La competencia sí que ha sido una auténtica innovación en el ferrocarril. ¿Cómo lo llevan?
Sabíamos que iba a llegar y desde hace tiempo se estaba preparando Renfe. Es evidente que la innovación nos va a hacer mejores y diferentes y que los usuarios sigan prefiriendo viajar con nosotros.
¿Eso en qué se traduce?
En pensar cada vez más en el cliente con políticas de innovación y aplicaciones directas. Por ejemplo, hemos trabajado con un ‘start up’, Visualfy, con la que los usuarios con dificultades auditivas tienen toda la información mediante alertas. Lo hemos implantado en la estación de Sol de Madrid, hemos visto que es viable y un éxito y la vamos a extender. Y también valdrá para las personas que vayan con cascos.
Tienen una plataforma, Trenlab, para invertir en ‘start ups’ útiles para la compañía. ¿Me puede poner algún otro ejemplo?
Otra de las propuestas, de Limmat y que ha funcionado muy bien, ha sido la conversión de uno de nuestros centros de mantenimiento en un taller inteligente para optimizar los costes. Y con otra, Greemko, disponemos de una solución para hacer informes de huella de carbono que muchos clientes piden para demostrar que el tren es verdaderamente sostenible. Reducimos tiempo para que nuestro private se dedique a otras cosas.
¿Qué acogida ha tenido la plataforma de movilidad puerta a puerta que han creado, Doco?
Es una auténtica revolución, una manera diferente de ver los viajes y de movernos. A los primeros usuarios, con los que estamos interactuando, les ha gustado y desde su lanzamiento a todo el público el día 1 está teniendo buena acogida. Se incorporarán más operadores y ciudades para que la plataforma sea mucho más útil.
¿Renfe se va a convertir en una agencia de viajes?
Nooo, pretendemos cambiar el concepto de movilidad y ser parte de ese cambio hacia la sostenibilidad. Queremos pensar en el viaje como un todo, en una experiencia de usuario diferente.
Las empresas de autobuses fletan servicios discrecionales. ¿Por qué no se hace en el ferrocarril?
Es complicado por los costes, que son muy diferentes a los del autobús. Me gustaría tener más versatilidad en el uso de los trenes y pensar en un nuevo modelo. El tren es parecido a cuando se creó en el siglo XIX. ¿Por qué no pensar en un concepto muy diferente? Hyperloop nos ha hecho abrir la mirada y me gustaría que en el futuro tuviéramos plataformas móviles, no sé si llamarles tren, que permitieran viajes a la demanda. Plataformas más pequeñas, ligeras y versátiles para que el usuario eligiera hasta la hora del viaje. ¿Por qué no?
¿Lo vamos a ver?
Me encantaría y voy a trabajar para que pueda producirse, pero también le digo que si Hyperloop necesita un desarrollo de 30 años, de la misma forma necesitará un desarrollo. Y estos cambios necesitan pequeños pasos.
También aluden a que el tren es inclusivo, pero en el territorio critican el recorte y la falta de servicios. ¿Se le ocurre, a brote pronto, cómo innovar?
Una cosa son las obligaciones de servicio público, en las que Renfe tiene poco que decir porque son las administraciones las que deciden, y otra los servicios comerciales. Ahí sí podemos poner más trenes y cambiar horarios, pero estos años hemos tenido un problema actual de maquinistas, porque durante la pandemia no se les pudo formar de forma presencial, y de incorporación de materials rodante. Estoy segura de que se pondrán los mejores medios para solucionar las inquietudes de los aragoneses, que también soy.
Hablan de sostenibilidad, pero son incapaces de atraer carga al tren como se hace en Europa. ¿Ninguna ‘begin up’ de las que apoya Renfe se le ha ocurrido cómo hacerlo?
En la última edición de Trenlab hemos desarrollado con otra ‘start up’, Allread, una herramienta fabulosa para mejorar las operaciones. Con una tableta, carga todos los códigos de información de los vagones en la nube y estamos consiguiendo unos ahorros de operación tremendos. Eso es transformación digital en Renfe.
¿Cómo pueden ayudar el large information y la digitalización a mejorar el servicio ferroviario?
Todo lo que tiene que ver con la logística está muy avanzado, de la mano de Puertos del Estado y el objetivo es llegar al 15% de transporte de mercancías por ferrocarril. Hay dificultades, pero la digitalización es clave y se está trabajando muchísimo en esa línea.
¿Y en el caso de viajeros?
Mejorando la experiencia de cliente en base a conocer sus necesidades. La competencia de la que me hablaba es una oportunidad y no una amenaza para ser mejores.
¿Es capaz de imaginarse Renfe dentro de 25 años?
Sí, el futuro será apasionante. Trenes a la demanda, personas que compran billetes para viajar puerta a puerta con la normalidad que entran en Netflix. Por qué no operar en Suecia. Somos una empresa consolidada, con mucha experiencia y talento y podemos exportar todo ese conocimiento.
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