Entre las montañas del Atlas y el mar Atlántico existe una ciudad, tan exótica como misteriosa, que desde hace unos años se ha convertido en uno de los destinos más demandados. Y no sólo para recorrerla culturalmente sino, también, para descubrirla desde su bagaje culinario. Se trata de Marrakech. Un destino donde la gastronomía se posiciona en el centro del viaje para hacer descubrir a sus viajeros una cultura diferente a través de la cocina. Los tajines, el cuscús, la ensalada árabe, la pastela, el kibbeh o el shawarma, son solo algunas de las recetas que podrás probar en algunos de estos locales. Además de los dulces típicos árabes acompañados de su clásico té.
Marrakech es perderse por las calles de su medina hasta llegar a la Plaza de Jemaa el Fna, donde se concentra la vida social, y salir a conocer sus tranquilos alrededores donde se encuentran los Jardines de Menara, Majorelle o l’Agdal. Entre todas esas callejuelas que la rodean, que dan a un lado y a otro, existen numerosos restaurantes para descubrir la gastronomía native desde otro punto de vista. Cocina tradicional, con toque francés, con influencia internacional y hasta gastronómica. Marrakech está en ebullición, culinariamente hablando.
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