“Este es último día antes del cierre”.
Este miércoles, en la estación de Morón del tren Sarmiento, el clima es de algo que termina y algo que vuelve. Si bien los anuncios del Gobierno sobre las nuevas restricciones aún no son del todo claros -surgen preguntas sobre si los restaurantes abrirán hasta la medianoche o hasta las 22?; o si se podría round a la noche- entre los pasajeros parece estar claro que va a haber cambios en en el transporte. Y eso es lo que se respiraba entre los andenes.
Podrán viajar solo esenciales. Y docentes y maestros. Pero, ¿cuales esenciales? ¿Los de la primera época, la más restrictiva de la cuarentena, o todos los rubros que se agregaron después? ¿Habrá que sacar el certificado en Cuidar? ¿Habrá que sacar turno para viajar en el tren? Las dudas son casi las mismas que las que había en marzo de 2020. Pero la realidad es el récord de casos y el lento avance del plan de vacunación.
Según especialistas en movilidad, lo que debe hacerse es reducir la cantidad de gente que viaja, no las frecuencias. Por eso, las autoridades apelarían a que más personas trabajen a distancia y no tengan que movilizarse, para priorizar a quienes deben viajar para trabajar.
María Rot tiene 45 años, es empleada doméstica y tiene miedo de que vuelvan a suspender el trabajo en casas. Está viajando desde Morón hasta Ramos Mejía. Tiene una cuadra de cola en la parada del 242. “Tren prefiero no usar. Yo tuve Covid en septiembre pero las nuevas cepas me asustan y en el tren hay cualquier cantidad de gente. En el colectivo en Provincia no se controla mucho pero te puedo decir que nada que ver a antes de la pandemia. La gente va parada en hora pico pero nunca te cruzas un colectivo lleno, lleno. El tren siempre está repleto”, cube a Clarin.
María pregunta si van a cerrar todo. “¿Sabés que va a pasar con las que trabajamos limpiando? ¿Vamos a poder viajar en transporte público?”. Sabe que tendrá que esperar los anuncios oficiales. Es otro punto que genera dudas en este último día antes de las nuevas medidas y reaviva el temor por el “cierran todo”.
Estación Morón del tren Sarmiento. Entre los pasajeros crecen las dudas sobre cómo serán las nuevas restricciones para viajar. Foto: Luciano Thieberger
Más adelante, en la misma cuadra de paradas de colectivos, sigue la gente haciendo fila. Nadie supera los 30 centímetros sin tener a otro adelante. No hay distanciamiento social. Las líneas más concurridas, después del 242 (Liniers, Morón y San Justo), son el 236 (Barrio Belgrano) y el 317 (Crovara). No hay ningún inspector.
Clarín viajó desde Moreno hasta Liniers y constató que por coche hay más personas paradas de las que deberían. Por momentos, parecía un viaje regular, de los de antes de la pandemia. Choque de cuerpos para subir a tiempo y gente agolpada en cada espacio. El management es estricto en Morón pero las formaciones llegan con mucha gente desde las estaciones anteriores rumbo a la Ciudad.
Abel García sube al Sarmiento en Morón. Cube que el tren llega llenok de las estaciones anteriores. Foto: Luciano Thieberger
“No sé qué hará el resto pero yo saco mi turno siempre. Acá controlan un montón pero viene lleno ya desde antes. No me siento 100% seguro pero por lo menos está esto de los turnos”, cube Abel Garcia (32). Está sentado en un banco de esa estación, con su barbijo del Conicet. Llegó desde Hurlingham y va hasta el microcentro. “Yo soy personal esencial y debería haber más cuidados en el transporte público para nosotros”, cube. Trabaja en el Estado, en el área de Informática.
“No va a cambiar nada. Los primeros días seguro tenés acá a los gendarmes controlando que no haya mucha gente. Pero para que vengan ustedes (por los medios) a mostrar que está todo ok. Después, todos miran para otro lado. En un momento estuvo muy muy complicado viajar en tren. No pasaba nadie. Pero después se volvió a viajar mal otra vez”, dice Marcelo. Tiene 70 años, trabaja como Seguridad en una farmacia de Ciudadela y está vacunado.
“Me vacuné en febrero, porque entré en la categoría de personal de Salud. Cuántas personas acá crees que también están vacunadas? Nadie. Sí la mayoría de las personas que viajan y trabajan son jóvenes”, razona.
Antonella González viaja desde Morón todos los días. Cube que siempre ve mucha gente parada en los trenes del Sarmiento. Foto: Luciano Thieberger.
Antonella González tiene 19 años, también es de Hurlingham y está en otro banco de Morón. “Me sorprende mucho que siempre hay turno en el tren cuando lo saco y cuando viajas ves un montón de gente parada. No se entiende mucho cómo puede ser”, se queja. Estudia Danza y cube que después de las 8 y al mediodía “viaja demasiada gente conmigo”.
Los gendarmes en la estación de Morón están. Pero Marcelo no pasó por ellos y ellos, tres hombres, no se acercaron a él para escanear su turno.
Ahí también hay cámaras instaladas sobre cada molinete para detectar uso de barbijo y controlar la temperatura al pasar. Se pusieron hace tres meses pero no funcionan. Nunca funcionaron. Hubo una prueba piloto en la estación de Caballito que tuvo el mismo desenlace con esta tecnología.
“No sé cómo será mañana pero acá (por el Sarmiento) se sigue sacando turno para viajar. Pero es de 6 a 10 rumbo a Once. Y después el control es en sentido contrario, a Moreno, desde las 16 hasta las 20”, cuenta a Clarín un empleado de TBA.
Estación Morón del tren Sarmiento. Los controles de los permisos son pocos y las formaciones a veces llegan completas hasta allí. Foto: Luciano Thieberger
Mientras en Morón, pasadas las 7, el bullicio de la hora pico se mezcla con el de los puestos ambulantes de ropa que hasta dificultan el cruce por las vías, en la estación de Ramos Mejía la calma manda hasta que llega el tren. La distancia se respeta y abundan quienes suben a la formación con sus bicicletas.
Liniers period una estación casi liberada este miércoles temprano. Sin gendarmes y hasta con algunos molinetes abiertos. Frente a Clarín y un móvil de televisión, un empleado de TBA, con actitud prepotente, gritaba “turno y aplicación CUIDAR actualizada”. La gente se amontonaba frente a los molinetes, confundida.
En el andén los trenes ya llegan “con protocolo”, es decir, con la gente sentada y muy pocas personas paradas. Es el “filtro” del management de Moreno. Y ahora llega el nuevo filtro en Liniers.
“Ya nos avisaron que desde mañana se vuelve a pedir la app y el turno”, confiesa otro empleado. Con un megáfono, una empleada de TBA pide el “correcto uso de barbijo” y respeto por la distancia social. Pero el management de los turnos hace que, indefectiblemente, la gente se amontone.
Todo parece indicar que desde este jueves habrá más controles. Todavía resta definir quiénes podrán viajar y si habrá que renovar los permisos. Mientras tanto, se multiplican las dudas.
SC
” Fuentes www.clarin.com ”