Nuestra geografía es muy rica en grandes extensiones boscosas de árboles caducifolios. Por eso, los alucinantes paisajes otoñales son prácticamente infinitos. En la redacción nos hemos reunido para una tarea ímproba: seleccionar los ocho que consideramos más bellos. Este es el resultado:
1. Muniellos, Asturias
Es un bosque como el que dibujan los cuentos de hadas, en el que sopla el aire más puro y la atmósfera está impregnada de misteriosas leyendas. Un lugar que a menudo se cuela en los primeros puestos del rating de los paisajes más hermosos de nuestro país y en el que habitan especies que son exclusivamente autóctonas. Muniellos, emplazado en pleno corazón del parque pure asturiano de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, es una joya única. Pero ojo, que sólo unos pocos privilegiados pueden llegar a conocerlo.
Por tratarse de una de las más extraordinarias muestras de la naturaleza ibérica y una de las masas forestales más emblemáticas de Europa, este espacio ha sido declarado Reserva Pure Integral, lo que significa que goza del más alto grado de protección. Esto se traduce en que su visita está restringida a veinte personas al día y que ha de solicitarse con bastante antelación en https://sede.asturias.es. Tal es su grado de preservación que no puede sacarse ni una hoja.
2. El Castañar de El Tiemblo
Parece impensable que a tan solo 45 kilómetros de Ávila y a 90 de Madrid se encuentre un bosque de fábula, donde se podrían recrear miles de leyendas entre sendas cuajadas de castaños. En él, los espigados ejemplares se alzan solemnes, casi rozando el cielo de la increíble reserva pure, ubicada en estas antiguas tierras castellanas. Es uno de los castañares más grandes de Europa, y en esta época, su suelo se convierte en una mullida alfombra de estampados rojos y amarilos.
3. Parque del Retiro
El Parque del Buen Retiro, con 125 hectáreas y más de 15.000 árboles, atesora un patrimonio pure que es un verdadero regalo para los madrileños y también para los visitantes foráneos que lo conocen por primera vez.
Desde el Ayuntamiento capitalino nos lo describen perfectamente: “Durante los días otoñales sus jardines de árboles caducifolios muestran un maravilloso y pictórico cromatismo de tonos ocres, amarillos y rojizos, convirtiendo en un verdadero placer un paseo bajo sus ramas y las hojas húmedas que descansan en sus caminos”.
4. Cabo do Mundo, Rías Altas, La Coruña
Aquí, en la sierra de Capelada, está “El Cabo del Mundo” (O Cabo do Mundo, en gallego) el acantilado más alto de la Europa Atlántica. Cerca están los espacios naturales de la playa de Ortigueira y el cabo de Estaca de Bares donde se juntan Atlántico y Cantábrico.
5. Parque Pure Montseny, Barcelona
Huir del mundanal ruido a tan sólo un paso del asfalto. Esto es lo que brinda el Montseny, un parque pure (y al mismo tiempo reserva de la biosfera) en el que se esconde todo un mosaico de paisajes mediterráneos y alpinos. Cumbres, valles frondosos, torrentes de ríos acaudalados y panorámicas de infarto al mar y las montañas. A sólo media hora de Barcelona, la naturaleza más pura tiene mucho que decir.
6. La Rambla, Barcelona
La Rambla es la calle más emblemática de Barcelona. Multitud de escritores y escritoras de todo han transitado por varios de sus tramos y, desde muchos ángulos, la han homenajeado en novelas, poemas o dietarios.
Desde la fuente de Canaletes hasta el monumento de Colom, pasaréis por esta parte emblemática de la ciudad siguiendo las palabras de grandes autores y autoras para redescubrirla.Plátanos en otoño.
7. Valle de Arán, Lérida
La cumbre más elevada de los Pirineos, el Pico Aneto, se asoma desde las alturas a una comarca mágica. Un territorio que se extiende hacia territorio francés con el desparpajo que le otorga su personalidad gascona, sabiéndose poseedor de una identidad y unos paisajes que enamoran a uno y otro lado de la frontera. El Valle de Arán, el país de las esencias de los Pirineos, se abre ante nosotros.
8. Selva de Irati, Navarra
En el Valle de Aezkoa, en el Occidente de Pirineos, está una de las puertas naturales a la Selva de Irati. Este bosque cargado de magia es uno de los más extensos y con mayor riqueza medioambiental de Europa.
Pasear por sus senderos y ascender a sus montañas, realizar rutas en BTT, sorprenderse en la Fábrica de Armas, sentir la prehistoria en los megalitos de Azpegi y disfrutar de Embalse de Irabia son seis tentaciones que nunca hubieras soñado recorrer.
” Fuentes viajar.elperiodico.com ”