MADRID, 1 Oct. (EUROPA PRESS) –
Portugal, Colombia, Turquía o Kenia, son algunos de los principales destinos cafeteros del mundo donde los amantes de esta bebida, la más consumida en el mundo por detrás del agua, podrán rendirle homenaje como se merece en su Día Internacional.
El 1 de octubre se conmemora el Día Internacional del Café y la agencia de viajes on-line Rumbo ha querido rendirle el homenaje que se merece proponiendo diez lugares del mundo donde el café, más que una bebida, es casi una religión.
África es el continente que vio nacer al café allá por el siglo IX, y aunque Etiopía fue la madre authentic, hoy día Kenia se ha convertido en la cuna de esta bebida. Por su sabor y aroma, el café de este país es conocido por muchos como el ‘champagne de los cafés’.
En su mayoría todos los cafetales en estos lugares se sitúan por encima de los 1.500 metros de altitud, lo cual, sumado al microclima del país, y a las particularidades del terreno (suelos volcánicos ricos en nutrientes), definen una taza de particularidades únicas, muy apreciada, sobretodo, por los amantes del café de elevada acidez, delicado aroma y buen cuerpo.
Portugal tampoco se queda atrás en lo que a historias se refiere, porque pedir una ‘bica’ en Lisboa, es de entendidos. El origen se atribuye a la famosa cafetería ‘A Brasileira’, situada en el céntrico barrio del Chiado, pues con la llegada de la máquina espresso, los portugueses tuvieron que acostumbrarse a un café más amargo y para ello se colocó un cartel en su puerta con el mensaje ‘Beba isto com açúcar’ (beba esto con azúcar), de cuyas siglas derivó la palabra ‘bica’.
Otro lugar histórico para tomar un café es Viena en Austria, Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, que abrió su primera cafetería en la ciudad en el año 1685.
Fue por Viena por donde el café entró a Occidente. Ello fue debido que tras el segundo sitio de Viena por parte de las tropas otomanas, éstas olvidaron algunas grandes sacas de café en la capital del Imperio Austrohúngaro.
El ‘Café Sacher’ no solo es uno de los mejores cafés de Viena, si no el más conocido en el mundo entero. Y ello no es fruto del café, si no de su célebre tarta, que ha sido copiada en innumerables ocasiones. Lo cierto es que el ‘Café Sacher’ es algo así como un gran monumento, con sus salones decimonónicos que harán las delicias de sus visitantes.
TURQUÍA, PARADA INDISPENSABLE.
En Turquía el café representa un símbolo de hospitalidad y amistad en la vida cotidiana. Tanto, que fue reconocido como Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad en 2013. Se muele muy fino hasta parecer harina, se mezcla con agua y azúcar, y se cuece a fuego lento hasta que forma una espuma espesa, consiguiendo un sabor tan intenso.
Las cafeterías de Turquía se convirtieron en lugares de reunión para los estudiosos, poetas y otras figuras notables de la época, donde pudieron disfrutar de conversaciones sobre sus diminutas tazas de café. Uno de los mejores lugares para comprar café turco es Kurukahveci Mehmet Efendi, uno de los más antiguos fabricantes de café en el país en el Gran Bazar de Estambul.
En Suecia, donde la palabra ‘fika’ es sinónimo de loosen up. Significa algo así como beber café, comer dulces y hablar, y es routine y realizar este ritual durante la jornada laboral.
Muchas empresas suecas tienen descansos obligatorios para la ‘fika’, en los que ofrecen bebidas calientes a sus empleados. Las pausas para tomar el café son tan importantes para los suecos, que incluso la marca por excelencia del país, Ikea, tiene un párrafo al respecto en su página net.
En Indonesia se puede degustar uno de los cafés más caros del mundo y que viene directamente de las heces de un animal. El Kopi Luwak son granos digeridos y defecados por la civeta salvaje o luwak en el idioma native. Después se lava, se muele, y a la taza.
ITALIA, CUNA DEL CAFÉ.
Otras de las cunas del café es Italia, donde el café es casi una religión. Tras su llegada a Venecia en 1570 muchas ciudades italianas se llenaron de ‘tiendas del café’ y esta mítica bebida importada de Oriente, conquistó el corazón de todos los italianos que lo hicieron verdadero símbolo de la convivencia y de la familia.
Cappuccino, ristretto, espresso, lungo, freddo, macchiato, caffe late, marocchino, mocaccino, viennese, shakerato, corretto, y así decenas de ellos. La variedad de cafés con nombres evocadores es infinita. Y es que el café en Italia es como el Coliseo, una institución.
Y no nos podemos olvidar de España, el país con más bares y restaurantes por persona de todo el mundo: uno por cada 175 habitantes, sumando en complete 277.539 establecimientos gastronómicos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Nuestro país ha dado un paso más allá a la hora de hablar de café. Las denominadas ‘cafeterías de especialidad’ se han convertido en todo un indispensable, y deben cumplir dos normas: contener únicamente granos de la variedad arábica, y tener una puntuación de más de 80 puntos (sobre 100) según el sistema de evaluación internacional de calidad.
Para finalizar nuestro recorrido cafetero, Brasil o Colombia, los dos países de Sudamérica donde el café es parte indispensable en la vida de sus habitantes. En el primero se bebe muy cargado y caliente, sin leche y mucho azúcar, aunque los entendidos saben que en Río de Janeiro se sirve solo y en São Paulo, con leche.
Pero si el destino es el eje cafetero de Colombia, en el valle de Cocora, el café será entonces más suave, ligeramente dulce, delicado y cero amargo. En este país se practica incluso el turismo cafetero: los consumidores buscan experiencias únicas y auténticas, conectarse con el café y su cultura, y los productores y sus comunidades se esmeran para ofrecerles lo que buscan.
El ‘Paisaje Cultural Cafetero Colombiano’ fue declarado patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO en junio de 2011 y, hoy día, uno de los activos más importantes de los caficultores de los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca.
” Fuentes www.notimerica.com ”