Se parecen, pero son distintas. Está la ciudad italiana de Génova, con acento esdrújulo, y luego tenemos a la empresa española Ghenova, con acento llano y h intercalada, como aclara su consejero delegado. El ingeniero sevillano Francisco Cuervas (1966) recibe en su oficina a EL ESPAÑOL | Porfolio para contar la apasionante historia, poco conocida fuera del sector, de la principal compañía privada en España de ingeniería naval. Tiene mucha experiencia en cruceros, pero su fuerte ahora son los barcos de guerra. La sede central de Ghenova se encuentra en Sevilla, donde yacen los huesos del genovés más famoso: el almirante Cristóbal Colón.
La empresa nació para crear centrales nucleares en España, en los años 90 cambió de rumbo hacia el mar y hoy es líder en la ingeniería de barcos militares y civiles, entre otras líneas de negocio.
Francisco Cuervas, más conocido como Paco entre sus amigos y compañeros, dirige junto a sus socios Carlos Alejo y Raúl Arévalo a un equipo de 800 personas que es clave para la defensa naval española. Y lo será aún más en el futuro inmediato, puesto que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), se ha comprometido a que España cumplirá la exigencia de la OTAN de elevar el gasto militar hasta el 2% del Producto Inside Bruto (PIB) en el horizonte de 2029. Es seguro, por tanto, que habrá más dinero para la empresa pública Navantia y su contratista privado de referencia, Ghenova.
Si imaginamos un buque como un cuerpo humano, los ingenieros navales de Ghenova son los que dibujan al detalle sus venas, sus intestinos, sus neuronas, sus nervios: desde las conducciones eléctricas y las tuberías de flamable o de aire, hasta su sistema operativo electrónico.
Expansión internacional
Trabajan sobre todo para Navantia, la sociedad pública española constructora de embarcaciones militares y civiles, que es la tractora del sector naval en el país. Pero Ghenova tiene clientes en 25 países. Ha participado en la fabricación de portaaviones, fragatas, destructores, submarinos, patrulleras, guardacostas o navíos oceanográficos para las armadas y otros departamentos oficiales de España, Francia, Noruega, Australia, Arabia Saudita, Turquía, Colombia, Venezuela, Brasil, Dinamarca, Portugal o Estados Unidos, y su cartera de pedidos en defensa sigue creciendo. Sus mercados predominantes son los países de la OTAN o amigos de la organización, Sudamérica y Arabia. Si hay nuevas guerras navales, decenas de barcos llevarán su sello Made in Sevilla.
También diseña las tripas, los órganos y la fisonomía de barcos civiles de todo tipo: cruceros gigantescos, navíos turísticos rompehielos (para el ascendente nicho de los viajes polares), megayates de lujo, ferries de pasajeros y vehículos, cargueros marítimos o lanchas fluviales de mercancías, como las que surcan las “hidrovías” del Amazonas y otros ríos suramericanos.
Además del sector naval en sus vertientes civil y de defensa, Ghenova se ha diversificado y desarrolla proyectos internacionales en otros tres frentes, energía-industria, infraestructuras y transformación digital, que la han llevado, por ejemplo, a diseñar ahora una refinería en Angola o la mayor planta fotovoltaica de Colombia, una de 500 megavatios en La Guajira.
Suma ya 800 trabajadores, de los que alrededor del 80% son ingenieros. Parte de la plantilla trabaja en su discreta oficina central de la capital andaluza, en la segunda planta de la avenida San Francisco Javier 20. En España, Ghenova tiene una importante delegación en Ferrol para estar cerca del astillero gallego de Navantia, y oficinas en Madrid, Vigo y El Puerto de Santa María (cerca de los astilleros de Navantia en la Bahía de Cádiz).
Suma 800 profesionales en España, Brasil, Colombia o Australia, y se está introduciendo en Estados Unidos
Explica el consejero delegado o CEO (del inglés chairman govt officer) de Ghenova que la empresa ha vuelto a Cartagena (Murcia) y que está abriendo otras oficinas en Córdoba (nueva sede de la Base Logística del Ejército de Tierra y donde hay facultades de Informática e Ingeniería), en Granada y en Málaga (ciudades que son emergentes polos en inteligencia synthetic e industria digital).
