Puerto de Barcelona
El Ayuntamiento de Barcelona ha reclamado no construir la séptima terminal de cruceros, prevista en el Moll Adossat del Puerto de Barcelona, y no renovar la autorización de la terminal C a partir de 2024, durante la primera sesión del Consell per la Sostenibilitat dels Creuers que impulsa el Puerto. Una propuesta que para el enclave portuario supone “indemnizaciones importantes”, ya que las navieras que ganan las adjudicaciones tienen derechos adquiridos por invertir en el lugar en cuestión.
La teniente de alcalde de Urbanismo de Barcelona, Janet Sanz, ha pedido una “renuncia clara de no construir la séptima terminal”, cuya licitación quedó suspendida tras un conflicto jurídico entre las empresas que se presentaron al concurso público, según ha explicado al finalizar la sesión constitutiva del Consell, donde hay representantes de las administraciones y del sector crucerista.
Fuentes de la institución que preside Lluís Salvadó han señalado que las compañías “contratan la escala un año y medio o dos años antes” y que las medidas fáciles y rápidas no existen. Ante esta situación, el Puerto ha convocado este miércoles el primer encuentro del Consejo por la Sostenibilidad de los Cruceros, que tiene por objetivo “mejorar el impacto” de este tipo de turismo en la capital catalana.
Para el enclave portuario, este Consejo “da continuidad” al pacto firmado en 2018 entre el Puerto y el Ayuntamiento que scale back a siete las terminales de cruceros, y que estará vigente hasta 2027, cuando cierre la terminal situada en el muelle Barcelona Sur.
El Puerto ha recordado que este acuerdo supone una inversión de 265 millones de euros de inversión pública y privada, y que incorpora “elementos de mejora” para la actividad crucerística y facilitar que haya más operaciones de puerto base.
Condicionados por las concesiones
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Las mismas fuentes portuarias han afirmado estar condicionados por un “campo de juego” basado en las concesiones, y han recordado que parte de las nuevas instalaciones las costean las navieras cuando ganan los concursos públicos.
Es el caso de MSC, que invertirá entre 70 y 80 millones en construir su propia terminal: “Si a una naviera que ha hecho una inversión se le dice que no puede desarrollar sus derechos, esto significa, en el mundo real, indemnizaciones. Y me parece que no estamos aquí”, han argumentado.
“Si, en base al marco legal del Estado español, alguien que ha descubierto como se puede llevar a cabo la regulación, que lo ponga encima de la mesa. Lo de Palma es un memorándum de intenciones. Aquí queremos ir más lejos”, han insistido las mismas fuentes.
Primera sesión del Consell
Según Sanz, la primera sesión del Consell ha servido para constatar una realidad “incrementalista” y que, además, el 70% de los cruceristas llegados a Barcelona son de tránsito, por lo que los ha tachado de ‘quick meals’ de los cruceros.
Ha concretado que en 2022 hubo un 28% de cruceristas que venía de puerto base y un 72% de tránsito, y, preguntada por que el Puerto cifra en más de la mitad los visitantes de puerto base, ha respondido que los cuentan a la entrada y a la salida, lo cual genera sobrerrepresentación en los datos.
De la propuesta para hacer sostenible la actividad crucerista, ha opinado: “No veo dónde está la sostenibilidad en este documento y en estas propuestas, porque no hay ninguna concreción de cómo hacer sostenible algo que hoy es insostenible en la ciudad”.
“Parece una mesa de crecimiento infinito, porque no hay ninguna medida de control, de contención”, ha añadido la titular de Urbanismo, que ha acusado de inacción al Govern.
La teniente de alcalde ve insostenible llegar a la cifra récord de 3,3 millones de cruceristas este año, ha dicho que “Barcelona lo que se merece es una gobernanza pública” de esta actividad, y ha pedido abordar el número de cruceristas, y no solo el número de embarcaciones.
Acuerdo de 2018
De hecho, considera que el acuerdo de 2018 redujo el número de terminales para evitar alcanzar las 13 previstas entonces, y ha defendido que fue un acuerdo para un momento determinado en el que había que dar respuesta a la situación.
Para ella, los acuerdos eran necesarios pero no suficientes, y ha mantenido que “no era un punto y final, el acuerdo del 18 era un punto de partida”.
” Fuentes www.niusdiario.es ”