mercado y se promueve la innovación en las diversas categorías del mismo, reflejando las nuevas tendencias en el ámbito de los alimentos congelados, que ahora promueven asimismo una evolución asociada a una nutrición sostenible y amigable con los recursos naturales.
Asimismo, en consonancia con las preferencias de los consumidores la industria comenzó a introducir nuevos avances, tales como envases más livianos, irrompibles y reciclables, colaborando así con la protección del medio ambiente.
El mercado de alimentos congelados es un mercado altamente fragmentado compuesto por competidores regionales e internacionales. El mismo está dominado por jugadores globales como Unilever, Nestlé SA, Normal Mills, Nomad Meals Ltd, Tyson Meals Inc. y Conagra Manufacturers Inc. Los principales actores en el mercado de alimentos congelados disfrutan de una presencia dominante en todo el mundo, enfocándose en aprovechar las oportunidades que presentan los mercados emergentes para expandir su cartera de productos de modo que puedan satisfacer los requisitos de varios segmentos de productos, especialmente postres congelados.
Así, dichas empresas compiten en diversos aspectos tales como la variedad de oferta de productos, ingredientes empleados, niveles de calidad, sabores disponibles, precio, funcionalidad, tamaño, empaque y actividades de advertising and marketing, para alcanzar ventajas competitivas en el mercado.
Así, según un informe de Grand View Analysis, se espera que el tamaño del mercado mundial de alimentos congelados alcance US$ 380.500 millones para 2027, con una tasa compuesta anual del 3,4%.
En efecto, los consumidores estadounidenses prefieren mayor comodidad en el traslado de sus alimentos, y por ello la tendencia se inclina hacia comidas más pequeñas y más frecuentes, por lo que los alimentos congelados ahora se exhiben en primera línea en los supermercados e hipermercados estadounidenses, siendo los segmentos de más rápido crecimiento en dicho mercado las verduras y comidas preparadas, destacándose estas últimas por el impulso sustantivo de la demanda de pizza congelada y desayunos de mano, que se posicionan como productos de bajo costo y prosperan en calidad y frescura.
Una encuesta realizada por la Asociación de la Industria Alimentaria y el Instituto Estadounidense de Alimentos Congelados señala que el sector ha crecido significativamente, registrando en 2020 un aumento de sus ingresos en torno de 21% y un incremento del volumen comercializado superior a 13%.
No obstante, el mercado más grande para alimentos congelados durante 2020 se registró en el ámbito europeo, señalando la Federación Británica de Alimentos Congelados que las ventas de alimentos congelados al por menor en el Reino Unido aumentaron en 872 millones de libras esterlinas (aproximadamente US$ 1.120 millones, tipo de cambio promedio anual 2020) hasta superar los 7.000 millones (US$ 8.990 millones) en 2020, lo que supone un incremento superior al 14%.
- Por su parte, Alemania se ha convertido en el mercado de alimentos congelados más importante de Europa, con una cuota de mercado estimada de 19%, lo que supone un valor de mercado 12.000 millones de euros (aproximadamente US$ 13.700 millones, tipo de cambio promedio anual 2020), seguida del Reino Unido, con una cuota de mercado de 17%. Finalmente, con una cuota de mercado de 13%, Francia se ubica como tercer mercado de alimentos congelados más importante de Europa.
Hoy en día resultaría impensable prescindir de los productos congelados en la alimentación diaria ya que prácticamente en todos los hogares (97,5%) se adquieren y aprecian estos comestibles, cuya gama ascendió enormemente hasta alcanzar a 17.000 diversos productos asequibles en el mercado. Así, su consumo per cápita en Alemania asciende a cerca de 47 kilos anuales, lo que representa un salto monumental en comparación con 1960, cuando el promedio oscilaba todavía en torno a 800 gramos (Instituto Alemán de Alimentos Congelados -DTI por sus siglas en inglés- 2021).
En cualquier caso, se estima que el área del Asia Pacífico constituya la región de más rápido incremento del sector en el período considerado, con una tasa compuesta anual de avance en torno del 4% entre 2020 y 2027, debido a la creciente tendencia de consumo de alimentos listos para ingerir entre la clase trabajadora y los graduados universitarios de países como China e India.
La República Standard China presenta la mayor participación en el mercado de alimentos congelados envasados de la región, dada su enorme población y la creciente urbanización de la misma, demandando cada vez más los consumidores chinos productos alimenticios de mayor calidad y fácil ingesta, aspectos vinculados con las modificaciones constatadas en años recientes en su dieta tradicional, al incorporarse mayor contenido de carne y otros productos de consumo common en el mercado de alimentos congelados ahora disponibles.
Por su parte, el mercado en nuestro país se destaca por la creciente actividad de empresas como McCain Meals (papas congeladas para consumo native y exportación), Normal Mills (La Salteña), Molinos Río de La Plata (Granja del Sol) y BRF (Sadía, Vienissima, Paty), entre otras compañías.
