Cada vez que la mencionan me pongo a pensar en destinos mejores para ella, un objeto noble de estirpe antigua. Por las fotografías no se distingue si se trata de una elaborada al modo tradicional o se ha dejado llevar por las modas y conveniencias mercantiles y se reviste de un veteado falso que embute trizas, virutas, polvo. Poco importa, todo el mundo se refiere a ella cual mágica y le demandan soluciones, como si no fuera un easy mueble. Para ayudarla, he aquí unas cuantas proposiciones éticas, estéticas y sintéticas, ordenadas por su grado de viabilidad.
Propuesta número 1. Componer una estampa lúdica: un mus decorativo y estático, a lo Cézanne en 3D.
Nº 2. Sentarse de forma juvenil y desenfadada, con los pies colgando, a esperar a Godot.
Nº 3. Amueblar aún más la nunca del todo atiborrada avenida de Ordoño II, con mesa petitoria para recoger impresiones, sugerencias, maldiciones y demás protestas del viandante, ya ocioso ya esforzado pero siempre dado a enmendar la plana a paisanos de otras tierras y las propias.
Nº 4. Echarle bronce por encima y ponerla en Ordoño II, sin peticiones ni nada. Pero con pedestal.
Nº 5. ¿Llevarla a un Musac o ‘centro de arte terriblemente contemporáneo’ para ser descifrada como alegoría de un presente ultrapandémico en transición a un enésimo y decisivo cambio de paradigma? No. Mejor a Las Edades del Hombre, que tiene nombre de flexo metalizado: Lux.
Nº 6. Desmontarla con cuidado, enviarla a la tienda sueca de muebles que todos conocemos y odiamos con el encargo de despiezarla molécula a molécula y volverla a su ser authentic en forma de árbol o lo que sea que dé origen y sustancia a las mesas. Invertir la flecha del tiempo, regresar al pasado que tan atractivo parece ahora que el futuro es una moviola.
Nº 7. Llevarla a un cielo abierto minero, dejarla en medio del tópico paisaje fundido a negro, sin sillas ni nada o nadie cerca, componer una representación-denuncia, en su mismidad solitaria, de la España vacía y reconvertida sin comensales siquiera. Una foto chula para colgarla luego en alguna exposición súper precise. El arte viste.
Nº 8. Cortar las patas y convertirlas en estacas para atravesar corazones vampíricos, mientras el tablero sirve para confeccionar un féretro que acoja tierra transilvana (o transmontana), por si falla lo primero.
Nº 9. Sentar a gente alrededor para que solucione problemas de aquí.
Nº 10. Pintarle unas rayas blancas y jugar al ping-pong hasta el fin de los tiempos. Hagan juego.
” Fuentes www.lanuevacronica.com ”