El CEO de Tennis Australia y director del Abierto de ese país, Craig Tiley, rompió el silencio y habló sobre “el caso” Novak Djokovic, que tiene en vilo a buena parte del mundo del deporte luego de que el número 1 del mundo de tenis -y uno de los máximos ganadores de Grand Slams junto a Roger Federer y Rafael Nadal– quedara detenido en el aeropuerto de Melbourne y más tarde envuelto en una batalla judicial para saber si podrá ingresar al país o si terminará deportado por llegar sin vacunarse y sin documentación que justificara la falta de vacuna.
El ejecutivo se desligó de toda responsabilidad en la situación y, aunque dijo que no le “echa la culpa” a nadie, disparó en cierta forma contra las autoridades locales al afirmar que la entidad que conduce quedó “atrapada” en un conflicto y que “hay mucha información contradictoria todo el tiempo”.
Tiley respondió a The Age y al Sydney Morning Herald que creía que la decisión de permitir los viajes libres de cuarentena period un asunto del estado de Victoria y que Tennis Australia había quedado atrapada “en un conflicto constante de consejos estatales y federales”.
Se recuerda: una de las dos autorizaciones que había recibido Djokovic period de parte de un panel médico pedido por Victoria, pero fueron las autoridades nacionales las que determinaron que no podía ingresar a suelo australiano. Y en ese sentido, Tiley afirmó que Tennis Australia pidió a nivel federal que se revisaran esas solicitudes, pero dijo que “se negaron”.
“Cada semana hablábamos con el Ministerio del Interior, con todas las partes del gobierno para asegurarnos de que estábamos haciendo lo correcto y que estábamos bien encaminados con el proceso de las exenciones, sabiendo también que todos los que venían tenían que estar vacunados”, aseguró en diálogo con 9News de forma poco clara, ya que los pedidos de exenciones iban dirigidos precisamente a personas que podían no estar inoculadas y por eso cursaban una solicitud especial.
Craig Tiley, director del Abierto de Australia. Foto Saeed KHAN / AFP
En las horas previas, se supo que las autoridades habían aconsejado por escrito a Tiley y Tennis Australia rechazando cualquier sugerencia de que un jugador con una sola vacuna o recientemente infectado ingresara al torneo. Pero igualmente, TA continuó adelante con el proceso. A partir de esa revelación, la figura de Tiley quedó -aun más- machacada.
Sin embargo, el CEO aseguró que él no está “echándole la culpa a nadie”. E insistió con la presencia de Djokovic porque, aunque habló en plural, los otros tenistas en una posición related ya dejaron el país y solo queda pendiente la situación del serbio.
“Todo lo que diré es que sabemos lo que sabemos, sabemos lo que tenemos frente a nosotros y vamos a hacer lo mejor que podamos para tener a estos jugadores. La mayoría de ellos están en posición de jugar el Abierto de Australia porque hemos llegado a este punto”, dijo Tiley.
Qué puede pasar con Djokovic
Djokovic espera defender su título de 2021. Foto William WEST / AFP
Djokovic quedaría inhabilitado para ingresar a Australia por 3 años si la justicia de ese país rechaza la apelación presentada luego que las autoridades migratorias le revocaran la visa con la que intentó entrar el pasado miércoles.
La resolución del caso que mantiene atención mundial se espera para esta misma noche o madrugada de Argentina cuando el jugador se enfrente en una audiencia decisiva al juez Anthony Kelly en un tribunal del estado de Victoria.
El diario deportivo serbio Blic, citando fuentes fronterizas australianas, informó que “a una persona cuya visa haya sido revocada se le puede prohibir por un período de tres años que se le emita incluso una visa temporal”, lo que impediría la presencia de Nole en el primer Grand Slam del año hasta 2025.
Djokovic espera el pronunciamiento judicial para poder ingresar a Australia, luego de apelar la cancelación de su visa por no estar inoculado contra el coronavirus.
Paso a paso desde su llegada a Australia
Serbia’s Novak Djokovic stands on the balcony at his lodging in Adelaide, Australia, Tuesday, Jan. 19, 2021. Australian Open match director Craig Tiley defended Djokovic for interesting to Australian Open organizers to ease restrictions so gamers might transfer to personal residences with tennis courts. (Morgan Sette/AAP Picture through AP)
De conocida posición contraria a la vacuna, el 1 del mundo viajó a Melbourne para disputar el primer Grand Slam del año tras conseguir una “exención médica” por haber contraído Covid-19 en diciembre pasado, según plantearon sus abogados en el expediente.
Sin embargo, al aterrizar el miércoles, quedó retenido por el private de Migraciones del Aeropuerto Internacional Tullamarine debido a un problema con su visado.
Agentes de la Fuerza Fronteriza de Australia (ABF) lo escoltaron hasta una oficina de la estación aérea, donde el tenista fue interrogado durante 8 horas sin acceso a su teléfono celular, denunciaron sus defensores.
El incidente se convirtió en un escándalo diplomático cuando el presidente serbio Aleksandar Vucic acusó a las autoridades australianas de “maltrato” y de ejercer una “caza política”.
El primer ministro australiano Scott Morrison aclaró que Djokovic no aportó evidencia de tener la vacunación completa ni justificación para estar eximido de ella. “Las reglas son las reglas, especialmente cuando se trata de nuestras fronteras. Nadie está por encima de las reglas”, advirtió.
Desde el jueves pasado, grupos de fanáticos se congregan en el Park Lodge de Melbourne para pedir la liberación del tenista. El establecimiento, usado como centro de cuarentena durante el año pasado, también alberga detenidos que fueron trasladados desde las islas de Manus y Naur.
Followers de Djokovic protestan en las calles de Belgrado. Foto AP/Darko Vojinovic
También se produjeron manifestaciones en Belgrado, capital de Serbia, organizadas por la familia del tenista. Su padre Srdjan Djokovic lo comparó con Jesucristo y consideró que Novak “está siendo crucificado”.
Djokovic, de 34 años, acudió a Australia después de anunciar que había conseguido un permiso sanitario para jugar el Abierto en busca de su décimo título y de batir el récord de 20 Grand Slams que ahora comparte con el suizo Federer y el español Nadal.
En el pasado, el número 1 del rating ATP hizo pública su oposición a la vacuna contra el coronavirus y se negó repetidamente a confirmar si se había inoculado por considerarlo un acto de reserva private.
El Abierto de Australia exige que todos sus participantes deben estar vacunados o disponer de una exención otorgada por dos comités de expertos independientes.
Con información de agencias
” Fuentes www.clarin.com ”