En el extranjero, cuentan con delegaciones en Brasil (la de Río de Janeiro abrió hace 14 años), Colombia (su oficina de Cartagena de Indias es la mayor fuera de España, con 150 empleados), Bolivia (en Santa Cruz, para carreteras) y Australia (en Melbourne y Adelaida, aunque planean mudarse a Sídney).
Anuncia Cuervas que acaban de abrir una oficina en Filadelfia, para crecer en el mercado estadounidense, y de constituir una sede social en Reino Unido. El objetivo de este movimiento estratégico es posicionarse para conseguir contratos en los proyectos navales que surjan de la nueva alianza militar industrial de Australia, Reino Unido y Estados Unidos (el pacto Aukus, acrónimo de sus nombres en inglés). La primera consecuencia de este pacto, anunciado en septiembre de 2021, fue que Australia canceló el encargo a Francia de los submarinos de propulsión nuclear que ahora fabricará con tecnología estadounidense.
Francisco Cuervas detalla la trayectoria de la empresa durante una escala en su sede principal de Sevilla. Se pasa el año viajando. Hace unas semanas voló 36 horas a Australia para pasar tres días en un encuentro internacional y luego ha ido a Arabia Saudí con una misión oficial de empresas españolas encabezada por la ministra de Industria, Reyes Maroto.
El ingeniero y empresario sevillano preside la agrupación hispano-saudí de empresas navales
El ingeniero y empresario sevillano preside el Maritime Hub Hispano-Saudí, una nueva agrupación de una veintena de empresas marítimas españolas con proyectos en Arabia, país que ha dispuesto miles de millones para inversiones de todo tipo en los próximos años dentro de su plan Vision 2030. Ghenova participa en parte del diseño de detalle de las cinco corbetas que Navantia construye para Arabia Saudí en los astilleros gaditanos, de los que ya ha entregado la primera, pero este programa es solo uno de los muchos contratos que pueden venir en diferentes sectores, de la defensa a las energías renovables.
Los orígenes
Francisco, Paco entre los suyos, creció de niño y de chaval rodeado de barcos de juguete porque su familia era dueña de la renombrada empresa de venta y distribución de juguetes Cuervas. En lugar de seguir con el negocio de casa, del que aprendió la dimensión comercial, hizo carrera como ingeniero mecánico. Tras egresar de la Escuela Técnica Superior de Sevilla entró como becario en la oficina hispalense de Ghesa Ingeniería y Tecnología S.A., a las órdenes del ingeniero Carlos Alejo.
Las iniciales de Ghesa, cuenta Cuervas, se correspondían con Gibbs y Hill Española SA. Gibbs and Hill era la firma de tecnólogos de Nueva York a los que las empresas estatales que controlaban el mercado eléctrico español en los años 70 recurrieron como socios expertos para el diseño de las primeras centrales nucleares que se construyeron en España. Cuando las diez plantas atómicas empezaron a funcionar en los 80 y se acabó el trabajo de ingeniería, Ghesa buscó actividad en otros sectores y envió al ingeniero Carlos Alejo a Andalucía para que explorara oportunidades en el sur.
La empresa matriz nació con socios de Nueva York para diseñar las primeras centrales nucleares de España
Las encontró en los astilleros de Sevilla, Huelva y la bahía de Cádiz, donde hacía falta subcontratar trabajos de diseño de detalle naval. Con la ayuda de un socio italiano, Giorgio Montagner, la delegación andaluza de Ghesa creció en el sector marítimo. El becario Cuervas y otros jóvenes se fueron a la oficina de diseño del italiano junto a los astilleros de Mestre, en el área de Venecia, y allí aprendieron el oficio y, sobre todo, destaca el ejecutivo sevillano, a “tener la mente abierta y ser internacionales” cuando en España la mayoría de los trabajadores navales no había salido nunca del país y “no se concebía otras maneras de construir barcos”.
