Es la tercera vez que se repite esta estampa en lo que llevamos de año: miles de pasajeros procedentes de Italia, Alemania, Francia y Portugal se reparten por toda la ciudad
Por aire, tierra y también por mar. La afluencia de turistas no cesa en la capital aún habiendo finalizado la época estival. El buen tiempo y las cálidas temperaturas que aún reinan en la Costa del Sol durante este mes de octubre, lo hacen un destino superb para los viajeros, que continúan eligiendo la zona mediterránea como destino para pasar sus vacaciones. A primera hora de la mañana de este sábado un complete de cinco cruceros atracaban en el Puerto de Málaga, lo que ha significado que miles de cruceristas llenasen las calles del centro histórico hasta bien entrada la tarde, momento en el que deberán volver a sus respectivos barcos para emprender el rumbo hacia la siguiente parada, que para muchos será la vecina provincia de Cádiz.
Los primeros turistas que llegaban en los grandes barcos pertenecientes a las compañías MSC Orchestra, Viking Mars, Costa Fascinosa, Clio y Marella Discovery, comenzaban a llenar la zona más alejada del puerto en torno a las nueve de la mañana, aunque no ha sido hasta cerca de la diez cuando las salidas han sido más significativas. Los numerosos autobuses que esperaban en las inmediaciones salían con bastante frecuencia y con el cupo completamente lleno, en su mayoría por viajeros de nacionalidad francesa, portuguesa, alemana e italiana, y con dirección a la Plaza de la Marina. Otros, sin embargo, tomaban otro rumbo —aunque en menor medida— hacia los pueblos de la provincia, especialmente la zona de Marbella o la ciudad de Granada, para realizar una visita exprés a la Alhambra.
Algunos, como la familia Nieddu optaban por tomar un taxi que les llevase más rápido a la zona centro, para exprimir cada minuto que tenían libre antes de volver de nuevo al barco en torno a las 17:30 de la tarde. «Nunca antes hemos estado en Málaga ni tampoco nos han dado ninguna referencia de qué visitar», expresaba en un perfecto español Elena, la hija mayor del matrimonio. A pesar de ello, tenían muy claro qué no querían perderse en su breve visita: «Queremos visitar el Museo Picasso, la Catedral y por supuesto disfrutar de la gastronomía de la ciudad», continuaba comentando antes de entrar en el vehículo.
Sarma, una letona de 67 años y que visitaba por primera vez la capital de la Costa del Sol, no tenía tan claro qué es lo que iba a visitar durante las horas que tenía libre. «He trabajado mucho en el último mes y no he tenido tiempo de hacer una búsqueda de los sitios que me gustaría visitar aquí. Pero he hecho una amiga en el barco y ella sí que tiene apuntado en un mapa sus lugares favoritos. ¡Así que la seguiré!», comentaba entre risas mientras esperaba a la mencionada compañera de viaje.
Larga espera para el bus turístico
No todos se inclinaban a favor de la misma forma de transporte, ya que algunos preferían el bus turístico para poder visitar el centro histórico de una manera diferente. Lo que no se esperaban muchos de los pasajeros de los cruceros period la larga espera para poder subirse a uno de ellos. «Llevamos esperando precisamente una hora y diez minutos para coger este autobús. Normalmente cuando venimos a Málaga en el mes de febrero vamos andando hasta el centro pero con este calor hemos decidido escoger este transporte por primera vez. Esperemos que venga pronto porque si no no podremos ver mucho de la ciudad», explicaban los escoceses e ingleses Shirley, Dan y Gary en la extensa cola.
Extenso también period el grupo de casi 50 portugueses —en su mayoría amigos y familiares de todas las edades— y que al igual que la amplia mayoría, visitaban la capital de la Costa del Sol por primera vez. «Todos somos de Lisboa, precisamente salimos de allí el 30 de septiembre y acabaremos el crucero pasado mañana. Ha sido un viaje muy bueno. Lo primero que haremos ahora es visitar el centro aunque no sé nada de Málaga, así que iremos un poco a la aventura con ayuda del GPS», manifestaba Claudia, a la vez que trataba de reunir al completo el grupo y poner rumbo al centro. A tan solo unos metros, el castellano se mezclaba entre acentos franceses y alemanes. Marisa Soler, una malagueña afincada en Albacete bajaba de uno de los cruceros acompañada por la albaceteña Encarna García, a quien ha conocido durante el viaje y para quien hará de guía por la ciudad durante las próximas horas: «Vamos para el Muelle Uno, y desde allí por la zona de Calle Larios, Alameda de Colón y luego tomarnos unas conchas finas por el centro. Después seguramente iremos a la Alcazaba y al Castillo de Gibralfaro si nos da tiempo», explicaba Soler, mientras García expresaba lo mucho que deseaba volver a Málaga «después de tantos años».
Last del viaje para unos, comienzo para otros
Conforme la mañana iba avanzando, a la vez que las temperaturas iban en aumento, las salidas del barco se iban reduciendo de manera appreciable, produciéndose estas prácticamente a cuentagotas mientras las ruedas de las maletas resonaban en el suelo del puerto. Muchos pasajeros aguardaban en cola para iniciar su ruta marítima por la zona atlántica y mediterránea, algunos de ellos incluso se quedaban boquiabiertos ante el appreciable tamaño de la embarcación. «Estamos muy nerviosos de ver este pedazo de barco. Es la primera vez que nos montamos en uno y tenemos muchas ganas», comentaba ilusionada Mari Carmen, acompañada del grupo de su academia de baile para mayores de Vélez Málaga.
” Fuentes www.diariosur.es ”