El Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), la entidad gestora del departamento que capitanea José Luis Escrivá adscrita al Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, dirigido por Ione Belarra, y encargada de la coordinación de los servicios sociales complementarios de las prestaciones del sistema de Seguridad Social en su modalidad no contributiva, ha detallado las líneas maestras de su presupuesto para 2023, que suma 6.672 millones, un 14% más que en 2022, siendo la partida más importante la atención a la dependencia, que supondrá más de 3.500 millones el próximo año.
El segundo desembolso de mayor cuantía será para el pago de las pensiones no contributivas, que suponen cuatro de cada diez euros del complete y comprometerán más de 3.000 millones de euros, un 8,6% más que en el presente ejercicio, fundamentalmente por la subida de las prestaciones de acuerdo al Índice de Precios al Consumo (IPC) entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022 dividido entre 12, una cifra que estará entre el 8,5% y el 9%, según diversas previsiones
Mientras, la tercera pata del Imserso, las partidas para el envejecimiento activo y la prevención de la dependencia, tendrán una dotación de 123 millones de euros, de los que 71,7 millones -cinco más con respecto a 2022- irá destinados al turismo social y casi 36 millones a los programas de termalismo. En este área, que suele despertar gran interés entre los pensionistas y jubilados, el Gobierno prevé una oferta más limitada de plazas, que las estancias duren más tiempo -ocho días frente a los 7,5 de media de 2022- y unos objetivos de ocupación muy bajos, ya que espera que que apenas seis de cada diez plazas que se ofertarán para turismo de balnearios sean ocupadas.
Los hoteleros aseguran que no se cubrirán gastos y apuestan por un programa más ambicioso, que incluso doble el presupuesto
Con la inflación desbocada, el incremento del 8% volverá ser insuficiente para que los hoteleros cubran costes. El sector había reclamado un incremento mucho mayor y Hosbec, la Asociación Empresarial Hotelera y Turística de la Comunidad Valenciana, incluso había fijado una cantidad, que suponía casi doblar la de 2022. La cifra puesta sobre la mesa period de 110 millones de euros, que contribuiría, según reconocen, poder crecer en plazas ofertadas hasta alcanzar un millón de paquetes o más, y “por otro garantizar que la industria hotelera no trabaja por debajo de precios de coste”.
La patronal valenciana admitía solo un día antes de conocerse las partidas, que los hoteles españoles cobran por estar en este programa 22 euros por persona y día que viaja, incluyendo en ese importe alojamiento, desayuno, almuerzo y cena, vino y agua en las comidas, animación, wifi y todos los servicios que presta un resort de cuatro estrellas, una cantidad que reconocen debería aumentar entre 12 y 13 euros para cubrir costes, entre ellos los de la energía, que más que se han duplicado.
En turismo social se prevé ofertar 813.000 plazas, 3.000 menos que el año pasado, pero además se contempla que solo se ocuparán 734.000, el 90%
Pero el proyecto del Ejecutivo no ha tenido en cuenta las demandas hoteleras y asume que habrá menos plazas ofertadas -el programa beneficiará a menos personas- y una drástica caída de la demanda de plazas, sobre todo en balnearios. Así, en turismo social se prevé ofertar 813.000 plazas, 3.000 menos que el año pasado, pero además considera que solo se ocuparán 734.000, el 90%. Peor son las previsiones en cuanto a la oferta de balnearios, que se mantiene en 192.000, pero solo está previsto que se ocupen 127.750. Mientras, la previsión del Gobierno apunta a un incremento muy appreciable del número de estancias, que pasarán 6,1 millones a 6,5 millones, lo que implica una permanencia de más de ocho días.
El programa de turismo del Imserso recoge la realización de turnos de vacaciones, en zonas costeras del litoral español, Baleares y Canarias, así como la realización de viajes culturales, turismo de naturaleza, viajes a capitales de provincia y a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. El objetivo, según reconoce el Ejecutivo en su Libro Rojo es contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas mayores, mantener empleo e incluso crear empleo en el sector turístico en temporadas de baja ocupación y generar actividad económico. El objetivo está claro, pero el escaso presupuesto pondrá en aprietos al programa y el retorno económico de los viajes de pensionistas y jubilados.
” Fuentes www.lainformacion.com ”