Tras los primeros encargos navales en España en 1994, Ghesa se expandió con proyectos internacionales, de Francia a Finlandia. Al principio, se dedicaban solo a buques civiles. En una sala de reuniones, Cuervas enseña la maqueta y una foto de uno de los hitos de la empresa, el Queen Mary 2, un crucero turístico, pero con línea alargada como los antiguos barcos regulares trasatlánticos, los ocean liners, al que aportaron parte del diseño de sus piezas y conducciones.
Además de barcos militares, diseñan las entrañas de cruceros y megayates. Uno de sus hitos es el ‘Queen Mary 2’
Adquirieron mucha experiencia en el mercado de los grandes cruceros. De la mano de su socio italiano, trabajaron para Fincantieri, la gran constructora pública naval italiana (la equivalente de Navantia), “que es la líder mundial en construcción de cruceros, un producto netamente europeo”, señala Cuervas. Los ingenieros navales de Ghesa (luego Ghenova) han diseñado las entrañas de cruceros para las navieras líderes del sector como Royal Caribbean, Costa Cruceros, Holland American Line e incluso Disney. “Facturábamos en pesetas y éramos baratos. Nuestra relación calidad/precio era muy competitiva”, recuerda sobre los orígenes.
Explica que la construcción de cruceros, los barcos más colosales del mundo para turistas, se concentra en Europa en unos pocos astilleros, y que en todos ellos ha desarrollado proyectos su empresa: “Saint-Nazaire, en Francia; Turku y Helsinki, en Finlandia; en el área de Rotterdam, en Holanda, para megayates; Papenburgo, en Alemania…”. También trabajaron en la construcción de ferries de pasajeros en los astilleros de Sevilla.
[El Primer Crucero Eléctrico por la Antártida a Través de 15 Metros de Hielo]
Algunos de esos jóvenes que entraron de aprendices a la vez que Francisco Cuervas, formados en buena parte en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Sevilla y en la Escuela Politécnica Superior de la misma ciudad, continúan tres décadas después en la misma empresa, trabajando como jefes técnicos.
El becario Paco ascendió a directivo y, en 2006, llevó a la empresa a otro nivel al comprarla con su antiguo jefe
El becario Paco ascendió a directivo y, en 2006, llevó a la empresa a otro nivel cuando, junto con su antiguo jefe el ingeniero Carlos Alejo, compró la sección naval andaluza de Ghesa a la compañía matriz (que, por cierto, apunta, hoy pertenece a inversores chinos). Un tipo de adquisición que en el mercado se denomina técnicamente, en inglés, Administration Purchase Out (MBO), y que significa, sencillamente, que los ejecutivos pasan de ser empleados, a empresarios propietarios.
Nació así, con su nuevo nombre, Ghenova, y la internacionalización en esta fase se disparó. Los “primeros escarceos” con la ingeniería naval militar habían comenzado en 2003 y 2004 con dos encargos de diseño de detalle de algunas secciones de dos buques de guerra: el Mistral, un portaeronaves tipo LHD de la armada francesa de casi 200 metros de eslora construido en el astillero Chantiers de l’Atlantique, en Saint-Nazaire, y la Fridjof Nansen, fragata noruega de 134 metros que hizo Navantia en España.
Pero el mayor despliegue de Ghenova en defensa se produjo desde 2006 a partir de la nueva etapa de la empresa bajo la propiedad de sus directivos Carlos Alejo (presidente) y Francisco Cuervas (consejero delegado o CEO). Después se incorporó al accionariado como tercer socio Raúl Arévalo, que entró como becario de Francisco Cuervas y hoy es director general corporativo, tras hacer méritos abriendo la delegación de Ferrol, con 150 personas. El trío representa, pues, a tres generaciones encadenadas de ingenieros, a las que se van incorporando otras. En la oficina de Sevilla predominan los profesionales (hombres y mujeres) treintañeros, y en Cartagena de Indias, en Colombia, son aún más jóvenes.
