El ritmo vertiginoso, la confusión callejera, los aromas mareantes. Pero también los centros comerciales climatizados, los lujosos templos gastronómicos, los trenes elevados de corte futurista. Bangkok tiene una capacidad única para conjugar las contradicciones hasta hacer de ellas su propio latido. Frenética y al mismo tiempo serena, ultramoderna y ancestral, su esencia consiste en caminar por la cuerda floja entre pasado y futuro, entre tradición y vanguardia, entre armonía y caos.
En pocos lugares como en la capital tailandesa se pasa de una vorágine de movimiento a un idílico remanso de paz en apenas unos minutos. Los mismos que se tarda en estar inmersos en una ultramoderna escena de rascacielos y neones para, de pronto, retroceder varios siglos hacia el esplendor del reino más influyente de oriente. Así es esta megalópolis de más de 10 millones de habitantes, epicentro económico y social del sudeste asiático, que supone la primera toma de contacto con el país de la sonrisa.
A Bangkok se viene a conocer una cultura única que permite empaparse de la espiritualidad de sus templos. A navegar por el achocolatado río Chao Phraya, que es el alma fluvial de la ciudad. También a perderse en sus coloridos mercados, en los que vivir una experiencia sensorial. Y a agasajar al estómago con una de las gastronomías más reputadas del momento, bien en sofisticados restaurantes exquisitamente decorados o bien en ruidosos road meals donde se come de lo lindo por apenas unos euros. Pero además se viene a descubrir otro mundo que trasciende al trasiego a pie de calle. Un mundo a donde no llega el bullicio, el horizonte se ensancha sobre los tejados y la vista se pierde en un manto de asfalto. Es el Bangkok que roza el cielo desde los hoteles que suponen todo un alarde de verticalidad. Hoteles que están concebidos para desenvolverse en las alturas y empacharse con uno de los skylines más atrevidos del mundo.
Modernos, elegantes y dotados de personalidad, estos alojamientos, comúnmente coronados por rooftops donde desfilan los cócteles en las tardes glamurosas, son la opción perfecta para contemplar la ciudad a vista de pájaro. Especialmente a la caída del sol, cuando la atmósfera se tiñe de tonos rojizos y las luces se encienden poco a poco hasta convertirse en un océano centelleante. Aunque hay muchos, aquí detallamos los más cercanos a las estrellas.
Bangkok Marriott Lodge The Surawongse
Con habitaciones que combinan el diseño moderno de Marriott con un creativo toque tailandés que es exponente del lujo oriental, este resort es supreme para disfrutar del horizonte de Bangkok gracias a su rooftop.
Banyan Tree Bangkok
Un icono de lujo y bienestar es este cinco estrellas en pleno centro, con suites irresistibles, un reputado balneario y piscina al aire libre que emula los paisajes del trópico. En su punto más alto (planta 61) descansa el restaurante Vertigo.
137 Pillars Suites & Residences Bangkok
Inaugurado hace apenas un lustro, este ultralujoso resort del distrito de Sukhumvit ofrece amplias habitaciones con vistas de 360 °, restaurantes de alta cocina, gimnasio, spa, un campo de golf y dos piscinas en la azotea. En el piso 30, una suite excepcional.
Lebua at State Tower Lodge
Es uno de los hoteles más famosos de Bangkok gracias a su restaurante Sirocco, que aparece en películas como Resacón 2: ¡Ahora en Tailandia!, y porque es seen desde todos los puntos de la ciudad gracias a su gigantesca cúpula dorada.
Okura Status Bangkok
A través de sus ventanas panorámicas polarizadas de triple acristalamiento, la ciudad se despliega. En este resort de inspiración japonesa todos los detalles están cuidados, incluido el kimono que se otorga al huésped para usar durante su estadía.
Skyview Lodge Bangkok
El cielo, como su propio nombre indica, es el límite de este resort de diseño, emplazado en el distrito de la moda, donde se recoge el espíritu más vibrante de la ciudad. Pero no hace falta salir del resort, su azotea cuenta con un bar que transporta a La Habana de 1905.
Avani+ Riverside Bangkok Lodge
Su ubicación junto al Chao Phraya propicia vistas sobre el río y la posibilidad de hacer bonitos paseos en barco desde el propio resort. Pero el paraíso se esconde en la azotea, con su piscina y el SEEN Restaurante, que también está en São Paulo y Lisboa.
So Sofitel Bangkok
A la elegancia de este resort se une una estética peculiar que sintoniza con el vecino parque Lumpini y que está inspirada en la filosofía feng shui, con la que un equipo de diseñadores reinterpretó la esencia del agua, la tierra, la madera, el steel y el fuego.
Column Bangkok Lodge
Con las mejores boutiques de la ciudad a la vuelta de la esquina, este resort vuelca sus vistas hacia el lago más grande de Bangkok. Sencillas, modernas y funcionales, todas sus estancias han sido concebidas con el máximo respeto al medio ambiente.
” Fuentes viajar.elperiodico.com ”