Mantenía un falso empadronamiento en un domicilio de Vitoria para seguir cobrando la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), la Prestación Complementaria de Vivienda (PCV) y el Ingreso Mínimo Vital, ayudas previstas para personas y familias en riesgo de exclusión, cuando en realidad vivía en Francia. Se había asentado con su mujer e hijos en el país galo y trabajaba allí como peluquero al menos desde 2014. Este individuo, de origen argelino, acaba de ser detenido por la Policía Nacional en una de sus escasas visitas a la capital alavesa acusado de defraudar al menos 90.000 euros en ayudas sociales al Gobierno vasco.
El hombre comenzó a recibir las prestaciones en 2010, por lo que hasta la fecha habría percibido 132.000 euros, aunque sólo se ha podido acreditar fraude en una parte de esta cuantía, 90.000 euros. Se le han imputado varios delitos contra la Hacienda pública y la Seguridad Social y también de Falsedad al empadronarse en Vitoria para cobrar ayudas cuando en realidad vivía en Francia. Curiosamente, también allí había conseguido un permiso de residencia temporal que le permitía recibir un salario social.
La investigación se inició en Gipuzkoa. El Grupo Operativo de Extranjeros de la Policía Nacional en San Sebastián averiguó que un individuo que residía desde hace años al otro lado de la frontera de Irún, podía estar percibiendo ayudas sociales de manera fraudulenta. Su residencia oficial constaba en Vitoria y había obtenido además un permiso de residencia de larga duración en España desde hacía siete años, concretamente desde 2016.
Arrestado en Vitoria
Los agentes recurrieron a la colaboración internacional con Francia y confirmaron que este individuo estaba afincado allí. Entonces, se unió a la investigación el Servicio vasco de Empleo, Lanbide, que facilitó toda la información sobre el dinero que había ido cobrando, más de 100.000 euros y con la documentación necesaria. No sólo percibía la RGI, sino también el complemento de vivienda y el Ingreso Mínimo Vital. Además del fraude en las ayudas, también había cometido otra irregularidad como residente extranjero, la de no comunicar un cambio de domicilio.
En los últimos tres años, Lanbide había intentado hasta en 36 ocasiones notificarle comunicaciones en su falso domicilio de Vitoria y también de forma telemática, aunque sólo en cuatro de ellas se había podido materializar a través de una oficina de correos, donde el investigado recogía los avisos personalmente. El pasado lunes, 29 de mayo, en una de sus contados viajes a Vitoria, fue arrestado por agentes de la Policía Nacional y puesto a disposición judicial.
Hace justo un año, a principios de junio de 2022, la Policía Nacional destapó otro fraude en la RGI aún mayor. Una trama liderada por un inmigrante senegalés de 41 años, había conseguido estafar a Lanbide más de un millón de euros a lo largo de una década. Se trata del mayor desfalco en ayudas sociales descubierto en Bizkaia y de los más importantes del País Vasco. El cabecilla «creó 62 identidades falsas» para burlar los controles de la RGI.
Junto con él fueron detenidos otros 22 inmigrantes, a los que aleccionaba para que no fueran descubiertos y utilizaba para que se presentasen físicamente en las oficinas de Lanbide con pasaportes y documentación falsificados para hacerse pasar por esas identidades ficticias y solicitar las ayudas sociales. Por cada una de las 62 identidades falsas, la red cobraba una media de 857 euros mensuales.
” Fuentes www.elcorreo.com ”