menudos
Hay países donde las familias lo tienen más fácil para que grandes y pequeños puedan disfrutar de la visita. Hemos seleccionado cinco
Llegan las
vacaciones y después del tiempo de pandemia y las restricciones, todos tenemos ganas de viajar. Volver a hacer maletas, llegar con nervios al aeropuerto, ver Valencia desde las alturas. Para las familias,
viajar con niños siempre es un desafío donde hay que dejar a un lado las expectativas que podríamos tener cuando nos subimos a un avión solos, en pareja o con amigos.
Según su edad, los niños tienen unas necesidades distintas a las nuestras, y lo mejor que podemos hacer es no programar los días como si no hubiera un mañana e intentar disfrutar de cada buen momento. Ahora, si hablamos de viajar a países europeos, la realidad es que hay algunos destinos más sencillos para visitar con niños que otros. Aquí van algunos:
Dinamarca
Una de las visitas imprescindibles en un viaje con niños a Dinamarca es, sin duda, Legoland, el parque de atracciones authentic, del que luego se han replicado varios en otros países, o el Tivoli de Copenhague, uno de los más bonitos de Europa. Los daneses tienen muy en cuenta a los niños en los museos y los lugares públicos y siempre hay un lugar para ellos; no en vano es la tierra donde nació Hans Cristian Andersen, cuya casa se puede visitar en Odense. La cultura nórdica está muy presente en Dinamarca, donde se puede seguir el rastro de los vikingos, pero también tienen un respeto muy grande por la naturaleza, y hay bosques y zonas verdes por todas partes.
En Dinamarca se puede dar de comer zanahorias a los ciervos en un bosque en los terrenos de un palacio actual, ver centenares de focas en la costa o visitar un museo al aire libre donde se reproduce una aldea medieval, con sus tiendas, sus talleres artesanales y su gente vestida de época. Los parques infantiles están a otro nivel, con enormes colchonetas sobre las que saltar, o The Tower Playground, donde se reproducen todas las torres de Copenhague y los niños pueden jugar metiéndose en ellas.
Países Bajos
Los holandeses tienen los que posiblemente sean los mejores parques urbanos de Europa, y las zonas infantiles están a otro nivel. Por ejemplo, en Vondelpark, el parque más grande de Amsterdam, hay una enorme zona de agua donde se puede chapotear en verano, un arenero donde los niños pueden conducir una pequeña excavadora o un recorrido de pasarelas entre los árboles libre de uso. Además, los canales de Amsterdam y otras ciudades como Utrecht permiten conocer sus edificios y parajes en barca sin tener que andar largas distancias, o también se puede alquilar una bicicleta que lleva un compartimento para los más pequeños. En verano, los holandeses están siempre en la calle, y hay muchas terrazas y lugares donde tomar algo, también comida callejera que a los niños les encanta. Pero es que en los Países Bajos hay muchas granjas donde animan a los más pequeños a dar de comer a una cabra, tirarse por un tobogán en el pajar o ver nacer a un ternero. Hay que aprovechar además que actualmente el aeropuerto de Manises tiene varias conexiones diarias con ciudades holandesas como Amsterdam o Eindhoven.
Bélgica
Como su vecina Holanda, el país es un lugar muy atractivo para los niños por sus facilidades para recorrer ciudades como Brujas o Gante en bici, poder ir en kayak por los ríos Outhe o Lesse, visitar el parque temático de La Abeja Maya o disfrutar con las exposiciones de los Pitufos y Tintín, porque Bruselas es la capital del cómic y el arte urbano da muestra de ello. En Bruselas también se puede disfrutar de Minieuropa, que reproduce el continente en miniatura de una forma interactiva, se puede visitar el Parlamento Europeo y hay castillos como de cuentos de hadas que les van a encantar y donde siempre tienen alguna actividad para los más pequeños. En cuanto a la comida, Bélgica es conocida por el chocolate, las patatas fritas, los gofres y los ‘kindergarten’, unos helados sorprendentes. Valencia tiene conexiones aéreas con Bruselas.
Escocia
La magia de Escocia está presente en ciudades como Edimburgo o Glasgow, también en los castillos medievales, en los bosques y en las tierras altas (Highlands). Se puede recorrer Edimburgo a través de un laberinto de pasajes subterráneos, conocer el colegio que inspiró a J.Ok. Rowling para crear Hogwarts en Harry Potter o un museo para niños free of charge donde se pueden disfrazar y jugar sin parar. Además, se pueden visitar castillos donde dicen que todavía vagan errantes damas y caballeros, recorrer un bosque lleno de hadas o buscar al monstruo del Lago Ness.
Malta
La isla es un lugar que, a pesar de ser una gran desconocida, sobre todo para los españoles, puede ser una opción muy interesante, y más económica que otros destinos del Mediterráneo. Playas de enviornment fina y aguas cristalinas, parques temáticos como el de Popeye Village Enjoyable Park, el escenario donde se grabó la película protagonizada por Robin Williams y que ahora se puede visitar, o conocer La Valeta, capital del país, y acercarse por la plaza de San Jorge, donde los niños pueden disfrutar de los chorros de agua que emanan del suelo.
Hay además ferrys y pequeños yates desde los que visitar la isla desde el mar. En Malta se puede nadar con delfines, visitar cuevas marítimas, templos megalíticos o sentirse piratas en la Fuente de San Elmo. Un país perfecto para combinar visitas culturales con playas y ocio para niños.
” Fuentes www.lasprovincias.es ”