Sin anuncios rimbombantes ni declaraciones lapidarias, avanza sin prisa pero sin pausa el acercamiento entre Washington y La Habana. Pese a los reclamos del régimen de Cuba y sus voceros porque la Administración de Joe Biden no cumple sus promesas electorales de retornar a las posiciones de la period Obama, el cambio de política se verifica en la realidad.
DIARIO DE CUBA resume algunas de esas decisiones y movimientos que indican que el “deshielo 2.0” marcha a buen ritmo.
Remesas
Después de que en mayo de 2022 el Gobierno de EEUU anunciara el levantamiento de las restricciones a los envíos de dinero a Cuba, limitados a 1.000 dólares cada tres meses por la Administración de Donald Trump, y permitió el envío de remesas no familiares, quedó listo el terreno para que el flujo de dinero a la Isla se restableciera.
En febrero pasado el Banco Central de Cuba (BCC) autorizó a la opaca entidad estatal Orbit S.A. a gestionar y tramitar “transferencias internacionales desde el extranjero hacia la Isla”. Y hace solo días esa empresa, vinculada a la sancionada FINCIMEX, la financiera de los militares cubanos de GAESA, se convirtió en la intermediaria en la Isla de la agencia de Miami VaCuba.
“Hemos recibido autorización de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) para operar con Orbit S.A. lo cual nos permite enviar remesas a las tarjetas en MLC de bancos cubanos con una tarifa del 7% en nuestro sitio web”, anunció Heder Martínez, supervisor basic de la empresa, que se dedica a vender viajes a Cuba, reservar hoteles y automóviles, hacer recargas y enviar paquetes, así como a trámites legales para cubanos en Florida.
Viajes
También en mayo la Administración de Joe Biden dio marcha atrás a las principales políticas sobre Cuba adoptadas por Donald Trump durante su presidencia, por lo que la mayoría de las frecuencias de vuelos comerciales existentes antes del fin del deshielo entre ambos países se han restablecido.
Además del incremento de los viajes de la diáspora cubana en ese país a la Isla, Washington aprobó promover los intercambios de carácter profesional y educativo ampliados en grupo, así como retomar las licencias de viaje que fueron suspendidas durante la Administración Trump y que permitían a los estadounidenses visitar Cuba.
Exportaciones
La Administración Biden otorgó en octubre una licencia a la empresa estadounidense Premier Automotive Export, Ltd. (PAE) para vender vehículos eléctricos y cargadores a cubanos de la Isla.
Aunque el permiso incluye varias limitaciones para que el acuerdo no beneficie a funcionarios y empresas del régimen, el 17 de noviembre último, Virgen Ricardo Disotuar, una joven residente en Holguín, recibió el primer patinete eléctrico bajo esa licencia, emitida por la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio de los Estados Unidos.
De acuerdo con el reporte del Consejo Económico y Comercial Cuba-EEUU, Ricardo Disotuar recogió en La Habana el vehículo de 2.100 dólares y con una garantía de dos años.
Inversiones
En mayo pasado, John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Cuba-EEUU, informó que Washington había aprobado por vez primera, en más de 60 años, una inversión de ”hasta 25.000 dólares” en un negocio privado en Cuba.
De esa inédita operación —prohibida por el embargo— apenas han trascendido detalles hasta la fecha, pues el régimen no divulgó si aprobó dicha inversión y Kavulich solo adelantó que el emprendimiento privado period en el área de los servicios.
Esta misma semana, el Consejo Económico y Comercial Cuba-EEUU se quejó de que casi siete meses después de aprobada esa licencia, el régimen cubano no ha publicado el reglamento sobre el proceso de entrega de la inversión y el financiamiento directos.
“Con cada día de retraso, el Gobierno de la República de Cuba aumenta el nivel de sospecha por parte de individuos y entidades corporativas de que el autodeclarado compromiso con el resurgimiento del sector privado en la República de Cuba es sostenible”, apuntó la organización.
Negocios
El vicepresidente del Gobierno cubano, Salvador Valdés Mesa, recibió en noviembre a congresistas norteamericanos miembros del Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes, quienes visitaron la Isla con propósitos desconocidos, pero cuyo viaje levantó las expectativas de nuevos acuerdos comerciales.
Los legisladores Salud Carbajal, James Chook y Jahana Hayes se reunieron además con diputados de la Asamblea Nacional del Poder Standard, productores agrícolas y entidades científicas y comerciales, reportó el diario oficial Granma.
Antes de partir a Cuba, Carbajal escribió en Twitter: “Hoy encabezo una delegación bipartidista con la representante Jahana Hayes y el congresista Jim Baird a Cuba para estudiar el impacto de los productos básicos estadounidenses, reunirme con agricultores cubanos y discutir sobre temas agrícolas y otros relacionados con funcionarios locales”.
Carbajal subrayó que EEUU es uno de los mayores proveedores de productos agrícolas a Cuba.
A pesar del embargo de Washington a La Habana, en septiembre Cuba se convirtió en el mercado número 55 para las exportaciones agrícolas y de alimentos de Estados Unidos, después que las ventas de ese país a la Isla aumentaran un 88,2% con respecto a agosto.
La mayor parte de las compras de La Habana en EEUU son cárnicos, fundamentalmente carne de pollo congelada, pero solo en septiembre se sumaron también productos como fosfato de calcio; café; cacao a granel; frituras de maíz; jugos de vegetales; cerveza y bebidas no alcohólicas.