Las armadas
Ghenova, desde 2006, ha empleado millones de horas de ingeniería y consultoría naval militar en barcos como el mayor de la historia de la armada española, el Juan Carlos I, de 230,80 metros de longitud. El buque insignia de la flota, construido por Navantia, es una embarcación polivalente para ataque por tierra, mar y aire porque es a la vez portaaeronaves (aviones y helicópteros) y buque de asalto anfibio, gracias a su dique seco interno que permite desembarcar lanchas anfibias y tropas a través de su portalón de popa.
Con Navantia como contratista-constructora en sus astilleros de Ferrol y la bahía de Cádiz, Ghenova ha intervenido también en hitos como el destructor Hobart y el portaaeronaves y buque de asalto anfibio Canberra, para la armada de Australia; las mencionadas cinco corbetas de la clase Al Jubail para Arabia Saudí; la fragata Cristóbal Colón y el buque de apoyo logístico Cantabria para España, o el portaaeronaves (otro del tipo LHD) Anadolu para Turquía, este último construido no en España sino en astillero turco Sedef.
Francisco Cuervas resalta que, con los años y la experiencia, Ghenova ha ampliado su implicación en los proyectos, para asumir no solo la ingeniería de detalle (la base más simple de los trabajos) sino también la ingeniería funcional e incluso la ingeniería conceptual de los barcos, que son las fases de más responsabilidad y complejidad, en las que se definen sus características.
Por ejemplo, ha diseñado el concepto de una patrullera oceánica para la Guardia Civil española, y planificado el programa Ploteos para los futuros submarinos de la armada de Colombia. Para estos trabajos de análisis que requieren estudiar las necesidades de una embarcación militar con muchos años de adelanto, han contratado a varios oficiales militares españoles y colombianos en la reserva.
En Estados Unidos han entrado con un encargo entre 2020 y 2021 para un rompehielos de la Guardia Costera. Para la armada de Brasil, los ingenieros de la firma multinacional española han diseñado en parte un buque oceanográfico antártico, y para Colombia, otro barco oceanográfico estatal.
En 2021, la empresa con base en Sevilla contribuyó con una parte pequeña pero significativa a sistemas del submarino de Navantia Isaac Peral S-81, de 80,80 metros de eslora, el más avanzado de las fuerzas armadas españolas. El sumergible ha iniciado las pruebas en Cartagena en mayo de 2022 y es el primero de los cuatro previstos para la Armada de la serie S-80, cuyo diseño hubo que remodelar por fallos estructurales.
“España es de los diez países capaces de construir submarinos. El ‘Isaac Peral’ es un gran salto cualitativo”
Francisco Cuervas defiende este proyecto de submarinos y dice que no ha sido en absoluto un fracaso sino al revés, todo un éxito. Pide que se analice en perspectiva. “Después de una nave espacial, lo más difícil de diseñar y construir es un submarino. España aprendió de Francia, se independizó y ha conseguido ser uno de los únicos diez países del mundo capaces de construir submarinos y venderlos. Es un gran salto cualitativo”.
Los ingenieros de Ghenova están embarcados ahora en el proyecto para Navantia de la nueva serie de fragatas españolas F-110, el buque de apoyo submarino BAM-IS, también para la armada española, y otro barco militar para un nuevo cliente internacional.
Más gasto militar
Apunta Cuervas que la industria naval militar va a crecer aún más, debido al aumento del gasto en defensa de los países de la OTAN, y no solo en el contexto de la guerra de Ucrania con Rusia. El reforzamiento de la Alianza Atlántica que los miembros han acordado y exhibido en su cumbre de Madrid de finales de junio implicará previsiblemente, dice el ejecutivo, que nazcan grandes proyectos navales de construcción conjunta europea como el que, en el sector aeronáutico, representó antes el programa de Airbus A400M. Este avión militar de carga se ensambla y entrega en Sevilla, la ciudad donde Ghenova tiene su cuartel general. Otra gran vía de actividad naval que se prevé es la modernización de la flota existente. “Vamos a ver muchas modernizaciones. El sector de defensa está a tope”.
