Viajar y conocer mundo siempre ha sido una de las grandes pasiones del ser humano, incluso cuando coger un barco, un avión o un tren no period accesible para todo el mundo. Jules Verne (Nantes, 1828) lo sabía bien y, por ello, tal día como hoy en 1872, es decir, hace 150 años, publicó La vuelta al mundo en ochenta días, una de sus novelas más leídas y que con los años se ha convertido en todo un clásico de la literatura. Lo hizo por entregas en Le Temps, uno de los diarios más importantes de París en la época, siendo la primera el 6 de noviembre y la última el 22 de diciembre. Un año después, debido al gran éxito y revuelo generado, se distribuiría como un único libro.
Los lectores no pudieron resistirse a conocer las grandes aventuras a las que se enfrentaban Phileas Fogg y su leal ayudante Jean Passepartout, también conocido en algunos países como Picaporte. El primero es una clara representación de un sir británico: metódico, perfeccionista y calculador, aunque con buen corazón. Su compañero, en cambio, es más hablador e impulsivo. Y es precisamente ese contraste lo que los convierte en una pareja inigualable. No menos importante en la trama es el protagonismo de Aouda, la joven india de la que Fogg quedará prendado; y el detective Repair, un agente de Scotland Yard que se ha empeñado en detener al caballero inglés al confundirlo con un ladrón.
La obra ha sido llevada en varias ocasiones tanto a la pequeña como a la gran pantalla
Si bien la historia fue escrita hace siglo y medio, cabe decir que no ha perdido el interés entre los lectores. Tampoco entre los cinéfilos, pues a lo largo de los años ha sido llevada tanto a la pequeña como a la gran pantalla. La última adaptación llegó el pasado mes de febrero a Movistar Plus+ en formato de serie de ocho capítulos a través de una ambiciosa coproducción europea entre Francia, Alemania e Italia. Aunque si una serie triunfó entre el público, esa no fue otra que la adaptación en dibujos animados cuya canción de cabecera -Son 80 días son 80 nada más- marcó a varias generaciones. Eso sí, Phileas se llamaba Willy y period un león.
Lee también
Lo que no varía en ninguna de las versiones es el motivo por el que los protagonistas inician este envidiable periplo: una apuesta. Gestada ni más ni menos que en el Reform Membership, un membership entonces solo de caballeros –a partir de 1981 empezó a admitir mujeres– que todavía hoy existe en Londres y del que Phileas es miembro. Una tarde, el británico comenta con sus compañeros un artículo que afirma que, tras la apertura de una nueva vía de ferrocarril en la India, es posible viajar alrededor del mundo en tan solo ochenta días. Nadie confía en ello, excepto Fogg, que apuesta la mitad de su fortuna a que es capaz de hacer esa gesta. Su convencimiento es tal que esa misma tarde parte de Londres con Passepartout. Según sus cálculos, para cumplir lo acordado, debería volver al Reform Membership a la misma hora el 21 de diciembre.
Empieza así un recorrido en el que no faltan trenes, barcos de vapor, trineos e, incluso, un paseo en elefante, además de la oportunidad de conocer nuevas culturas y rincones del mundo, desconocidos para la mayoría de la población en la época en la que se publicó el libro. En el cine, en algunas versiones como la de 1956, dirigida por Michael Anderson y protagonizada por David Niven y Mario Moreno ‘Cantinflas’ en el papel de Passepartout, se incorpora también un vuelo en globo, aunque esto es algo que no aparece en la obra authentic. Por cierto, esta misma cinta ganó ese año cinco Oscars, incluido el de mejor película.
Otro aspecto a tener en cuenta en la vuelta al mundo que propone Verne es que no es exactamente un viaje por el globo terráqueo ya que se limita a países donde en el siglo XIX existía, o al menos había existido en el pasado, el Imperio británico, con la excepción de Japón para dar coherencia a la trama narrativa.
Y sobre el desenlace decir que fueron muchas las apuestas que se hicieron en su momento para tratar de adivinar si el grupo llegaría o no en el plazo establecido al Reform Membership. Recordemos que la novela se hizo por entregas, por lo que la expectación iba en aumento conforme se acercaba el día 80. A día de hoy, el remaining es popularmente conocido aunque, para el que lo desconozca, adelantamos que aquí va un spoiler: lo logra, pese a que un inicio Fogg piensa que llega cinco minutos tarde y que, por lo tanto, ha perdido. La puntualidad británica en su sentido más estricto.
Historia por entregas
Fueron muchas las apuestas que se hicieron para tratar de adivinar si Phileas Fogg llegaría o no en el plazo establecido al Reform Membership
La realidad es otra, no obstante. No solo ha ganado el desafío sino que lo ha cumplido en menos tiempo: en 79 días. ¿Cómo es eso posible? Al haber viajado hacia el este, fueron ganando cuatro minutos por cada uno de los 360 grados de longitud que cruzaron, lo que suma un whole de 24 horas. Cuando se dan cuenta del error, el grupo se dirige corriendo al Reform Membership para cumplir el plazo acordado.
La vuelta al mundo en ochenta días forma parte de Viajes extraordinarios, la colección de libros de viajes y aventuras escritas por Verne que comenzó en 1863 con Cinco semanas en globo y culminó en 1918 con La impresionante aventura de la misión Barsac. Estos libros fueron planteados como una herramienta basic para la enseñanza por su editor Pierre-Jules Hetzel, quien aseguró en nota introductora del primer tomo de Las aventuras del capitán Hatteras que la finalidad de la colección no period otra que “resumir todos los conocimientos geográficos, geológicos, físicos y astronómicos acumulados por la ciencia moderna y rehacer, bajo la atractiva forma que le es propia, la historia del Universo”.
Muchos de los escritos, como Veinte mil leguas de viaje submarino, De la Tierra a la Luna o el propio La vuelta al mundo en ochenta días, son cuanto menos reveladores, pues han sabido entrever el desarrollo de nuestra civilización, lo que resulta sorprendente si se tiene en cuenta que en la época en la que los escribió no existía apenas tecnología ni los mismos medios de los que se disponen hoy. Esto ha llevado más de una vez a que los lectores se pregunten si el francés tenía algún poder oculto de predicción. Lejos de ser un adivino, la realidad es que Verne period un escritor resuelto que realizó entrevistas con científicos, muchos de los cuales acabaron formando parte de su círculo de amistades. Además, consultaba a menudo libros de referencia, revistas científicas y periódicos para comprender mejor los avances del momento y adelantarse a algunos de los que estaban por llegar.
Para los que el tema les interese , mencionar que una vuelta al mundo related ocurrió realmente y la protagonizó una mujer, Nellie Bly. Esta periodista logró este hito en 72 días y lo hizo sola durante gran parte del trayecto. En su aventura, conoció al propio Verne, quien le animó a batir ese récord.
” Fuentes news.google.com ”