Por otro lado, las donaciones humanitarias de EEUU, que no paran de crecer pese a las quejas de La Habana por las restricciones a la actividad comercial bilateral que impone el embargo, sumaron entre enero y septiembre últimos 16.619.425 dólares, por encima de los 11.074.090 de todo 2021.
En mayo pasado, representantes del sector de la pesca, así como de los productores de manzanas, semillas de papas y de otros vegetales del estado de Maine, en Estados Unidos, exploraron oportunidades de exportación en Cuba por invitación del Ministerio de Agricultura (MINAG) cubano.
Y en octubre, la empresa de EEUU Maravana Cargo, con apenas dos años de creada, firmó un acuerdo con la estatal cubana AeroVaradero S.A. para la transportación desde ese país de envíos pagados por los emigrados para sus familiares en la Isla.
Emigración
La Habana y Washington reanudaron su diálogo migratorio, mientras la Isla vive el peor éxodo en 50 años. Pese a que el régimen responsabiliza a EEUU de fomentar la emigración, tras esos encuentros aceptó admitir nuevamente la repatriación de los cubanos que al llegar a Estados Unidos son considerados “inadmisibles”, como le llaman las autoridades de la Isla a los migrantes de la Isla deportados.
Asimismo, EEUU ha restablecido paulatinamente las funciones de su Embajada en La Habana, reducidas casi a cero desde 2017, y anunció que retomará el procesamiento de todas las visas de inmigrante en esa sede diplomática a partir del 4 de enero de 2023.
Poco antes, la representación anunció que había cuadruplicado su capacidad para completar los chequeos médicos que requieren las autoridades a los solicitantes de visas de migrantes.
Desde agosto la embajada comenzó a tramitar las solicitudes pendientes del Programa de Parole de Reunificación Acquainted Cubana (CFRP, por sus siglas en inglés), suspendido desde 2017, una vía authorized para que estadounidenses y residentes legales cubanos en EEUU puedan reclamar a su acquainted dentro de la Isla.
En el año fiscal 2022, además, Washington entregó 23.966 visas a cubanos y por primera vez desde 2017 cumplió con el acuerdo migratorio bilateral de 1994, que estipula la entrega de un mínimo de 20.000 visas al año a los ciudadanos de la Isla.
Acuerdos humanitarios
A raíz del incendio ocurrido en la base de supertanqueros de Matanzas, el mayor desastre petroquímico de la Historia en Cuba, trascendió un intercambio técnico entre autoridades cubanas y estadounidenses para conocer técnicas de rehabilitación para la zona.
Posteriormente, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) proporcionó equipos de protección personal para los bomberos cubanos, respondiendo a una solicitud del Gobierno de La Habana, indicó el Departamento de Estado en una comunicación enviada al Congreso estadounidense.
En octubre, y respondiendo a otra petición de ayuda de La Habana tras el paso del huracán Ian por el occidente de Cuba, Estados Unidos ofreció ayuda humanitaria de emergencia a la población de Cuba por un valor de dos millones de dólares en provisiones y suministros.
Esos recursos serían entregados a través de “organizaciones no gubernamentales independientes que tienen experiencia y ya están trabajando en la Isla directamente con las poblaciones afectadas”, dijo una funcionaria de la Administración Biden.
De forma inédita, el canciller cubano Bruno Rodríguez agradeció el donativo. Hasta la fecha se desconoce si esa ayuda fue distribuida y cómo.
Pese a todo lo anterior, Washington sigue subrayando que su política hace énfasis en hacer responsable al régimen cubano por las violaciones de los derechos humanos de sus ciudadanos.
Entre junio y agosto sumaron 33 los funcionarios del régimen sancionados por el Departamento de Estado, debido a su vinculación con la represión de los manifestantes del 11J. También en el verano, Washington excluyó a La Habana de la Cumbre de las Américas celebrada en Los Ángeles y la mantuvo en la lista de países que no hacen lo suficiente para combatir el terrorismo y que no atajan la trata de personas.
Ante ello, el régimen cubano ha zigzagueado entre culpar a EEUU de sus problemas, acusarlo de promover la “desestabilización” y, en sentido contrario, hacer llamados al diálogo bilateral.
La subdirectora para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Johana Tablada, llegó a reconocer hace una semanas “algunos ajustes” aunque no “un cambio de política” de Washington hacia La Habana.
La funcionaria hizo votos por un segundo “deshielo” en una entrevista con EFE, al tiempo que aseguró que la cuestión de los derechos humanos es “un pretexto, ficticio por completo”, de Washington, así como una “excusa” para mantener en pie las sanciones.
Para la diplomática cubana, “hay algunas señales, a partir del incremento del diálogo bilateral, de que, si el Gobierno de Biden quisiera, se podrían introducir ajustes importantes” en la política Estados Unidos-Cuba. “Si Estados Unidos abre una puerta, siempre nos puede encontrar”, aseguró.
Reconoció que “en los últimos meses nosotros hemos visto y registrado, y es obvio y visible, un incremento del intercambio bilateral oficial entre los dos Gobiernos, un incremento del intercambio de agencias de los dos Gobiernos” en una serie de temas, del migratorio al medioambiental, pasando por la sanidad y la regulación aérea, añadió.
Sin embargo, dijo no apreciar un “cambio de política” en Washington y se quejó de que las sanciones —incluso las introducida por Donald Trump— persisten “prácticamente” sin modificaciones.
“Habrá que ver si el Gobierno de Biden, más allá de incrementar la conversación con Cuba, está dispuesto a dejar de serle fiel a las medidas de Trump”, advirtió.
” Fuentes news.google.com ”