La flexibilización de horarios comerciales y los viajes de negocios que resisten a las promesas ambientales.
En un mundo cada vez más preocupado por el cambio climático y la sostenibilidad, es importante analizar aquellos sectores que siguen resistiendo a las promesas ambientales. Uno de ellos es el de los viajes de negocios, que se mantienen firmes en su necesidad de flexibilidad en los horarios comerciales.
Aunque la pandemia del COVID-19 ha impulsado una mayor incorporación del trabajo remoto y las videoconferencias, la realidad es que para muchas empresas, los viajes de negocios siguen siendo imprescindibles. La posibilidad de establecer relaciones comerciales en persona y negociar acuerdos cara a cara sigue siendo un factor determinante en el mundo empresarial.
Sin embargo, esta necesidad choca con la creciente conciencia sobre el impacto ambiental de los viajes de negocios. La huella de carbono generada por los desplazamientos en avión, por ejemplo, es enorme. Las emisiones de CO2 provenientes de los vuelos son una de las principales contribuyentes al calentamiento global.
Ante esta situación, algunos gobiernos y organizaciones han propuesto medidas para reducir la huella de carbono de los viajes de negocios. Una de ellas es la imposición de restricciones en los horarios comerciales, privilegiando el uso de videoconferencias y limitando los viajes de negocios exclusivamente a aquellos casos indispensables.
Sin embargo, esta propuesta ha sido resistida por muchas empresas, argumentando que la flexibilidad en los horarios comerciales es esencial para su funcionamiento adecuado. Según estas empresas, las reuniones presenciales son necesarias para generar la confianza y el vínculo necesarios para cerrar acuerdos comerciales exitosos.
Además, algunas empresas sostienen que las videoconferencias no pueden reemplazar totalmente la necesidad de los viajes de negocios. Consideran que el contacto humano directo, la posibilidad de analizar gestos y lenguaje corporal, son elementos clave que sólo pueden ser percibidos en una reunión presencial.
Es cierto que se están desarrollando tecnologías de realidad virtual que permiten simular la presencia física en una reunión, pero aún están en una etapa experimental y no han sido adoptadas masivamente.
La solución a este dilema no es fácil de encontrar. Por un lado, está la necesidad de cuidar el medio ambiente y reducir la huella de carbono de los viajes de negocios. Por otro lado, está la importancia de mantener la flexibilidad y el contacto humano en el mundo empresarial.
Quizás la respuesta radique en encontrar un equilibrio entre ambas cosas. Implementar políticas que fomenten el uso de videoconferencias siempre que sea posible, pero permitiendo excepciones para aquellos casos en los que se consideren indispensables los viajes de negocios.
Además, podría ser beneficioso promover la conciencia ambiental entre las empresas y ofrecer incentivos para la adopción de medidas más sostenibles en los viajes de negocios, como la compensación de emisiones o el apoyo a proyectos de energías renovables.
En conclusión, los viajes de negocios siguen resistiendo a las promesas ambientales debido a la necesidad de flexibilidad en los horarios comerciales. Aunque es importante buscar alternativas más sostenibles, también es crucial reconocer la importancia del contacto humano y la generación de confianza en el mundo empresarial. Encontrar un equilibrio entre ambos aspectos puede ser la clave para avanzar hacia un modelo más sostenible en los viajes de negocios.
” Sources cincodias.elpais.com ”
” Fuentes cincodias.elpais.com ”