[El Gran ‘Pelotazo’ del A400M, el Avión Militar Sevillano como Medio Campo de Fútbol]
El ingeniero y empresario avisa de que si España quiere participar en condiciones de igualdad con Alemania y Francia en la construcción de esos posibles barcos o submarinos conjuntos europeos, hace falta desarrollar más la industria naval privada que trabaja para Navantia. Ghenova es la oficina técnica líder, pero sus 800 trabajadores son aún pocos, cube, comparados con los miles que tiene su equivalente francés. “Las empresas privadas españolas de defensa tenemos que ganar tamaño y músculo para la convergencia europea”, sostiene.
“Las empresas privadas españolas de defensa tenemos que ganar tamaño y músculo para la convergencia europea”
Por eso, en su empresa está apostando por adquirir pequeñas empresas punteras, sobre todo en software program y sistemas digitales y electrónicos, a fin de ganar capacidad tecnológica más rápidamente. Para ello planean ampliaciones de capital destinado a nuevas compras. En esta línea, en 2021 Ghenova compró Perama, empresa española especializada en software program de apoyo logístico y mantenimiento avanzado.
El ‘gemelo digital’ y las plantas de energía
Además de diseñar los barcos, Ghenova ofrece encargarse del apoyo a su ciclo de vida mediante lo que llama el “gemelo digital”. Esta réplica registra a través de sensores instalados en un barco (o en cualquier otro objeto o industria) toda su actividad, hasta el mínimo detalle, de forma que los datos permitan detectar y visualizar en su gemelo digital en la pantalla (a bordo o en otro sitio) los posibles problemas e intervenir preventivamente antes de que ocurra un fallo. El trabajo de mantenimiento entra así en una nueva dimensión con la ayuda del huge knowledge y las herramientas de digitalización y visualización.
Destaca Francisco Cuervas que Ghenova ya ha instalado el gemelo digital en más de cien barcos, incluidos los de Salvamento Marítimo en España, para el seguimiento en tiempo actual de su funcionamiento. El mismo sistema se puede aplicar en cualquier instalación, desde una plataforma marina de aerogeneradores flotantes a una fábrica convencional. “Queremos llevar el concepto del gemelo digital a los barcos civiles”, apunta el socio de Ghenova.
Además de barcos, en su línea de negocio de energía −en explicit, las renovables− diseñan plantas eólicas en tierra y flotantes en el mar, fotovoltaicas, de biogás, de hidrógeno o de combustión de basura (waste to vitality), como una que han hecho en Perth, Australia. Sostiene que cuando llegó la disaster de 2008-2015, ellos aguantaron y siguieron creciendo gracias a que ya eran internacionales desde su origen y se habían diversificado.
En Sevilla mandó construir Alfonso X las reales atarazanas, los astilleros medievales del siglo XIII; su puerto fue la puerta de América y de la carrera de Indias durante siglos, y de sus muelles en el río Guadalquivir partió la expedición de Magallanes y Elcano que hace ahora quinientos años completó a su regreso en 1522 la primera vuelta al mundo. La tumba de Colón está en la Catedral sevillana.
Que la empresa privada líder de ingeniería naval, y además con vocación iberoamericana, tenga su origen y corazón en Sevilla entronca de forma natural con esa tradición histórica. Aunque para Francisco Cuervas es solo una feliz casualidad. “Cuando me preguntan que por qué estamos en Sevilla, respondo: ¿Y por qué no?”, dice el consejero delegado, el antiguo becario que compró la empresa y con un equipo de profesionales de mente abierta la ha convertido en una referencia mundial.
Si algún día se embarcan en el buque de guerra Juan Carlos I o en un crucero de amor en el Queen Mary 2, ya saben que sus entrañas las han diseñado aquí, estos ingenieros, en estos ordenadores. En la Ghenova de Sevilla, con h intercalada y con acento llano.
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