Cada una de las mismas lidera alguna categoría del segmento de alimentos congelados, ofreciendo una variada gama de los mismos que se extiende desde productos tradicionales tales como hamburguesas de carne, hasta “nuggets” (bocadillos de pollo para freír), empanadas de pollo, pescados y frutos de mar en diversas presentaciones, milanesas de soja, vegetales, y papas, habiéndose incorporado en los últimos años comidas listas para cocinar tales como pizzas, empanadas y tartas.
En cualquier caso el consumo per cápita del segmento continúa por debajo del promedio regional, a pesar del impulso alcanzado en los últimos años desde 2020, en que se registraron tasas de crecimiento de dos y hasta tres dígitos.
En efecto, puede verificarse que los alimentos congelados están ganando participación en las góndolas de los supermercados argentinos, aunque todavía la demanda native se ubica muy alejada de los niveles de los países más desarrollados, estimándose para 2022 un consumo anual per cápita de 2 kilos, frente a -por ejemplo- 19 kilos en España, en buena medida dado que el acceso a un “freezer” no se encuentra aun plenamente difundido entre los sectores de menores ingresos.
De acuerdo con un estudio de la consultora Kantar World Panel, el 75% de los hogares locales adquieren productos congelados al menos una vez al año, continuando el consumo muy concentrado en la porción más alta de la pirámide socioeconómica.
A modo de ejemplo, se puede citar a “Qüem” -cadena especializada en la venta de alimentos congelados- que cuenta con varias sucursales en nuestro medio, operando con un modelo de tienda exclusiva a tal efecto. Sin embargo, Qüem no constituye un caso aislado en su objetivo de imponer el modelo de tiendas exclusivas de congelados, pudiéndose actualmente observarse la aparición de otras marcas que operan con una propuesta related, tales como “All Frozen” (nacida en la ciudad de San Martín de los Andes y que hoy cuenta con locales en San Juan y Tucumán), “Low Zero” (con presencia en la Ciudad de Buenos Aires y la zona norte del conurbano) y “Freezalo” (con base en el barrio porteño de Belgrano).
Asimismo, este avance no se limita sólo a las tiendas especializadas, ya que operadores como “Grido” -cadena de heladerías con gran presencia territorial en el país- lanzó hace algunos años sus pizzas congeladas, incorporando recientemente un vasto listado de nuevos productos a su cartera de alimentos no tradicionales.
Finalmente, no cabe dejar de lado a otros nuevos operadores en el mercado native del segmento que nos ocupa, denominado el de las tiendas “flexitarianas”, que se distinguen de las vegetarianas en que su oferta se basa en vegetales, aunque contemplan a los consumidores de dietas que incluyen ocasionalmente carnes y pescados.
En efecto, dicho publico cuenta con proveedores tales como “Frizata” -empresa de tecnología de alimentos native de carácter “flexitariano”, fundada en 2019, que produce alimentos innovadores y los comercializa “online”, sin intermediarios ni locales propios- cuyo objetivo es satisfacer la demanda de alimentación equilibrada de dicho segmento de la población, basada en una gran variedad de productos a precios más accesibles que permita a los seguidores de este tipo de dietas ahorrar tiempo en la cocina, al poder planificar sus comidas diarias y adquirir el variado menú ofrecido por dicho proveedor.
A modo de conclusión, puede observarse que el mercado de envasado de alimentos congelados resulta altamente competitivo y consta de pocos jugadores de relevancia que en términos de cuota de mercado dominan actualmente el mercado. Sin embargo, con patrones de embalaje creativos y decorativos, empresas medianas y pequeñas están aumentando su presencia en el mercado al asegurar nuevas variedades de productos y mecanismos de comercialización. En efecto, las papas y hamburguesas lideraron hasta ahora las comidas congeladas en el mercado native.
Sin embargo, al presente existen un sinfín de propuestas, incluyendo hasta opciones de alimentos orgánicos sin gluten ni conservantes. En efecto, la comida congelada disponible hoy en día localmente presenta mejor calidad y variedad, así como diversas e innovadoras opciones, pudiendo competir con aquella fresca respecto de sus atributos en materia sanitaria, nutricional, y de sabor, al punto que muchos consumidores manifiestan que preparar alimentos congelados resulta más fácil que la tarea con aquellos frescos.
En efecto, se registra por ejemplo un aumento en los establecimientos de oferta de fruta congelada -desde variedades enteras hasta cubitos con un “smoothie” (esencia de licuado) listo para añadir la leche que se desee, o sobres conteniendo frutas o verduras ya trituradas- ya que las empresas, sin importar su tamaño, continúan presentando nuevos productos y propuestas.
Así, la tendencia de los consumidores en favor de alimentos más sanos y nutritivos, sin aditivos y con el menor procesamiento posible, alienta el recurso a productos congelados de fácil preparación y cocción, lo que conlleva modificaciones en sus envases y mayor transparencia en su etiquetado.
Sin duda, la nueva orientación del mercado refleja un consumidor más informado e interesado en muchas opciones, por lo que las empresas deben innovar para satisfacer los nuevos paradigmas de consumo y sus clientes.
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