El Castellón regresa este domingo a A Coruña (Riazor, 19.00 horas), donde jugó por última vez contra el Dépor en 1989. Los precedentes (apenas 3 victorias albinegras en 26 duelos a domicilio) subrayan la dificultad de un enfrentamiento que ha dejado, a lo largo de las décadas, un reguero de historias, personajes y escenas.
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El estreno
El primer partido asoma en el lejano 1931, en Segunda División, y lo más llamativo es el viaje, nada similar al desplazamiento en avión que aguarda a los albinegros esta semana. Hace casi un siglo, para llegar a tiempo al envite del domingo, la expedición castellonense se subió al tren el jueves y no regresó a la capital de la Plana hasta casi una semana después, el siguiente miércoles. La odisea en el tren-correo de Barcelona conllevó la lesión de Arróniz, el debut de Pitarch y el premio de un empate (1-1). Montañés, alías Farreta, fue el autor del gol.
Entrenador-boxeador
En aquellos años 30, además, el Castellón tuvo un técnico coruñés de lo más peculiar. El forzudo Andrés Balsa aglutina una biografía sin par: además de entrenador de fútbol fue campeón de lucha grecorromana, boxeador y actor de cine, entre otras cuitas. También nació en A Coruña José Antonio Naya, preparador del Castellón en los años 80, especialista en salvación de equipos con apuros, y devoto de San Pancracio.
El primero en Primera
Una curiosidad relevante en la Historia de ambos clubs es que los dos debutaron en Primera a la vez, enfrentándose en tierras gallegas. Los dos habían ascendido en la campaña anterior y se vieron las caras en A Coruña en la jornada inaugural de la temporada 1941/42. Sucedió el 28 de septiembre de 1941 y ganó el Dépor 2-1. El gol del Castellón, en consecuencia el primero del club en la máxima categoría, fue obra de Vicente Hernández, el Valencianet, que volvió a A Coruña poco después para hacer aún más historia. En este caso, con la camiseta del Valencia, al marcar el primer gol en la inauguración de Riazor. Por tal motivo, en el estadio luce una placa con su nombre.
Pérez, a hombros
Un Deportivo-Castellón alumbró también uno de los gestos más icónicos de aquella primera época de los orelluts en Primera. En noviembre de 1942, el portero Antonio Pérez salió a hombros del campo. El Castellón ganó 0-1 y la actuación del guardameta (que había sobrevivido tras sufrir en la Guerra en un campo de concentración) fue tan portentosa que sus propios compañeros lo sacaron a hombros, mientras recibía la ovación de la afición local. El propio protagonista explicó después que el árbitro del partido se le acercó en un córner y le dijo: «Usted no es un hombre, usted es Dios».
Las paradas de Pérez dieron la vuelta a España. «Si hace miles de años el inspirado Josué dio la victoria a los suyos deteniendo el sol de manera imposible, Pérez obró un prodigio semejante al detener por tres veces un balón que hubiera colocado en situación delicadísima la reconocida omniscencia del mentado Josué», relataba P. de Llano en Mediterráneo, en una crónica con referencias bíblicas.
La última
Más terrenal fue la última visita del Castellón a Riazor, en marzo de 1989: 1-1 con gol de Raúl Cruselles. Tres meses después, aquel equipo de Luiche subió a Primera División. Otro ascenso está en juego el domingo.
” Fuentes www.elperiodicomediterraneo.com ”