La mejor forma de redescubrir el Principado es a golpe de pedal y de la mano de uno de sus mejores embajadores, el ciclista y oro olímpico en Pekín Samuel Sánchez
No descubrimos nada si decimos que la fiebre por los dos pedales ha llegado para quedarse. Basta con ver cómo las ventas de bicicletas se dispararon el año pasando creciendo casi un 25% (o lo que es lo mismo, más de 1,5 millones de unidades vendidas, siendo las de montaña las más demandadas). Por eso, no es de extrañar que viajar con la bici a cuestas buscando otra manera de hacer turismo sea algo cada vez más extendido. El cicloturismo es uno de los fenómenos al alza dentro del turismo deportivo, una actividad que movió 2.258 millones de euros en 2019, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Dentro de la geografía española, Asturias puede presumir de patrimonio y cultura, de belleza en su costa, de unos paisajes sobrecogedores, de una gastronomía inconmensurable y, también, de ser un lugar único para los amantes del cicloturismo. Por ejemplo, la Federación Francesa de Cicloturismo (FFCT) ha elegido al Principado como uno de los principales destinos para sus circuitos.
Si hablamos de ciclismo y de Asturias, tenemos que hacerlo de uno sus mejores embajadores: Samuel Sánchez, el primer ciclista español de la historia que ganó un oro olímpico en la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos de Tokio 2008. Él es el mejor anfitrión para unir ambos placeres y ayudarnos a redescubrir el Principado sobre la bicicleta. Para ello, nos propone dos rutas —tanto para los ciclistas más avanzados como para los más neófitos— que destacan por «su calidad paisajística».
«En las dos rutas se tocan las tres ciudades principales de Asturias (Oviedo, Gijón y Avilés) y, a lo largo de ellas, se puede comprobar la importancia que tiene la bicicleta en la región. Hay mucha señalización de respeto al ciclista, carriles bici preparados…», cuenta. Y, tranquilos, garantiza: «No hace falta ser profesional. Eso sí, hay que tener un buen nivel o costumbre de andar regularmente».
Oviedo – Oviedo
Completa es la palabra que mejor outline la primera ruta que nos propone Samuel Sánchez. En sus 105 kilómetros nos encontramos con ciudad y montaña, con la riqueza cultural de la capital y con joyas del patrimonio prerrománico como Santa María del Naranco o San Miguel de Lillo, con la naturaleza más pura y con puertos exigentes, como el de La Cobertoria.
La ruta comienza en Oviedo hacia Riosa para subir al Alto del Cordal, un puerto «muy conocido por el mundo del ciclismo», nos recuerda Samuel Sánchez. Desde aquí, se baja a Pola de Lena y, después, se gira a la derecha para coronar La Cobertoria. Bajamos hacia Quirós —«un pueblo precioso que está en la Senda del Oso, que tiene un desfiladero impresionante»— y Trubia. Aquí, nos recuerda el ciclista profesional, se puede ver la fábrica de armas que fue fundada en el siglo XVIII y hoy sigue en activo. La ruta enfila su remaining subiendo de nuevo hacia Oviedo, con foto en el monumento homónimo que la ciudad le ha dedicado a Samuel Sánchez, y se remata en el Alto del Naranco, mítico para los amantes del ciclismo porque en su cima se han visto grandes finales de etapa, como las protagonizadas por José Manuel Fuente «el Tarangu» en los setenta y que un monumento rememora.
«Es una ruta dura, pero muy bonita para cualquier cicloturista», explica Samuel Sánchez. «Son puertos algo duros, sobre todo La Cobertoria, pero es verdad que proporcionan una sensación comparable a la que puede tener un ciclista profesional. La experiencia de afrontar el tipo de puertos que se suben en una Vuelta a España es muy atractiva para el amante de la bicicleta», explica.
Arriondas – Avilés
La segunda ruta en la que seguimos a Samuel Sánchez discurre por la costa asturiana. Son 120 kilómetros, pero mucho más moderados (y llevaderos) para las piernas inexpertas. «Es una opción perfecta para hacer turismo encima de la bicicleta y más sencilla a nivel ciclista. No es necesario tener tanto nivel: son más ‘repechos’ ya que no hay ningún puerto propiamente dicho», asegura. De hecho, este recorrido se presta a paradas para disfrutar de las preciosas vistas del Cantábrico y de la Sierra del Sueve. O, como recomienda Sánchez, se puede hacer en dos partes «parando a comer en el camino, a tomar un café o un aperitivo y disfrutar de las vistas desde el Mirador del Fitu y el Pico Pienzu, que es el más alto de Europa en relación con su cercanía al mar».
Pero empecemos por el principio. La ruta que nos propone Samuel Sánchez arranca en Arriondas, el lugar desde donde cada año da inicio el célebre Descenso del Sella, y va hacia Ribadesella. Aquí se coge la carretera de la costa, que, advierte el ciclista, «es preciosa y con apenas tráfico», para pedalear paralelos al mar entre bosques de eucaliptos y atravesando pequeños pueblos costeros encantadores como La Isla, Colunga, Lastres (famoso por la serie ‘Physician Mateo’) o Villaviciosa. Como curiosidad, este punto nuestra ruta pasa delante de una de las fábricas de sidra más universales: El Gaitero. Pero tampoco debemos dejar de admirar el margen izquierdo del camino: nos acompaña en este tramo del recorrido la Sierra del Sueve.
Una vez en Villaviciosa, giramos a la derecha para ir por la zona de la playa de El Puntal y Tazones hasta Gijón. «Si queremos ampliar la ruta, podemos ir desde Gijón hasta Candás y Luanco, atravesar el Cabo de Peñas, la zona más al norte de la Península Ibérica, para llegar a Avilés, donde podemos visitar el Centro Niemeyer», anima a los ciclistas más avezados.
” Fuentes www.diariovasco.com ”